El 29 de Junio 2018 | 07:21
En el año 2012, el Gobierno español subió el IVA cultural hasta el 21%, consiguiendo una inmensa cantidad de quejas y reivindicaciones. No solo por parte de los consumidores, que veían cómo el producto que antes era asequible ahora alcanzaba precios casi estratosféricos, sino también por parte de los trabajadores del sector del cine, que comentaban cómo esto iba a afectar de forma negativa al consumo de películas en las salas. Seis años después, y tras varios intentos por parte de distintos partidos políticos, por fin el IVA cultural bajará del 21% al 10%.
Poco a poco se estaba consiguiendo bajar el IVA de los productos culturales; se comenzó con las obras de arte, se prosiguió con todos los espectáculos en directo y, ahora, por último, el cine. Hay productos que continuarán teniendo un 21% de IVA, como son las plataformas en streaming, los libros electrónicos y los CDs de música, pero más allá de eso todos comenzarán a bajar sus impuestos a partir de que se publique el BOE. La medida ya ha sido aprobada con los Presupuestos Generales del Estado de 2018.
¿Nos afectará realmente esto como consumidores? Hay muchos optimistas que creen que esto repercutirá directamente en el precio de las entradas de cine pero, por desgracia, podría no hacerlo. El precio de cada entrada en particular depende mucho de la sala en cuestión; no es ningún secreto que el cine cuesta más o menos dependiendo de la ciudad en la que se acuda al mismo. Si vamos al cine en Madrid o en Barcelona, por ejemplo, rondará los diez euros, mientras que en Córdoba por algo más de seis euros se puede entrar a ver una película. A esto hay que sumarle que no todas las salas, incluso dentro de la misma ciudad, tienen los mismos precios.
¿Nos afectará realmente?
Si nos basamos únicamente en los números, veremos que esta bajada del 21% al 10% supondría una variación de un euro aproximadamente si las salas deciden hacerlo; en las entradas de nueve euros, el cambio del IVA supone prácticamente dos euros, mientras que cuando la entrada tiene un precio cercano a los seis o siete euros, es mínimo.
Son los distribuidores los que deciden el beneficio que van a sacar de las entradas de cine, con lo cual de ellos depende conseguir que estas realmente bajen. Según la Federación de Cines de España, las salas han estado realizando grandes esfuerzos para conseguir que la subida del IVA cultural no afectara a los consumidores, con lo cual no tuvieron más remedio que recortar sus beneficios. De ahí que comenzaran a lanzar ofertas como las Fiestas del Cine, los Miércoles del Espectador, o las tarjetas que te permiten acudir al cine siempre que quieras solo por cinco euros.