El pasado 16 de febrero pudimos disfrutar, por fin, en salas de cine españolas la última película de Guillermo del Toro, 'La forma del agua'. Este cuento de amor entre una mujer muda y un hombre anfibio ha enamorado a la mayoría de los críticos y espectadores, tanto que es una gran favorita a los Premios Oscar. El mérito de la cinta, en parte recae en la perfección en la que esta caracterizado el personaje del anfibio, interpretado además por un espléndido Doug Jones.
Una labor impresionante
Sabemos que Guillermo del Toro es un enamorado del maquillaje y las prótesis y sólo emplea el uso de técnicas como CGI cuando es estrictamente necesario. De esto es algo de lo que el cineasta ha hablado para Variety: "Si te fijas en tu cuello, verás que tienes bultos, hoyos, líneas... Le hicimos arrugas y dobleces. Por vivir en la jungla, tiene cicatrices en las rodillas y codos. Hay muchas venas. Las capas son fantásticas". También se tuvo en cuenta los diferentes tonos que el ser humano puede tener en su piel, "Nuestra nariz es roja por aquí, un poco amarilla por allá. No hay colores sólidos. Mike y Shane fueron muy atentos con eso". Del Toro habla de Mike Hill, escultor encargado de dar forma a la criatura, y Shane Mahan, que diseñó el traje y las prótesis.
Ya en cines
Sin duda, el trabajo más difícil era el de dotar a la criatura de sentimientos y conducta humana. El equipo tuvo motorizar algunas partes del traje y controlarlas a distancia, así parecía que respiraba o parpadeaba. Además de esto, el apartado fotográfico jugó un papel fundamental en el tratamiento de la criatura. "Queríamos grabarle como si fuera un héroe. Todo era luz de fondo o de posición, no frontal". Comenta el director de fotografía, Dan Laustsen. 'La forma del agua' ya está en cines y es, sin duda, un cuento único.