El 22 de Mayo 2016 | 13:35
Afortunadamente, antes de comenzar con la beta de 'The Elder Scrolls Legends' llevo un recorrido algo más de un año jugando a 'Hearthstone', porque en caso contrario, no habría sabido por donde empezar. La propuesta de Bethesda otorga un plus de complejidad a los juegos de cartas, haciéndolo más cercano a Magic que al juego de Blizzard, y a su vez menos accesible para jugadores novatos en estas lides. Sin embargo, esa mayor profundidad y una oferta de modos de juego bastante generosa lo convierten en un videojuego al que prestarle mucha atención. 'The Elder Scrolls Legends' no es el "Hearthstone Killer', porque sencillamente, nadie puede matar a 'Hearthstone', pero supondrá una alternativa interesante.
'The Elder Scrolls Legends' carece de momento de tutorial, así que las probaturas y los experimentos con las cartas son nuestros mayores aliados, y aunque en muchas de ellas es posible ver términos nada familiares como Guardian, Invocación o Perforación, todas son mecánicas que de alguna u otra manera hemos visto en otros juegos de cartas. Si hay algo que me ha sorprendido ha sido la cantidad de tipos de carta que hay: Esbirros, Acciones, Objetos y Apoyo, entre las que hay que encontrar un buen equilibrio a la hora de construir el mazo, que puede tener un máximo de hasta 70 cartas. Casi nada.
Afortunadamente, también hay cartas de clase a elegir entre cinco atributos: Fuerza, Inteligencia, Voluntad, Agilidad y Resistencia. Cada mazo solo podrá tener cartas de dos de ellas, asignándose automáticamente una clase según la que se elija, más las cartas neutrales que seleccionemos. A priori, todas estas ideas me han encantado en mis primeras partidas a 'The Elder Scrolls Legends', pero hay sobre todo tres aspectos que me han parecido realmente interesantes.
Las calles
El tablero no está unificado, sino que está dividido en dos calles de posición vertical en las que situar los esbirros. Habitualmente, una de ellas -en ocasiones las dos- tiene un efecto especial sobre cada unidad, y nos encontraremos con que habrá una calle que otorgue Cobertura a cada esbirro, es decir, que no podrá ser atacado por un esbirro rival en su primer turno en mesa. Otros efectos de las calles añadirán un objeto aleatorio, otras las cambiarán automáticamente de calle al principio de cada turno...
Las calles no solo influyen en la partida en este sentido de los efectos, sino que añade un aspecto estratégico sobresaliente. Hay que mantener el control sobre cada una de ellas, ya que si nos centramos mucho en mantener el dominio en una y descuidamos la otra, el rival puede cambiar las tornas de la partida situándo sus unidades en esa calle a la que no hemos hecho tanto caso.
Modos de juego
'The Elder Scrolls Legends' cuenta con una oferta de modos que me ha parecido sencillamente genial. Cuenta con las clásicas partidas online con o sin rango, algo que ya conocemos, pero lo hace también con otras dos modalidades realmente buenas. Una de de ellas es la Arena, que puede jugarse online u offline, y cuyas condiciones son diferentes en cada caso. Si decidimos jugar offline, nos enfrentamos a 9 rivales manejados por la IA hasta llegara un jefe final, pudiendo cosechar como máximo 3 derrotas. De manera similar funciona la Arena online, aunque obviamente esta nos pone frente a rivales humanos. Sea como sea, sabe ofrecer recompensas muy jugosas que incitan a jugarse.
También tenemos un modo historia que sinceramente, no cuenta una trama especialmente interesante, aunque esté apoyada por el siempre atractivo lore de 'The Elder Scrolls'. Sin embargo, gusta jugarla, ya que tras cada victoria también recibiremos recompensas como nuevas cartas, sobres, oro, o gemas de alma, útiles para craftear cartas que nos falten. A pesar de que argumentalmente no parezca demasiado profundo, tiene cierta interactividad en cuanto a decisiones que tomar, las cuales nos otorgan un premio u otro. Por ejemplo, podríamos encontrarnos con un ladrón y decidir entre perdonarlo u obligarle a que devuelva el botín. La primera elección nos dará su carta correspondiente, mientras que la segunda nos proporcionará oro.
Aunque parezca mentira, los modos para un jugador me parecen primordiales en un juego de cartas competitivo. Como jugador de 'Hearthstone', y al igual que muchos de vosotros que también lo sois, encajo muy mal las derrotas. Si pierdo dos o tres partidas seguidas, tengo que dejar de jugar inmediatamente porque entro en un estado mental de bloqueo que me hace jugar aún peor. Sin embargo, al contar con modos individuales, 'The Elder Scrolls Legends' te invita a seguir jugando a pesar de entrar en mala racha.
Bethesda va muy en serio
Como decía al comienzo, 'The Elder Scrolls Legends' no va a hacer que deje de jugar a 'Hearthstone', pero sí hará que comparta mi tiempo de juego entre ambos. Esta propuesta apunta alto y a pesar de que no tenga la accesibilidad del título de Blizzard, muchos jugadores pueden verse atraidos por su mayor profundidad táctica y estratégica, amén de su oferta de modos. Ya estoy deseando que llegue la versión final, pero por el momento, las impresiones difícilmente podrían ser mejores.