El 6 de Junio 2013 | 15:49
Creo que no hay que decir que lo bueno de los juegos independientes,e s que al no tener que depender de gustar o no a una productora, pueden atreverse a innovar y ofrecer propuestas que nunca antes hubiésemos visto. Y es de agradecer, porque entre tanta superproducción, a más de uno le apetece algo humilde pero a la vez trasgresor.
El juego que tenemos ahora entre manos es 'Papers, Please', uno de los muchos juegos independientes que han tenido la alegría de haber tenido luz verde en Steam Greelight, y que gracias a ello, llegará este verano a Steam. El juego lo hemos podido probar gracias a una beta pública que hay en la web, y que nos permite probar el juego durante los ocho primeros días de nuestra aventura como un funcionario de un puesto fronterizo del país totalitario de Arstotzka.
GLORY TO ARSTOTZKA!
La historia del juego es bastante sencilla, pero a la vez es muy efectiva. Nuestro país totalitario ha empezado a abrir sus fronteras para permitir la circulación de personas, pero al no ser libre, nos encasquetan ser uno de los funcionarios que controlarán quién entra y quien no. Por si no queremos trabajar ahí, nos obligan al secuestrar a nuestra novia y a su familia, a las cuales podremos liberar si con nuestro sueldo pagamos el rescate, pero además tendremos que pagar el alquiler del lugar en el que están secuestrados,a demás de si queremos la comida y la calefacción para que estén sanos.
Como dijimos, el dinero lo conseguimos trabajando como funcionario de fronteras. Nuestro deber es darle el permiso de entrada a quienes lo pidan y cumplan los requisitos y denegárselo a quienes no los cumplan. Al principio parece sencillo, pero nada ma? lejos de la realidad cuando nos ponemos manos a la obra. Nada más empezar, recibimos la orden de no dejar pasar a nadie que no sea de Arstotzka, y parece fácil al tener solo que mirar el pasaporte, pero muchas veces el juego nos engaña con pasaportes falsificados y datos erróneos que nos hacen perder dinero si les dejamos pasar.
Para evitar que nos la metan doblada, habrá que hacer exhaustivas investigaciones a los inmigrantes: comprobar que el pasaporte esté en regla, que el nombre sea el correcto, que la foto concuerde... Se trata de hacer casi de detectives, y es algo que realmente impresiona y se vuelve rápidamente adictivo. Conforme se avanza en el juego, las reglas cambian cada día con más procedimientos que requieren de investigaciones más exhaustivas como investigar los visados, revisar las declaraciones, y ver que los permisos de trabajo y residencia cumplan con los requisitos. La sensación de investigar a los inmigrantes es casi cruel y hasta te hace sentir un poco cruel contigo mismo por la forma con la que tratas a gente que solamente quiere entrar en un país.
Y aunque no lo parezca, el juego tiene más historia de la que hay en un principio. Algunos de los inmigrantes son algo más que personas de paso, como un extranjero extravagante que no para de inventarse excusas o pasaportes falsos para que le dejemos pasar, o una mujer perseguida por un misterioso hombre. Sin duda alguna es un gran detalle que más de uno agradecerá.
Vuelta a los ochenta
Si el juego está basado en un país totalitario en los años ochenta, los gráficos no iban a ser menos. Todo está totalmente pixelado, pero con bastante más detalle de lo que uno imagina. Los colroes tristes ya nos hacen una idea de que no será un juego alegre, sino más bien amargo, pero no quitan que tengan su encanto y sean bastante atractivos. Además, eso hace que no tengamos que vigilar de que nuestro ordenador cumpla con los requisitos, pues no requiere de potencia, precisamente.
La banda sonora sigue en la misma onda depresiva. Cada mañana, el triste himno de Arstotzka nos da la bienvenida para otro día más en la cabina fronteriza. Los sonidos básicos del megáfono que anuncia el siguiente turno, los sellos de caucho que aceptan a los inmigrantes y muchos detalles más ayudan mucho, aunque pueden hacerse un poco repetitivos, pero quizás eso es lo que trata de transmitir el juego.
Conclusiones
Su estilo de control tan sencillo con el que solamente se necesita el ratón, pero con mucha más profundidad de la que aparenta, nos ha resultado muy atractiva y esperamos que el resto de días de juego que tendrá la versión final sigan en la misma línea que la beta. Para quien lo pregunte, tendrá múltiples finales y un modo de juego infinito para quien solamente quiera verificar inmigrantes sin control. Resulta un juego con mucho, mucho potencial en sus manos y muy mal lo tiene que hacer para que la versión final fracase.