Es un secreto a voces que los títulos de cartas —mejor conocidos como CCG, collectible card games— no pasan por su mejor momento. No hace falta más que pensar en la caída de, nada más ni menos, que Valve con su 'Artifact'. Y mientras 'Hearthstone' ha estado tambaleándose notablemente, otros como 'The Elder Scrolls: Legends' o 'Thronebreaker', que ha conseguido llegar a Nintendo Switch, por los pelos y gracias a la enorme revitalización que ha supuesto el estreno de la serie de Netflix.
Incluso así, con mucho en contra y poco favor del viento, Riot Games se han lanzado con escaso miedo liberando, entre otros proyectos, un nuevo título capaz de cambiar las reglas del género. 'Legends of Runeterra' es la nueva apuesta del medio con la idea de revivir un género que lleva demasiado tiempo en la cuerda floja.
Revitalizando el género
Una apuesta arriesgada que, sin embargo, funciona especialmente bien. No se podía esperar menos de un título de cartas que toma para sí el enorme y característico lore de 'League of Legends' pero que, lejos de conformarse con la imagen, trabaja en un cambio de mecánicas capaz de diferenciar por completo a 'Legends of Runeterra'.
Y es que el título se aleja de las leyes universales de las CCG para ofrecernos un entorno especialmente dinámico y fluido que, en parte, de lado el factor aleatorio para disponer sobre la mesa de juego la habilidad de sus jugadores. Alejando este RNG más allá de las cartas que robamos del mazo para nuestra mano nos encontramos ante un título donde prima nuestra capacidad de respuesta y agudeza mental, con tiempos rápidos y posibilidades variadas donde cada turno debe ser, siempre, una cadena de consecuencias que ya contemple los siguientes movimientos.
A ello debemos sumar su forma de estructurar los turnos, en un formato de rondas que funciona con una estrategia del más puro estilo "acción-reacción". Es decir, mientras uno de los jugadores prepara su ofensiva, el otro hace lo propio con su bloqueo, para que al final de ronda el primero coloque sus cartas de ataque sobre el tablero (incluso las sacadas en esa misma ronda) y el segundo pueda escoger cuáles serán las que actúen como defensa.
Un sistema que, de nuevo, nos obliga a pensar con rapidez y astucia, teniendo siempre en mente posibles movimientos, tanto nuestros como del rival, antes de comenzar con la siguiente ronda. Un cambio fundamental que propicia giros constantes en la partida y deja de lado la aleatoriedad para destacar el juego mecánico en el que se basa el título.
Un abanico repleto de posibilidades
Con todo, esto no es más que arañar la superficie de las posibilidades que nos ofrece el título de Riot Games. Y es que a través del propio lore del juego original, 'Legends of Runeterra' se enriquece de forma constante, dando forma a su estructura. Así, divide sus mazos entre las diferentes regiones del juego (Demacia, Freljord, Piltover y Zaun, Noxus, Jonia y las Islas de la Sombra), contando con unidades y héroes propios —campeones— de cada una que, a su vez, cuentan con sus propias características.
Para poder escoger unidades de cada una de las regiones debemos contar con, al menos, un campeón de la misma (siendo seis el máximo de campeones posibles por mazo), variando las posibilidades de cada mazo con una notable versatilidad que nos permite, por ejemplo, combinar los potenciales de Demacia y Freljord. Además, afilando al máximo sus posibilidades, el título no incluye un sistema de compras de cartas (tan solo comodines y factores estéticos), por lo que el equilibrio del juego es prácticamente absoluto.
A ello debemos sumar las habilidades de cada personaje—algunas de ellas relacionadas intrínsecamente con alguna región— como "Abrumar", que inflige el daño sobrante al nexo enemigo cuando el poder de la carta en cuestión supera a la defensa enemiga, "Escarcha", que reduce a cero los puntos de ataque, "Endeble", que desaparecen al terminar la ronda o "Elusión", que permite que una carta solo pueda ser bloqueada por otra de la misma condición.
Más allá de ello, y redondeando el conjunto que ofrece el juego, cada campeón cuenta con la posibilidad de "evolucionar" —a través de la mecánica Mejora— al cumplirse una condición determinada, aumentando su poder de ataque y defensa y/o añadiendo nuevas particularidades a la carta que pueden ser decisivas a lo largo de la partida. Lux, por ejemplo, lo hace al gastar 6 puntos o más de maná y, además, nos pone en mano el hechizo "Chispa final", mientras que Tryndamere lo hace al morir por primera vez, potenciando su poder ofensivo notablemente.
En definitiva, todo apunta a que 'Legends of Runeterra' llega con paso firme y dispuesto a ganarse su propio espacio en el terreno competitivo. Un título que, de mantener su equilibrio y posibilidades, podría llegar fácilmente al público nuevo sin perder de vista a los veteranos del género, conformando una comunidad capaz de mantener su estela.