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Impresiones de 'Kingdom Hearts III', un regreso mágico

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Impresiones de 'Kingdom Hearts III', un regreso mágico

Por Oscar Martinez

El 3 de Diciembre 2018 | 10:00

Probamos 'Kingdom Hearts III', todo un regreso mágico para la experiencia definitiva de la saga de Square Enix.

'Kingdom Hearts' siempre ha sido una constante. Lo ha sido en mi vida pero quiero arriesgarme a pensar que también lo ha sido para muchas de las personas que pasen por estas líneas. Título tras título, la obra de Tetsuya Nomura se ha convertido en una pequeña parte de mí. Sora, Riku, Kairi y todo el plantel de sus entregas han conseguido dejar una impronta. Un papel que, siento, se identifica sobremanera con el 'Share the Magic' que acompaña a 'Kingdom Hearts III'.

Y es que es precisamente ese eslogan lo primero que se vislumbraba al poner los pies en la tercera edición de la Barcelona Games World. Una premisa que invitaba a compartir la magia de un juego que yo, con todo mi pesar, ya notaba distante. El paso del tiempo —y no, no hablaremos de esos "diez años", porque 'Unchained X' y 'A Fragmentary Passage' han sido antídoto contra la espera— y los movimientos de Square Enix han conseguido mellar un sentimiento que considero especial. Nervios, presión. Tener el mando frente a las manos sabiendo que guarda redención. Pero también una toma de contacto con el título más esperado del momento sobre el que hablamos hoy y que, adelanto, consigue recuperar toda esa magia.

Manteniendo la esencia de su magia

Si tuviese que definir la experiencia general con la demo que tuvimos ocasión de probar en la feria de la ciudad condal mi respuesta sería, simplemente un «es 'Kingdom Hearts' una vez más. Pero es más 'Kingdom Hearts' que nunca». Es una idea que evoca, quizás, a las críticas de 'Dark Souls III'. Pero nada más lejos de la realidad. No es que 'Kingdom Hearts III' replique una fórmula conocida y la refine, sino que unifica todo lo que representa la saga y la pule para definir lo que es, sin cabida alguna para la duda, la mejor experiencia que puede ofrecer la franquicia.

Kingdom Hearts III

Y es que 'Kingdom Hearts III' bebe de la más pura nostalgia y se propone a sí mismo como una extensión directa de lo que comportaban sus anteriores entregas. Se entienden trazas de 'Kingdom Hearts II', pero también puede usarse el Tino, que se extrae de 'Birth by Sleep' y la influencia de 'Dream Drop Distance' es tan notable que sus mecánicas se han incluido de forma notable. Hay un sentimiento implícito en cada uno de sus movimientos. La idea de que nos embarcamos en el viaje final.

Algo que se hace notar especialmente en la fluidez del título. La experiencia de 'A Fragmentary Passage' nos dejaba entrever como se movería el título pero lo cierto es que la última entrega de la franquicia apuesta por un sistema tan intuitivo como de costumbre pero con unos ritmos mucho más elevados. Los combos ahora fluyen con mayor facilidad y pasamos de ataques terrestres a aéreos, de golpes físicos a magia, con absoluta presteza.

La experiencia 'Kingdom Hearts' definitiva

La demo se divide en dos partes. Nos encontramos primero con el clásico Coliseo del Olimpo en un tono más oscuro de lo habitual — una forma de mostrar lo bien que le sienta al título el cambio por Unreal Engine 4. El mismo sirve como tutorial; una iniciación a su sistema que nos permite comprobar cómo funcionan ahora los movimientos de Sora, sus habilidades y la combinación de estas con nuestros inseparables compañeros.

Kingdom Hearts III

Un punto que escala rápidamente —y, además, de forma literal— al hacernos ascender hasta la localización del Titán Roca, esquivando las rocas durante el ascenso y comprobando así como se ha potenciado el dinamismo del juego. La batalla sigue las pautas de títulos anteriores, pero la invocación del Tren Mágico cambia totalmente la dinámica del enfrentamiento y apuesta por pequeños segmentos de acción donde es necesario contrarrestar sus golpes.

Sin embargo, es en la incursión al nuevo mundo, Caja de Juguetes, donde el título nos permite exprimir sus nuevas posibilidades. Su planteamiento nos permite movernos con mayor autonomía y el haber pasado ya por el escenario anterior ayuda a desenvolverse con más gracia y disfrutar de los pequeños detalles que trae consigo el título. Unos que podemos ver, por ejemplo, al utilizar magia con las diferentes Llave Espada que portamos y que ahora podremos rotar con un máximo de tres llaveros, cambiando también el efecto de estos hechizos.

Ocurre algo similar con las nuevas formas de las armas. Por ejemplo, Placa del Infinito nos permite usar Megamartillo mientras que Para Siempre toma la forma de un bastón solar si sabemos jugar bien nuestras cartas. Un sistema que incita a tomar la acción por banda y dejarnos llevar aprovechando las pautas que nos da el propio juego o disfrutando del libre albedrío.

Kingdom Hearts III

Aunque ambos segmentos jugables se centran especialmente en mostrar la fluidez de su sistema y el desarrollo del combate nos dejan entrever la capacidad de un mundo que se encuentra menos segmentado y las posibilidades que Square Enix piensa ofrecer para innovar en sus mecánicas. En Caja de Juguetes, por ejemplo, tenemos la posibilidad de montarnos en un mecha y batirnos en duelo con otros modelos, siendo casi imprescindible el hacer uso de la estrategia y el control del entorno para escapar del robot y tomar posesión de otros para evitar caer ante el enemigo.

La experiencia, en líneas generales, es breve, pero muy intensa. La espera ha sido muy larga y la presión estaba más que presente a la hora de sumergirse en su mundo, pero los resultados son especialmente positivos. Si bien, es cierto que la cámara no siempre va a nuestro favor, es difícil achacarle más problemas. 'Kingdom Hearts III' se propone como la experiencia definitiva dentro de la saga. Es una extensión de su magia, de su esencia, pero consigue alcanzar un nuevo nivel y presentarse como una obra imperecedera.

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