Una década ha pasado ya desde la llegada de 'Valkyria Chronicles'. Diez años desde que subiéramos por primera vez al Edelweiss, escapando de una patria arrebatada por las llamas de la guerra. Un título que ha sabido mantenerse a flote gracias a sus re-lanzamientos y remasterizaciones pero que no ha conseguido mantener viva la llama de su legado.
Su segunda entrega quedó lejos de la aclamada primera parte y, a causa de ello, no llegamos a ver la tercera en Occidente. Un duro golpe que llevó a SEGA a explorar otros caminos con el lanzamiento de 'Valkyria Revolution', que ignoraba todo lo construido hasta el momento y acabó cayendo en saco roto. Errores que han servido para construir algo más grande. Porque, si los cambios no funcionan, ¿que nos quedan? La respuesta es simple, y se encuentra en 'Valkyria Chronicles 4'.
Tomando el testigo del Squad 7
Y es que la cuarta entrega numerada de la franquicia es más que un nuevo juego. 'Valkyria Chronicles 4' es un tributo, una celebración de esa década y una vuelta a las raíces que pretende simular el éxito que obtuvo el Squad 7 en su marcha durante la generación anterior.
Tanto es así que, como sus propios desarrolladores nos mostraron con su tráiler revelatorio, el juego piensa tomar todo aquello que hacía especial a su antecesor. El delicado trabajo del motor CANVAS y ese estilo de dibujado tan tradicional o el sistema de combate BLiTZ son algunos de los ejemplos presentes y más destacables. Y es que, si pudiese escoger un solo adjetivo para esta nueva entrega ese sería, sin duda, nostálgica.
Es algo deliberado, por supuesto, pero también es una atracción mágica. Algo que se siente especialmente si has pasado por las líneas del original, sí, pero también si eres ajeno a su trabajo. Son pequeños detalles, como el de su inicio, que abre con el dibujo de una flor tomando forma y color antes de mostrarnos a los nuevos protagonistas sobre su tanque, los que hacen que tenga esa fuerza innata y repleta de sentimientos conocidos.
Es algo que indudablemente se debe al enfoque del juego. Porque si su segunda y tercera entrega parecían sacados de una serie anime shonen con trasfondos escolares —algo que el propio Kohei Yamashita, su productor, achacó al hecho de haberse enfocado especialmente en el público japonés— en esta se intuyen rasgos más humanos, más naturales.
Operación Cruz del Norte
Un punto que, de nuevo, bebe directamente del original. Porque no solo se basa en el mismo tiempo y lugar, sino que además utiliza el mismo pretexto, el de jóvenes que han visto su patria arder ante la inclemencia de aquellos cegados por la expansión territorial. Sin embargo, lejos de formar una milicia, esta vez contamos con soldados preparados —aunque no por ello resultan menos humanos que Welkin y compañía—y un trasfondo mucho más crudo.
Y es que ante los desesperados intentos de la Federación Atlántica por frenar el avance del fascismo imperial durante la Segunda Guerra Europea surge una misión. Un intento suicida de acabar con la guerra asestando un duro golpe. Y para ello, la alianza decide poner en marcha la operación Cruz del Norte, que llevará al Escuadrón E hasta la mismísima capital del enemigo con el fin de cortar los problemas de raíz.
Así, la historia de 'Valkyria Chronicles 4' pretende realizar un nuevo acercamiento a la cruenta guerra que ya vivimos en su argumento original pero con un giro mucho más crudo y frío que la misma, donde la vida y el honor de los soldados se convertirán en protagonistas del drama. Una inmersión que promete anteponer las relaciones interpersonales al conflicto bélico y hacer de la tragedia de la guerra el punto más fuerte de una experiencia ya conocida, pero que brinda nuevos tintes.
Renovando las bases del género
Pero su historia no será la única que se mueva en esas líneas generales. Su sistema de combate también retoma las bases generales del original pero realiza algunos cambios aquí y allá que sientan francamente bien al juego sin necesidad de sentar una revolución. No solo contaremos con los mismos tipos de unidades generales sino que su funcionamiento y aproximación serán exactamente iguales.
La variedad se mantiene, entonces, pudiendo utilizar las diferentes clases —desde los exploradores, más rápidos pero débiles, a los francotiradores, capaces de acertar a enemigos lejanos pero con apenas espacio de movimiento, sin olvidar a los antitanques lanceros— a las que se suma una nueva, granadero. Un tipo de unidad especializada en la artilleria y que cuenta con un poder de ataque devastador y un gran rango de acción, aunque su movilidad es escasa, por lo que es inteligente contar con fuego de infantería para proteger su posición. Por lo tanto, un cambio sutil pero necesario y funcional que permitirá trazar nuevas estrategias sobre la batalla.
Repiten también los aumentos, habilidades especiales a título personal que se activarán en momentos concretos ("Lobo solitario", por ejemplo, aumentará nuestras estadísticas si usamos a un personaje que guste de avanzar de forma individual mientras que "Alergia al polen" causará el caso contrario si una unidad ajena a la naturaleza ataca desde ella) o las afinidades entre diferentes compañeros, por lo que desplegar a nuestro batallón en la campaña no será tarea fácil.
A esto se suman unos ritmos más intensos y permisivos con el jugador, que además apuestan por una experiencia más dinámica a las que SEGA nos tenía acostumbrados hasta el momento. Algo sobre lo que destacan los escenarios, que ofrecen situaciones tácticas realmente interesantes y convierten al terreno en algo más que un elemento decorativo y que, de nuevo, ganarán fuerza en sus novedades, como la inclusión de mapas nevados.
'Valkyria Chronicles 4' es, seguramente, la secuela que todos esperamos tras el lanzamiento del original. El regreso a las raíces de la franquicia recupera el tono cruento con el que contaba, uno que nos hará sufrir con cada baja que suframos en el campo de batalla y que parece guardar un gran desarrollo de sus conceptos. La forma en la que elimina las barreras de sus escenarios y permite un enfrentamiento táctico más elaborado es un buen punto a favor que se ve complementado por ese valor nostálgico que notamos en detalles tan minuciosos como el de ver a Claude Wallace gritar el 'move out' de Welkin. Una primera toma de contacto que nos ha dejado con buenas vibraciones. Tocará esperar a otoño para saber si cumple con las expectativas.