Hace unas semanas, comencé esta breve sección (que tendrá exclusivamente cinco artículos) hablándoos de Disney como una productora que también sabe ser feminista. No sabe serlo en todas las películas; es más, suele reproducir los roles de género, y perpetuar los estereotipos machistas que nos encontramos todos los días a pie de calle. Pero, en ocasiones, lanza películas donde podemos atisbar un breve ápice de esperanza. Películas como 'Alicia en el País de las Maravillas', de la que ya os hablé en el primer artículo, o como 'Zootrópolis', de la que vengo a hablar hoy.
Antes de pasar a explicar por qué considero 'Zootrópolis' como un ejemplo de feminismo, o de película que no me importaría ponerle a mis hipotéticos hijos en algún punto de sus vidas, veo necesario aclarar algo. La aportación que Disney ha hecho a nuestra sociedad, a nivel de roles de género, no es positiva; que tenga algunas películas buenas no es excusa, no hace que esta productora se convierta en la panacea del empoderamiento femenino, ni mucho menos. Pero siempre pensaré que, al igual que se dicen las cosas negativas, es importante decir las cosas positivas para que vayamos viendo si el camino a seguir es el correcto o no. Dicho esto, ¡vamos con 'Zootrópolis'!
Abolición de los roles de género, y un mensaje de apoyo a las minorías
La exclusión social no es algo que nos quede lejos. Vemos, diariamente, cómo se excluye a algunos grupos (por su sexo, su raza, su identidad sexual o su religión) de ciertos ámbitos laborales y académicos; no es ningún secreto que el porcentaje de personas racializadas en los puestos de seguridad nacional, por ejemplo, es notablemente inferior al de personas blancas. Otro tanto de lo mismo sucede si comparamos la cantidad de mujeres que hay trabajando en estos mismos cuerpos de seguridad y la cantidad de hombres que hay. Esto no se corresponde con ningún tipo de rechazo de las mujeres hacia este tipo de trabajos, ni mucho menos; tiene más que ver con que, socialmente, nos enseñan a nosotras que debemos interesarnos por otro tipo de trabajos, más relacionados con aspectos sociales que con aspectos físicos.
¡Pero ahora llega 'Zootrópolis', y se encarga de enseñarle a las niñas todo lo contrario! Que, si quieren, ellas también pueden ser policías. Porque Juddy lo ha conseguido: ha tenido que luchar contra todos los impedimentos que podamos imaginarnos, pero lo ha hecho. Juddy no solo es mujer, sino que también pertenece a una especie que no se suele ver dentro del cuerpo de policía en esta película, porque es una coneja. Se les considera aptos para otro tipo de trabajos, pero no para este, porque implica fortaleza y valor, y eso no es algo en lo que brillen especialmente los conejos. Espero que comprendáis que todo esto no es más que una metáfora, y que cuando se habla de especies en la película, se está intentando hacer una comparación con los diferentes grupos raciales en los que se dividen los humanos. Obviamente, todo esto se simplifica para que los niños, que son el público objetivo de la película, capten el mensaje principal: puedes ser lo que te propongas, siempre que las circunstancias te acompañen, y pese a los inconvenientes que puedan surgir.
'Zootrópolis' es una película interesante también por muchas otras cosas. No solo se rompen los roles de género, sino que también se habla de las etiquetas sociales; de cómo etiquetamos a las personas por una característica, un rasgo, o por su procedencia, y no dejamos que evolucionen más allá de esa etiqueta. Este es un problema que se analiza mucho desde el punto de vista docente, puesto que si etiquetas a un niño como un "mal estudiante" cuando este solo tiene diez años, por ejemplo, lo más probable es que acabe identificándose a sí mismo como un mal estudiante y pase a serlo de verdad, pese a que eso solo fuera en un primer momento una percepción tuya. En esta película, Disney rompe las etiquetas y los estereotipos, y muestra a los niños que estos nunca nos aportan nada positivo.
Lo dicho: 'Zootrópolis' también tiene errores, también refleja algunos de los fallos de nuestra sociedad, haciendo evidente que necesitamos continuar progresando, pero no es 'La bella durmiente', por ejemplo. Nos muestra otra faceta de Disney que puede ser mucho más interesante de cara a las generaciones futuras.