El 13 de Julio 2017 | 23:23
En occidente nunca tuvimos la oportunidad de conocer la serie 'Yakuza' en profundidad. No se trata de que no se haya publicado fuera de Japón, sino que no ha sido de forma habitual el foco de atención del público general y la prensa especializada. Sin embargo la primera entrega cumple ahora doce años, y tras el contundente éxito y buena recepción a nivel global de 'Yakuza 0' no podía dejarse pasar tal oportunidad para acercarnos a semejante franquicia: por eso Sega nos trae la oportunidad de revivirla con 'Yakuza Kiwami'.
Este remake del juego original que comenzó la destacada franquicia hace uso del motor de 'Yakuza 0' pero en vez de limitarse a repetir la experiencia la amplía hasta nuevos límites con más misiones, minijuegos y nuevo sistema de lucha. Todo esto por no mencionar la nueva función Majima Everywhere, el cual este redactor destaca como el mejor punto del juego.
Mirando al pasado
Este remake vuelve al primer 'Yakuza' y sus personajes, dándonos el control sobre Kazuma Kiryu. Este mafioso experto en combate cuerpo a cuerpo es un as en la lucha callejera y tiene grandes ambiciones dentro del crimen organizado, pero no está solo: le acompaña una adorable niña de nueve años, Haruka, a la cual deberá cuidar y aprender a interactuar con ella mientras atraviesa las peligrosas calles de la ciudad corrupta en la que viven.
El juego original contaba una historia acerca del significado de la familia y la importancia de esta, y definitivamente en Sega han querido remarcar la forma de contarlo mediante la relación entre estos dos personajes. Haruka puede acompañarte en tus viajes por las calles con el coste de que te pedirá objetos, que le prestes atención y, si te dignas a caminar y no correr, te cogerá automáticamente de la mano para sentirse más segura a la vez que te saca diferentes conversaciones. Se trata de un interesante sistema narrativo que refuerza cómo se ve envuelto el jugador en este mundo y si puede o no tomarle cariño a esta adorable chiquilla.
Aunque no todas nuestras relaciones pueden ser tan positivas. Goro Majima vuelve en este título como importante aliado de Kazuma. El tuerto aparece muy de vez en cuando e intenta ayudarnos en nuestra misión, pero lo hace de una manera un tanto peculiar; y es que puede aparecer en cualquier momento y lugar para atacarnos e iniciar un combate. Este buen hombre nos retará a batallas ineludibles en los que tendrá cinco veces nuestra vida, una serie de movimientos muy rápidos y poderosos y un sentido del humor particular. Bailará, saltará desde el interior de un cubo de basura, surgirá en una bolera sin que podamos evitarlo... De verdad podremos encontrárnoslo en cualquier parte.
No sólo se queda en la lucha
Tal y como Majima nos demuestra el gameplay principal del juego son rápidas peleas contra uno o varios oponentes, pero en 'Yakuza' es sólo una pequeña parte de todo lo que el mundo nos ofrece. Y es que la ciudad nos ofrece toda clase de entretenimientos en los que detenernos, desde apuestas con juegos de dados, pasando por una partida rápida en la bolera, hasta máquinas recreativas de curiosas características.
Desde aquí queremos hablar en concreto de uno de estos minijuegos, quizás el más extraño y curioso. En distintos recovecos de la ciudad encontramos objetos brillantes que resultan ser cartas coleccionables de chicas en bikini con ropa ajustada o escasa, algo bastante pervertido de por sí. La cosa está en que estas se pueden utilizar en las máquinas recreativas y toman vida para participar en combates de insectos con movimientos y ataques bastante sugerentes con su propia barra de vida y sistema de lucha, todo animado y detallado con una precisión que casi da miedo. Y esto es sólo uno de los muchos juegos disponibles.
Al final, parece que 'Yakuza Kiwami' va a ser un remake a la altura y muy destacable para todos. Entre sus nuevas mecánicas, extras, nuevos eventos de historia y la obsesión de Majima por pillarnos desprevenidos podemos tener un juego muy interesante a la vez que extraño. El 29 de agosto será cuando el dragón vuelva a alzarse, y esta vez con más fuerza que nunca.