El 10 de Julio 2016 | 14:15
Llevo jugando a Pokémon absolutamente toda la vida. Todavía no tenía 4 años cuando recibí 'Pokémon Rojo' en la GameBoy original y desde entonces hay algo que me introdujo en ste mundillo y me enseñó a respetar el medio de una forma distinta a como luego descubrí que hacía la mayoría de la gente. Amigos, gustos, aficiones... todo lo que ahora es la vida que forma parte de mi día a día y que posiblemente tú, que me estás leyendo ahora, compartas en cierto sentido, se debe a los videojuegos; y Pokémon juega un papel muy importante en ello.
Es por este motivo que cuando The Pokémon Company anuncia un spin off me siento justo como en ese momento en que estás montado en la montaña rusa, terminas de subir a lo más alto y vislumbras en décimas de segundo que parecen horas la caída que se viene encima. Me tiembla todo el cuerpo. ¿Es miedo? Quizá. Y digo que la sensación es como la de una montaña rusa porque luego termina gustándote y dices: "venga, otra". Me ha pasado más de una vez, y ahora que he podido jugar mis primeros días a 'Pokémon GO' y le he dejado claro a mi Smartphone que le va a tocar sufrir de lo lindo durante las próximas semanas (supongo), me pregunto lo siguiente: ¿jugamos otra?
Demasiadas dudas tras una semana
Lo primero que he aprendido de estos días iniciales con 'Pokémon GO' es que no es un juego de Pokémon, sino un título con Pokémon. Aquí el factor de responsabilidad, de convertirte en entrenador y ser un héroe a través de la estrategia y el entrenamiento puro y duro sumado a la crianza y el factor "hazte con todos" casi no existe, sino que se muestra ante nosotros un exacerbado impulso por el síndrome de Diógenes digital que limita la jugabilidad al lanzamiento de Pokéball una y otra vez "a ver si atino con el dedo" y justo deslizo lo suficiente para que mi Poké Ball, da en el blanco y me llevo a ese dichoso Zubat que no deja de aparecer.
Es divertido, sí, pero le falta algo. Sé que soy muy exigente con los juegos para móviles, pero a mí me falta abajo un HUD con mi moveset para atacar, que no sea tan sumamente simple. Es gracioso que empiece una batalla y no sepas dónde está el Pokémon, luego te toca moverte de un lado a otro. Yo he desactivado el modo cámara por el bien de mi batería, así que me quedo con los escenario modelados por Niantic, que son bastante resultones. El diseño tridimensional de los Pokémon son el quiero y no puedo de Nintendo 3DS, así que en este sentido estoy encantado de entrar en la Pokédex y leer la descripción y detalles de mis capturas como ese niño de hace quince años a la hora de merendar. La sensación de "Pokémanía" se palpa con el paso de las horas, y a decir verdad es un título gratificante porque te invita a seguir jugando.
¡Un Bulbasaur inglés salvaje apareció!
Un día por Bournemouth Square
Ahora he superado el nivel 5 y ya soy líder de gimnasio aquí en Bournemouth. Ayer pude pasarme por la plaza central de Bournemouth, Inglaterra, donde estaré residiendo hasta finales de verano, y la cantidad de jugadores era abrumadora. Poké Paradas por todos lados, entrenadores esperando ser retados... Todo muy japonés, Supongo que no habrá tanta gente con 'Pokémon GO' en la Bournemouth Square como Nintendo 3DS con el StreetPass activado por metro cuadrado en Japón, pero la sensación de vivir en un entorno digital alternativo me encantó, porque aunque no estemos viendo nada en realidad están sucediendo muchas cosas.
Con todo, estos primeros días no son para mí suficientes para realizar un veredicto, así que os animamos a que leáis nuestro análisis cuando lo tengamos listo. Estamos preparando también una lista de consejos con cosillas que debéis saber para sacarle todo el partido posible al juego, que como digo no es para nada perfecto. No lo valoraría como decepción, pero como podréis intuir lo estoy evaluando inevitablemente como un fan acérrimo a Pokémon, y quizá debería empezar a mirar a 'Pokémon GO' como un juego para móviles casualizado a más no poder y sin más pretensión que hacernos salir a la calle y compartir la fiebre de una serie con más de 20 años de historia aderezada con el elixir de la eterna juventud. Tengo que cambiar el chip.
¡Nos vemos por la ciudad!