Las comparaciones son odiosas, nos vamos a hartar a lo largo de estos días del cara a cara entre 'The Division' y 'Destiny'. Las comparaciones son odiosas, pero en algunos casos, como este, inevitables. Uno de los puntos que quedaron en el aire tras la beta de 'The Division' fue el del contexto para el transcurso del juego, y es uno de los primeros que han tenido respuesta. No hablo exactamente de historia, o de argumento, sino que fondo y contexto para el Nueva York devastado al que nos enfrenta el título de Ubisoft. En torno a este elemento, fundamental creo yo, girará este nuevo Diario de 'The Division' en Zonared.
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Cuando desempaquetamos 'Destiny' hace ya más de un año encontramos en el disco de Bungie puntos brillantes y carencias evidentes. Uno de los puntos de crítica recurrente para el juego de Activision venía del lado del elemento narrativo. Lo cierto es que para juegos como 'The Division' o 'Destiny' la narración tradicional a través de misiones es un elemento complicado. Antes de la misión puede haber un vídeo, otro después, unas directrices de por medio, y probablemente la primera vuelta que se le dé al juego tenga todo sentido. Una vez dada esa vuelta inicial, a la hora de recuperar misiones por la razón que sea, o a medida que se va intercalando con secundarias, el hilo lineal de historia cada vez está más enmarañado, cada vez es más difícil de seguir. Seguramente a este mismo punto fue al que llegó Bungie durante el desarrollo de 'Destiny', y seguramente por eso la narración en misiones quedó a un lado en el transcurso de la aventura original. Ante este panorama, la carta que se debe jugar para dar fondo a lo que se hace en el juego es el trasfondo del mundo que se desarrolla.
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El trasfondo
En esto 'The Division' cumple. Al arrancar la aventura un vídeo con imágenes reales toma el discurso de la infección en billetes, y en un par de minutos conocemos perfectamente qué ha llevado al punto en el que la aventura da comienzo. El postapocalípsis es un tema muy sobado y manoseado en videojuegos, y en casi cualquier medio, pero en 'The Division' tiene un matiz, o presenta una metáfora interesante: el dinero cambia tanto de manos en el contexto actual, que es el vehículo idóneo para una infección. El gran pecado de la sociedad occidental, al servicio del consumo y la consiguiente transacción, nos lleva a la destrucción. Una idea muy simple, presentada de manera muy clara, pero lo suficientemente firme como para sujetar un universo.
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Ya tenemos la base del trasfondo sobre la mesa. Ya sabemos exactamente qué sucede en el universo de 'The Division', y nos podemos hacer una idea de qué papel vamos a jugar. A partir de ahí, en las misiones, independientemente de la trama concreta que se esté desarrollando, se va alimentando ese trasfondo que da consistencia al juego. Cuando llegue la hora de la segunda vuelta, cuando llegue la hora de repetir misiones, el trasfondo es lo que va a seguir dando la sensación de un mundo rico a un juego como 'The Division', que ni mucho menos está centrado y focalizado sobre la trama argumental.
Diario 1: Llego el día D