Me subo por las paredes esperando el estreno de 'Rogue One: Una historia de Star Wars'. Llevo ya semanas subido por las paredes, de hecho. Las toneladas de publicidad con las que Lucas bombardea aquí y allá, junto a las toneladas de merchandising que todas las tiendas tratan de vender, no ayudar a echar la vista a un lado con la película de Gareth Edwards. Ha llegado la hora de la verdad, y las primeras críticas están disponibles.
Con esta película nos enfrentamos también al morbo de la novedad. Disney, cuando se hizo con la propiedad 'Star Wars' no escondió sus intenciones: habrá películas para rato. Por lo pronto, además de la nueva trilogía iniciada con 'Star Wars: El despertar de la Fuerza', tenemos también un par de spin-off: Rogue One y la película de la juventud de Han Solo. 'Rogue One: Una historia de Star Wars' es la primera pieza de esta antología, y se han molestado muy mucho por decirnos que el tono de esta cinta se sale del habitual de las trilogías que conocemos, lo que ha generado un profundo sentimiento de curiosidad entre los fans. Además de curiosidad, los fans también tenemos cierto sentimiento de desconfianza, ya que los rumores aseguran que la producción de la película no ha sido ni mucho menos un camino de rosas. Las malas lenguas hablan de que "la mano de Disney" ha suavizado el tono oscuro que el director de 'Godzilla' (2014) trató de imprimir en la película.
¿Qué dice la crítica?
En todo caso, la nueva cinta de 'Star Wars' nos narra la misión casi imposible de rebeldes para hacerse con los planos de la Estrella de la Muerte. El éxito de esta misión es determinante para el papel de la alianza en la trilogía original, por lo que el planteamiento de 'Rogue One' es casi como el de una película histórica dentro del universo de la Guerra de las Galaxias. Una película fundamentalmente llamada a rellenar uno de los huecos más importantes que quedan en el nuevo canon oficial.