El 4 de Febrero 2016 | 08:45
Meses de vaivenes para 'Homefront', aunque casi habría que hablar de años de vaivenes, para una saga que nació como la gran esperanza de la extinta THQ, y que ha ido de acá para allá, hasta que finalmente, ahora sí, parece que encuentra su lugar en Deep Silver. Al menos ahora que hemos jugado podemos garantizar que sí, efectivamente existe. Algo, que hace no tanto era complicado de esclarecer.
Por contextualizar en un par de pinceladas, que la ocasión lo merece, el origen de 'Homefront' lo hay que buscar en el año 2011 de la mano de Kaos Studios al desarrollo y bajo el sello de THQ. Una importantísima inversión por parte de la compañía de 'Darksiders', que al calor del éxito de 'Call of Duty Modern Warfare' intentaba encontrar lugar destacado en el imperio de los shooters bélicos. Un juego con una campaña de marketing a la altura de los grandes, pero una propuesta muy cuestionable, que se saldó en el cierre del estudio. THQ desapareció poco después, y 'Homefront' fue a caer a manos de CryTek. La compañía del CryEngine pronto presentó, con un enfoque muy atractivo, 'Homefront: The Revolution', pero antes de que diese tiempo a ver nada palpable del juego, CryTek también entra en un pozo financiero que lleva a que la franquicia y el desarrollo se vayan a Deep Silver. 'Homefront: The Revolution' estaba siendo desarrollado por CryTek UK, que también echa el cierre. Buena parte del equipo principal acaba en Dambuster Studios, un estudio interno de Deep Silver en Nottingham -mismo emplazamiento de Crytek UK-, para continuar con 'Homefront: The Revolution' allá donde lo habían dejado en la casa de 'Crysis'. Después de tanta curva, y medio mareados a esta altura del viaje, ahora sí, 'Homefront: The Revolution' ve la luz a final del túnel.
Arrancamos
El primer rastro del camino que ha hecho la franquicia lo encontramos al echar a rodar el juego y ver el logo de CryEngine comandando el desarrollo. Lo que tenemos frente a nosotros en la beta cerrada es el modo cooperativo Resistencia. Un modo multijugador que va con los tiempos, con la intención de ir un paso más allá del team deathmatch machacón y tostón que ya nos sale por las orejas. Lo que propone 'Homefront: The Revolution' es una suerte de componente persistente en un cooperativo a cuatro, dándole trasfondo a nuestro personaje, que nos acompañará a lo largo de la partida.
Así, la primera vez que inicio juego tengo la posibilidad de darle rasgos físicos a mi seleccionable. Yo me hice un anciano, porque la tercera edad está claramente discriminada en esto de los videojuegos. Es divertido que le podamos dar un trasfondo, ¿qué función ocupaba nuestro soldado antes de que estallara esta guerra futurista a la que nos enfrentamos? Mi veterano es un jugador de baseball retirado; una estrella, dirían algunos, yo no me atrevo a tanto. El trasfondo que le demos a nuestro héroe de guerra es importante, porque determinará el papel que pueda jugar en la batalla. Es orgánico el hecho de que un médico aplique sus conocimientos en medicina al campo de batalla, y un jugador de baseball -aunque ya sea un anciano- goce de ciertas aptitudes físicas.
Entonces llega el momento de internarse en la batalla y lograr hacer puntos. Un cooperativo a cuatro en el que tendremos que hacer alarde de la táctica para lograr superar misiones bastante complicadas. Incluso en nivel fácil, oleadas de bots terminaban conmigo y mi cuadrilla de desconocidos sin compasión ni compromiso una y otra vez. Tengo que confesar que mis primeras intentonas no llegaban al par de minutos de juego, y vuelta a comenzar de nuevo. Rápido me doy cuenta de dos cosas: esto es mejor con amigos, y esto no es un mata-mata.
Colaboración en compañía
La profundidad de este modo multijugador está más cerca de la misión de 'Rainbow Six', que de la escaramuza de oleadas de un par de minutos a lo 'Gears of War'. Tenemos que recoger objetos, escondernos en edificios, aplicar la estrategia de infiltración, y, en último término, liarnos a balazos con los supersoldados que quieren terminar con nuestra vida.
De esta forma, la experiencia con desconocidos, como en 'Rainbow Six', es mucho menos satisfactoria que la que se figura con otros tres amigotes conectados en línea. Este modo multijugador, sin ser tan táctico como el juego de 'Tom Clancy', se presta a reunirse un chat party para montar un asalto en condiciones. Entre cada partida podemos gestionar nuestro personaje con árboles de habilidades similares a los de 'Borderlands', poco familiares en lo que se presenta como un shooter de acción, pero que encajan perfectamente.
Así, este modo Resistencia no se termina de salir de lo convencional, pero tampoco lo de siempre. Es un punto intermedio entre la sucesión de partidas típicas, y una aventura cooperativa de mundo persistente. Tiene elementos de cada estilo que nos permite enfrentar una misión en un periodo razonablemente corto de tiempo, pero a la vez que aporta una sensación de profundidad y progresión que puede ser interesante.
Este es el primer contacto, apenas he podido jugar un par de horas, que en realidad me generan una sensación contrapuesta. Lo cierto es que me parece interesante el modo de juego que presentaron en esta beta cerrada, y a falta de estudiarlo en más profundidad, puede ser un estilo interesante para 'Homefront: The Revolution'. La segunda parte es que a nivel técnico le queda mucho por pulir antes del lanzamiento comercial, tanto a nivel visual, como respecto al feeling del gunplay. Dambuster Studios tiene camino por andar y maniobrabilidad hasta mayo, cuando está previsto su lanzamiento.
Por cierto, jugamos la versión de Xbox One. Como sabéis, 'Homefront: The Revolution' es uno de esos juegos con trato preferencial en la sobremesa de Microsoft.
PD: Indudablemente, 'Homefront: The Revolution' tiene mucha mejor pinta que la primera entrega.