Legión 1x03 Crítica: ¿Empezamos?

LEGIÓN

Legión 1x03 Crítica: ¿Empezamos?

Por Maribel Baena

El 27 de Febrero 2017 | 18:05

El tercer capítulo de la primera temporada de Legión nos deja con un final abierto, y ganas de más.

Con la emisión de su tercer capítulo, la serie de Legión confirma lo que ya veníamos imaginando: estamos ante una serie totalmente diferente a lo que solemos encontrar en televisión. Una mezcla idónea entre acción, una trama muy bien construida y un amor dulce, casi adolescente.

Comienza tal y como nos quedamos en el capítulo anterior: con un David muy preocupado por su hermana, y cuyos poderes continúan in crescendo sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo. Él se encuentra todavía siendo estudiado por Melanie y sus compañeros, con Syd siempre a su lado. Se supone que el estudio de su memoria debería durar bastante más, pero la situación en la que se encuentra su hermana hace que todo sea mucho más complicado. Deben correr, e ir a los puntos claves de la memoria de David, justo esos que él pareciera querer ocultar.

Syd y David

Unos increíbles efectos especiales, muy bien asentados en una trama coherente e interesante, nos llevan de viaje a través de la memoria de David. Ahí se puede ver la envergadura de sus poderes, que son incluso más de los que Melanie hubiera imaginado en un principio, que llega a catalogarlo como "el mutante vivo más poderoso".

David no reacciona bien a las situaciones de estrés, y es ahí cuando sus poderes se hacen más evidentes. En un de esos momentos, mientras un doctor investigaba su cerebro y cómo este reaccionaba a las distintas pruebas a las que lo iba sometiendo, David "explota". Ese chispazo de poder le teletransporta a él y a Syd, que entró corriendo en la habitación para acompañarle, al lugar donde se encontraba su hermana secuestrada en ese momento. Ella estaba declarando ante los miembros de la llamada División Tres, y David es capaz de ver cómo ella admite que ya sabía que su hermano podía hacer cosas especiales. No obstante, no sabe hasta qué punto se está descubriendo en ese momento... Y es que, aunque él crea que no, los miembros de la División Tres le detectan.

Es entonces cuando Melanie decide que deben entrar en la memoria de David de otra forma. Tanto ella como Ptonomy (interpretado por Jeremie Harris) deciden adentrarse en la memoria de David sometiendo, previamente, a la parte consciente de David. No saben que, pese a parecerles la mejor idea del mundo, eso podría acabar costándoles caro. Hay que hacer una aclaración en este punto: ellos creen que es David el que se está resistiendo, el que no les permite acceder a ciertas partes de sus recuerdos... Pero no es así. Hay algo más. Un monstruo desconocido, una criatura de la que aún no se sabe nada.

Un amor sano rodeado de locura

Uno de los puntos más curiosos de la serie es que, pese a todo estar completamente basado en la locura, en los saltos en el tiempo, en las ideas y venidas... El amor de los protagonistas es uno de los más sanos que se puede ver en televisión. Es un amor dulce, rodeado de toda la locura posible. Un amor que llega a tener tintes adolescentes. Syd y David no pueden tocarse, porque los poderes de ella se lo impiden; y, pese a todo, se quieren con locura. Se protegen, se cuidan y se respetan el uno al otro, sin pedir más de lo que realmente pueden aportar. Uno de los momentos más tiernos que nos ha dejado este capítulo es el abrazo entre Syd y el David niño, dentro de la memoria de David.

El momento más tierno del capítulo

Aunque ahí se acaba la ternura en esa parte. Una vez que están dentro de la memoria de David, la cosa comienza a complicarse. Syd lo ve de momento: hay algo, no sabe bien el qué, que no quiere que estén ahí. No quiere que se enteren de lo que está haciendo. David, la parte menos racional de él, la única que ha podido acompañarles en ese paseo por la memoria (para que, supuestamente, no haya oposición) huye, asustado. Porque él sí que sabe qué es lo que les está buscando.

Hay dos puntos importantes a mencionar en este capítulo. El primero, el hecho de que los guionistas gestionen tan bien la imposibilidad de Syd de tocar a nadie. Ni siquiera en los momentos de más tensión lo olvidan, algo tan fundamental y que tan pronto podría pasarse en un momento dado. Y el segundo, la aparición, de nuevo, del libro que el padre de David le leía de pequeño, 'El niño más enfadado del mundo'. Por lo que parece, el monstruo que vive dentro de David podría provenir de ese libro... O haber creado, incluso, ese libro. Tendremos que esperar a ver cómo continúa en el siguiente capítulo y, sobre todo, si David consigue escapar de las voces que le gritan y le atormentan.

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