Mientras analizaba la nueva entrega de 'Tales of', 'Tales of Berseria', llegó un momento en el que comencé a pensar mucho en 'Final Fantasy XV', no porque los juegos se parezcan, ni mucho menos, sino por todo lo contrario. Cerramos el año 2016 con dos muy buenas noticias: 'Final Fantasy XV' y 'The Last Guardian', dos juegos con una década de vaivenes a sus espaldas, dos juegos que yo di durante muchísimo tiempo por desahuciados, que llegaron sorprendemente bien. De hecho, 'Final Fantasy XV' llegó con el riesgo debajo del brazo, rompiendo moldes en los cánones de la franquicia, y logrando satisfacer a una parte importante del público. Sin embargo, para un reducto de fans a tener en cuenta, 'Final Fantasy XV' quizá haya roto demasiados moldes. Esto probablemente no dice nada ni bueno ni malo sobre el videojuego, simplemente dice que es necesario que haya diferentes tipos de juegos para llegar a distintos tipos de público. Aquí es donde comienzo a pensar en esa incierta relación con 'Tales of' de la que os hablaba.
En el review de 'Tales of Berseria' ponía la saga de Bandai Namco como un ejemplo de lo que podríamos denominar progresión fiel. No creo que nadie que haya jugado a 'Tales of' se sienta traicionado por la evolución de la franquicia, a pesar de que la saga ha reinventado la fórmula varias veces para adaptarse a trances muy profundos: el paso del 2D al 3D, cambios severos en el sistema de combate... cambios, a fin de cuentas, muy notorios, impuestos por los tiempos, pero que la saga logró capear sin enfadar demasiado a nadie por el camino. Eso es una proeza, a decir verdad.
Conservadores o no
Justo esa carta conservadora, si se puede llamar así, es la que ha servido a la saga para crecer en popularidad. La que ha servido para comer terreno a 'Final Fantasy', mientras la franquicia de Square Enix buscaba un rumbo determinado en los últimos años. Un rumbo que con 'Final Fantasy XV' ahora parece bien definido.
Y, en realidad, 'Tales of' y 'Final Fantasy', pensando en cómo es cada videojuego, tienen muy poco en común. Hoy se parecen menos que nunca, a decir verdad, pero nunca han sido dos franquicias con mucho en común.
Sin embargo, 'Tales of Berseria' es un JRPG de mucha calidad y muy reconocible. Es un juego de rol japonés que no deja lugar a la duda, que reniega de la occidentalización -aunque llegue en castellano-, y que, sobre todo, guarda un ritmo y formas que son familiares para los fans clásicos del género. El tipo de humor, el desarrollo de personajes, el propio curso de la historia, incluso los valores que nos proponen defender... todo representan elementos genuinamente japoneses, que probablemente son los que echan de menos muchos jugadores que encuentran en 'Final Fantasy' un afán marcadamente internacional.
Todos ganan
En ese sentido, y desde mi punto de vista, esto no es más que una noticia buena. 'Tales of Berseria' es un exponente de excelencia en el género del rol japonés, uno de esos juegos indiscutibles. 'Final Fantasy XV' probablemente es un título al que le puedo sacar más peros, pero también es cierto que arriesga llegando a puntos nuevos dentro de la tradición de la saga. En este sentido, no logró más que llegar una y otra vez a las mismas conclusiones: 'Tales of' es una saga conservadora de rol japonés de una cota de excelencia muy alta, y 'Final Fantasy XV' representa un camino alternativo en el género. Ambas líneas pueden correr en paralelo, pero, ahora, ambas franquicias tienen un papel e identidad definida y coherente, que no hace más que garantizar la supervivencia de un género que durante años se tambaleó.
De hecho, y a modo de curiosidad final, si hubiese tenido que puntuar 'Final Fantasy XV' creo que le hubiese puesto la misma calificación que he firmado para el análisis de 'Tales of Berseria': 8,5/10.
Ahora, y llegados al cierre de este Diario de 'Tales of', la pelota está en vuestro tejado: ¿Una fórmula más conservadora, una más vanguardista o, la opción inteligente, disfrutar de dos grandes juegos?