Este artículo contiene spoilers de 'The Flash' temporada 3.
'The Flash' cierra el capítulo 3x06 a ritmo de cliff hanger, y con varios frentes abiertos al mismo tiempo. Los dos personajes que han tomado el protagonismo absoluto en las tramas actuales son Wally West, con sueños de Kid Flash, y Caitlin, quien ha visto su secreto por fin al descubierto.
Tras Flashpoint, la tierra de Barry Allen ha girado en un rumbo que no acaba de controlar, y en el que nadie se termina de encontrar verdaderamente cómodo. Los personajes principales van tomando nuevos poderes, y los que no tienen poderes añoran hacerse con ellos. Así, Wally lleva episodios paseándose como alma en pena por los laboratorios STAR, como un niño caprichoso que quiere ser un meta-humano como el resto de sus amigos. Esto le convierte en presa fácil para Alchemy, quien hace resonar en la conciencia del hijo de Joe falsos recuerdos de Flashpoint, donde Wally él era el verdadero Flash. En el hermano de Iris se pone violento con la obsesión de un heroinómano, y aflora el temor de Joe al ver el patrón que está tomando su hijo: ¿se convertirá Wally en un villano? Alchemy dota a los personajes de poder, pero queda sembrada la duda en la serie de hasta qué punto al otorgarles el poder toma posesión sobre ellos o juegan un papel con cierta autonomía. La llamada de Alchemy es cada vez más dolorosa en Wally, por lo que el grupo protagonista se ve obligado a acudir al encuentro con Alchemy con la vaga esperanza de dar caza al poderoso. Una intentona fallida que termina con la aparición de Savitar, el que aparece en escena definiéndose como "el dios de la velocidad" para poner contra las cuerdas a The Flash. Fin. Línea de créditos. Nos quedamos con las ganas de saber cómo Barry logrará escapar de esta situación, pero lo logrará, de eso no cabe duda alguna.
Killer Frost
La otra gran trama, también más interesante, es la de Caitlin, que descubre sus poderes de congelación con la perspectiva de tomar la forma de Killer Frost. Llevamos varios episodios siguiendo la andanza de Caitlin, que en este capítulo termina confesando sus capacidades primero a Cisco y luego al resto del grupo. Lo interesante es la profundidad renovada que está dando esta toma de poderes a Caitlin, que entra en un nuevo plano de autoconcepto. La científica teme perder el control, y se bambolea en la tirantez de aguantar en el laboratorio el máximo posible, lo que verdaderamente quiere hacer, o poner tierra de por medio para no dañar a sus compañeros. En esta tensión está navegando ahora mismo el personaje, que en lugar de abrir su problema a los demás está encerrándose cada vez más sobre sí, con lo que entra en una rutina de comportamiento en la que cualquier salida es posible. La visión de Cisco en la que se enfrentaban con sus poderes desarrollados nos indica que con Killer Frost quedan todavía un par de giros intensos, y luchar contra el destino es siempre una tarea muy compleja.
Wally me parece ahora mismo el personaje más desafortunado de la serie, infantilizado hasta niveles ridículos, todo el protagonismo creciente que tendrá serán minutos en pantalla para las pobres actuaciones de Keiynan Lonsdale. Sin embargo, Danielle Panabaker (Caitlin) está en la esquina opuesta del cuadrilátero, con una química con Cisco y Barry que ha sido motor de la serie desde sus primeros coletazos. Ya sabemos que el próximo episodio se llamará Killer Frost, lo que pide que estemos bien aferrados al sofá para el que se aventura como uno de los capítulos más interesantes de lo que llevamos de temporada.