El 11 de Mayo 2016 | 13:07
'Uncharted 4' es diferente a los anteriores, y a la vez igual. Es un juego, en general, más maduro, más asentado, más ambicioso, más consciente de sí mismo. Los tres títulos numerados de la franquicia siguen un patrón y un ritmo muy claro, muy palomitero, con el que 'Uncharted 4' rompe para convertirse en algo más reflexivo. 'Uncharted 4' no sería posible de comprender sin comprender 'The Last of Us' como paso previo, y es que la entrega de Joel y Ellie ha servido como campo de pruebas intermedio de un montón de conceptos que luego se han puesto en práctica aquí. Lo interesante del cuarto 'Uncharted' es que es radicalmente inconformista con su propia fórmula, y hace lo que es tarea compleja cuando se salta de generación: aportar algo cualitativamente diferente a lo que se propuso en las plataformas previas. No hablo de músculo técnico hoy, eso lo reservo para otra entrada en nuestro diario 'Uncharted 4', sino que hablo de un nuevo ritmo para las aventuras de 'Uncharted'.
En los juegos anteriores el aterrizaje en universo de Nathan era directo, rápido, sin contemplaciones estabas saltando, trepando, y envuelto en tiroteos. En dos horas inmerso en el meollo de la historia. Los anteriores juegos de 'Uncharted' eran juegos que iban sobre la aventura en sí, este cuarto juego no va sobre la aventura, sino que trata específicamente sobre Nathan Drake. Este es, lo que nunca antes fue 'Uncharted', un juego de personajes. De esta forma, esos primeros mordiscos son mucho más pausados, en el mejor de los sentidos, ya que cada plano, cada escena, cada mueca, está tratando de transmitir algo acerca de la relación de estos personajes, y estamos comprendiendo a Nathan Drake con sus circunstancias.
Tras 'The Last of Us'
A pesar de ser una cuarta entrega, en este juego se incluyen un montón de personajes que tienen una conexión de pasado con Drake. La manera en la que Neil Druckmann -además de director, también guionista- relaciona en flashbacks coherentes la historia, hace del prólogo del juego un mordisco diferente al que habituamos. No hay horribles indicadores que nos digan en qué año estamos, pero la línea temporal va atrás y adelante una y otra vez, saltando de personajes y localizaciones sin perder el hilo en ningún momento. Está lo suficientemente enredado como para exigir un trabajo cognitivo activo que despierta curiosidad, y a la vez lo suficientemente hilado para que guarde coherencia.
De pronto, y no he salido del prólogo del juego, entras en un capítulo llamado "Una vida normal", que es costumbrismo del día a día de Nathan Drake en su trabajo convencional y su matrimonio convencional. Un capítulo compuesto de un par de escenas de una media hora, que no son más que vagar por una casa envuelto en un par de charlas banales, pero todo lo que le está sucediendo al personaje cobra sentido para asentar el resto de la historia.
El meollo de todo esto es que lo que estoy plasmando es algo muy poco familiar en una saga de acción directa, que es lo que era hasta ahora. No os equivoqueis, sigue siendo claramente y sin prejuicios un juego de acción, pero si las entregas anteriores eran una película de Indiana Jones, el prólogo 'Uncharted 4' es más una de Scorsese.