Cuando crees que lo has visto todo es cuando hay más posibilidades de que una sorpresa te deje atónito. El concepto de 'Eternum Ex' es uno que suena vagamente familiar a muchos de los que llevamos disfrutando de videojuegos desde hace tiempo: un título arcade inspirado en la generación de SNES y Mega Drive, en aquellos días que la gente pasaba tardes dejándose sus monedas en máquinas con una gran dificultad para tragarse lo más rápido posible las monedas de aquellos que depositaban sus ojos sobre las luces de colores de su pantalla.
Nada fuera de lo natural, excepto que esta vez este redactor sí ha sentido el regreso de aquella época. No por la dificultad o el diseño gráfico en cada uno de los píxeles que conformaban los complejos niveles de 'Eternum Ex', sino por lo sencillo que resulta de comprender su concepto e incluso así verte atrapado jugando hasta ver la pantalla de Game Over... Y entonces sentir esa tentación de continuar la partida porque ibas muy bien. Y así incontables de veces.
Pura adicción nostálgica
Si me obsesiona la idea de que este juego me haya enganchado tanto es porque el concepto de 'Externum Ex' es extremadamente simple: coger todos los cofres del nivel para abrir un portal que te llevará al próximo. Ya está, cualquiera puede entender en qué consiste. Con un sólo vistazo a la pantalla antes de empezar ya lo has entendido todo. Puedes intentar abrirlos antes para que te ofrezcan power ups y puntuaciones mayores, pero no complican la experiencia. Parece fácil desde lejos, lo que provoca un pique enorme cuando pierdes tu primera vida.
Es muy sencillo morir, mucho más de lo que creería un jugador experto. Los enemigos aparecerán de manera interminable por la pantalla hasta que la termines, y si te tocan, mueres. Así de simple. Sólo tienes tu poco útil bastón para golpearles y eliminarles de un solo ataque, pero es indiferente cuánto creas tener el control: antes o después la cantidad de enemigos te superará, cometerás un fallo que verás como muy tonto por tu parte y querrás seguir intentándolo. Quizás con ese útil power up que te permite lanzar bolas de fuego aguantes más esta vez, piensas. Sólo necesitas tener suerte para que aparezca en uno de los cofres. Y eso te lleva a otros minutos de diversión y de golpe frustración.
El concepto tras el juego es sencillo, por molesto que pueda resultar para algunas personas: debes aprender de tus propias experiencias, mejorar a base de golpes y convertirte en un experto en la materia. Debes tomarlo con la filosofía de un arcade, de tomar el mando y marcarte el objetivo de llegar lo más lejos posible antes de llegar a ver la pantalla de Game Over. Pero esto es en lo relativo al modo arcade. En el modo Historia descubrirás que hay más detrás de lo que parece en primera instancia.
No tan fácil como parece
Para acompañar el concepto de los niveles con dificultad aumentada a cada uno que superas está el hecho de que cada cinco fases toca un jefe final. Nada de echarse atrás a partir de este punto: no estás buscando tesoros cuando te enfrentas a ellos, sino identificar lo más rápido posible sus puntos débiles y evitar sus ataques más poderosos. Los que este redactor ha podido probar son intuitivos y fáciles de comprender, un punto a agradecer en cualquier arcade donde el tiempo es clave. Es sencillo dañarlos, pero esperar a tu momento correcto para no perder una vida es todavía más importante. No puedes confiarte.
'Eternum Ex' es adictivo porque resulta divertido e impresionantemente satisfactorio. Cuanto más lejos llegas más notas que mejoras, más ves que puedes ser un gran jugador y que lograrás terminar el juego antes o después. Pero ese es un camino difícil, lleno de obstáculos y retos. Deseo ya la llegada del juego a PC y Nintendo Switch el próximo 25 de octubre, cuando se estrene en formato digital.