El 24 de Octubre 2016 | 19:45
A lo largo de la historia de la humanidad, hemos tendido a dar una explicación mágica, mitológica o religiosa a todo aquello que no podemos explicar. Adorábamos al sol, los elementos de la naturaleza, hemos llegado a hablar de un orden cósmico donde todo tiene su lugar, y hemos finalizado en que un ente que no podemos ver ni sentir nos da todo lo que tenemos. De ahí, las conductas que no concordaban con los valores de la sociedad las achacábamos a Satanás, y la locura también estaba dominada por demonios. Ahora los que creen en demonios les llamamos locos. A su vez, queremos creer en un ángel que nos cuida de las desgracias hasta que llega nuestro momento. ¿Por qué los seres humanos nos aferramos con tal fuerza a la idea de alguien que nos ordena y nos cuida? ¿Acaso hemos visto algo? ¿O creemos haberlo visto? ¿Por qué hablo de esto hoy?
Cualquier buena impresión que haya recogido hasta la fecha de 'Westworld' se ve superada en este capítulo 1x04. Seguimos con las diferentes líneas en las que todos los personajes buscan algo, algo diferente, pero algo. Se encuentran perdidos, dudosos, expectantes, saben que hay algo que no saben explicar o algo que quieren conseguir y, simplemente, continúan. Pero no los robots que forman parte de 'Westworld', las personas humanas, reales, que vigilan ese diminuto a la vez que gran mundo, también tienen sus obsesiones. Todas alrededor del parque. Pero esta cuarta ocasión en la que nos metemos de lleno dentro, ha empezado a resultar inquietante.
"¿A dónde te diriges? Aún no lo sé"
Dolores comienza a buscar, sin ser ella consciente, el misterioso laberinto que el hombre de negro (Ed Harris) tiene tantas ganas de encontrar, y del que poco sabemos más que va a dar grandes respuestas sobre 'Westworld' a una pregunta que, en verdad, no sabemos cuál es. Pero hallar el centro del laberinto es la clave, y Bernard así se lo ha transmitido a la granjera, ¿la utiliza para saber qué pasará si alguien lo logra, o conoce el secreto y quiere desencadenar ese cambio en el parque? Ha dicho a Dolores que si encuentra el centro del laberinto, ella será libre. Y, claramente, ella tiene, en algún punto de su código, esa necesidad de sentirse libre. Hemos visto una nueva reacción muy humana en la androide, ha dicho que sufre mucho porque vio morir a sus padres, pero cuando Bernard le ofrece deshacerse de ese dolor, ella no quiere. Afirma que el dolor es lo único que le queda de ellos. Sus palabras no son creadas por ella, pero, ¿el sentimiento?
Por otro lado, la trama del hombre de negro es la que más nos traslada a una auténtica aventura del oeste. Sigue buscando el laberinto, y se alía por el camino con los más despiadados villanos de la historia, uno de ellos es Héctor, al que ya conocemos, y el otro una chica absolutamente fascinante. De verdad que tengo muchas ganas de volver a verla, y aquí ya sabemos que los anfitriones no mueren, si acaso los retiran. Vemos que el personaje de Ed Harris es hábil e ingenioso, pero claro, se conoce al dedillo todos los personajes, su esfuerzo por hallar ese "fin de la historia" de 'Westworld' es, sin duda, enorme. Aquí suena de nuevo el personaje de Wyatt, el gran enemigo, el hombre que se volvió loco, el que siente las voces de Arnold.
Con todo esto, el capítulo nos ha dejado un momento de acción a cámara lenta, con la Habanera de 'Carmen' sonando de fondo, exquisito.
Cuando te conviertes en Dios
El Doctor Ford, por su parte, ha conseguido asustarme en serio. Conoce a sus empleados como a sus propios humanos artificiales. Cuando habla no es explícito, pero aunque dice que no ha perdido la cabeza como su socio, Arnold (¿dónde estará Arnold?), cosas grandes está tramando en su pequeño universo. ¿Un parque temático para divertirse? 'Westworld' no es más que un cruel experimento, que no sabemos cómo acabará ni qué implicaciones tiene en ello ese laberinto.
Ford es Dios, él crea y controla. Y sus empleados serían lo que para nosotros suponen los ángeles, pero los anfitriones no lo saben. Maeve nos ha dado los momentos más excitantes de todo el capítulo. Ella recuerda a esas criaturas que no sabe explicar, esas sombras (que en realidad son trabajadores del parque con un traje de protección a lo 'E.T.'), y las dibuja, pero ¡dios mio! Descubre que ya los había dibujado anteriormente. Tiene recuerdos que no sabe explicar, como una bala que le dispararon pero que no le ha dejado herida, y descubre que a los que ellos llaman "los salvajes", que son los nativos americanos, también los han visto. Así que empieza a utilizar todos los recursos y conocimientos que tiene para descubrir qué es, y qué pasó con esa bala. Con eso, las últimas escenas del capítulo 1x04 son impresionantes.