Hace un par de días se escuchaba a la escritora Elvira Lindo en la Cadena Ser hablar de las columnas de opinión en la prensa junto a un par de colegas de profesión. Comentaban que saber lo que uno piensa es complicado, lo que dificulta la tarea del columnista para "pontificar" sobre un asunto. Justamente del campo de la duda personal surge este artículo, que entiendo recogerá una disyuntiva compartida por muchos, y sobre la que, advierto, se presenta información más que rotundidad de juicios: ¿Merecerá la pena Xbox One X sin pensar en comprar una televisión 4K?
Exactamente 40 días nos separan de Xbox One X. Soy un Day One de Xbox One, caí en la trampa del pack de 'Call of Duty Ghosts', y digo trampa porque el juego es horrible, pero desde entonces Xbox One es mi consola principal de sobremesa. La que más horas me ha robado esta generación. Luego llegó Xbox One S, y es tan bonita -y sin fuente de alimentación externa- y que es la que ahora tengo bajo el televisor. Sin embargo, con el aterrizaje Xbox One X -también muy bonita-, y con el atractivo de la potencia como un salto tecnológico, la tentación pica a la puerta. Hay dos eslóganes respecto a Xbox One X, el primer de ellos es que es "la bestia que libera el 4K"; el segundo, "la consola más potente del mundo". El último me interesa, ¿a quién no?, pero si el potencial de la consola pasa por el 4K me bajo del carro. No porque me vaya a poner sibaritas, sino porque soy un 1080 satisfecho sin intención de lanzarme a por un nuevo televisor.
The Verge, el medio de ocio electrónico más importante del mundo (o casi), publicaba un artículo justo cuando se desvelaron los detalles de Xbox One X en el que decía: "Xbox One X posiblemente no sea para ti". En este artículo se giraba en torno a la idea de los televisores 4K, una tecnología muy poco introducida en los hogares hasta el momento. Sin embargo, la premisa del artículo parece no ajustarse a la realidad completamente. Albert Penello, marketing de Xbox, sacaba a colación en el podcast del Major Nelson este tema, por representar una de las "dudas top" entre los usuarios. La primera conclusión de Penello: "Hay muchas razones por las que actualizar a Xbox One X incluso si tu televisor no es 4K".
En primer lugar, hay que distinguir entre el grueso general del catálogo y lo que han dado en llamar juegos Enhanced. Los primeros, los juegos que no tendrán un parche específico a propósito de Xbox One X, verán una mejora general de rendimiento: "Un disco duro un 50% más rápido, lo que reduce los tiempos de carga. Un incremento de resolución en los juegos que ya tienes disponibles, y también de FPS. También una mejora en el filtrado de texturas", comenta Penello.
Sin embargo, el meollo de Xbox One X está en los juegos que se actualizan con el parche para la nueva consola. Lo que comúnmente llamamos "Parche 4K", que no tiene que ser necesariamente en resolución 4K, ni tampoco exclusivo para televisores 4K. Aquí llegamos a una lista creciente de más de un centenar de juegos, como 'The Witcher 3', 'Fallout 4' o 'Dishonored 2', que tendrán un parche específico para mejorar el rendimiento en la nueva consola. En España, estos títulos tendrán el sello de "Mejorado Xbox One X" como elemento distintivo.
Aquí entra la resolución 4K de por medio y el HDR, pero la función supone el principal atractivo para los usuarios 1080 es el supersampling: "Esta es una técnica que downscale el contenido 4K para adaptarlo a tu televisor 1080. Esto supone que verás una mejora gráfica, por ejemplo, un mejor anti-aliasing, la mejora de texturas y efectos, que están en la versión 4K las podrás apreciar también, aunque no estés en un televisor 4K", narra Penello.
Así, y recapitulando, las mejoras de Xbox One X para los 1080:
- - Menores tiempos de carga.
- Mejor fps y/o resolución en el grueso del catálogo, mayores distancias de dibujado...
- Supersampling en los juegos "mejorados para Xbox One X", lo que implica mejores texturas, antialiasing, reducción de dientes de sierra... y efectos mejores a los habituales.
Evidentemente para los usuarios 4K Xbox One X es una opción clara, pero para los mediocres del 1080 también parece una opción muy interesante. Pienso en este particular como lo que se experimenta al saltar de tarjeta gráfica en un PC sin cambiar a un monitor de mejor resolución, y en estos casos el cambio suele ser más que palpable. Sin embargo, hay otra idea de fondo en toda esta historia: la potencia de una videoconsola dice poco sobre los videojuegos, ahí está 'Cuphead' justamente en Xbox para demostrar que el despliegue visual no responde necesariamente a los teraflops. No obstante, si al jugador de esta generación le pitan los oídos con un debate de potencia entre PS4 y Xbox One que responde a la diferencia casi imperceptible, ahora que se presenta un sistema de sobremesa que verdaderamente representa un salto de capacidad técnica diría que lo propio es aprovecharlo.