'Dune', la obra de Frank Herbert publicada en 1965, nunca termina de irse del todo, siempre viene y va en diferentes formas, tanto por su influencia como por sus adaptaciones en otros medios. Esta década está marcada por la ambiciosa película de Denis Villeneuve, que ha sido un importante éxito en la taquilla internacional y ha permitido a Warner dar luz verde a su segunda parte. Amparados por esta vuelta de 'Dune' al imaginario colectivo, Shiro Games anunció en la última gala de los Game Awards su acercamiento al universo de Herbert con 'Dune: Spice Wars'. Tan sólo cinco meses después, ya hemos podido pasar unas cuantas horas en el desierto en su versión de acceso anticipado que ya está disponible.
Por ahora, 'Spice Wars' no cuenta más que con un único modo de juego en el que jugamos una campaña generada proceduralmente -la cual podemos configurar por encima en cuanto al tamaño del mapa, la dificultad de la inteligencia artificial, la agresividad de los gusanos o las formas de victoria, entre otras opciones-, aunque se espera que haya un multijugador y una historia próximamente. Las facciones disponibles son la casa Atreides, la casa Harkonnen, los contrabandistas y los Fremen. Como de costumbre, cada uno tiene sus virtudes y sus defectos. Ambas casas son similares, aunque las formas de llevar a cabo sus acciones son diferentes. Los Fremen son los más interesantes gracias a su conexión con la naturaleza y el desierto, lo que hace que el entorno sea algo más benevolente con esta facción.
'Spice Wars' es un juego de estrategia 4X (explorar, expandir, explotar recursos y exterminar) con un enfoque muy clásico, cuyo mayor atractivo reside en el universo en el que está basado. Por eso las formas de alcanzar la victoria son también las esperables: ganar a través de dominación (acabar con todos nuestros rivales por la fuerza), gobierno (llegar a ser el gobernador de todo el planeta a través de medios políticos) o hegemonía (se trata de un medidor que se va llenando según nuestras acciones, como el establecimiento de relaciones con otras facciones o el avance tecnológico). Pero antes de llegar a la victoria de la campaña, lo primero que hay que hacer es asegurar un flujo estable de especia, el bien más preciado en Arrakis, que incluso le da nombre al juego. A partir de ahí, iremos conquistando nuevos territorios, estableciendo relaciones comerciales, espiando a nuestros enemigos y aprobando medidas favorecedoras en el Concilio de Landsraad.
Los primeros pasos en 'Spice Wars' pueden ser un poco complicados hasta que conocemos a la perfección qué significa cada cosa y cómo funciona cada menú. Una hora después, probablemente nos sintamos un poco tontos porque el juego realmente no es tan complejo como aparenta en la primera toma de contacto. No le vendría mal un tutorial más completo antes de lanzarnos directamente a la arena. Tan sólo hay una serie de objetivos básicos que nos pueden ayudar a navegar durante los primeros momentos.
Nuestra atención en cada campaña se divide en varios aspectos. El primero es la conquista de los asentamientos para tener una porción del planeta importante desde la que establecer nuestra defensa. El elemento bélico es posiblemente el más decepcionante, ya que sólo tenemos la capacidad de crear seis tropas, con lo cual las batallas quedan un poco ridículas. Pero esto es un resumen bastante preciso de lo que es el juego en realidad. Todos sus apartados están muy contenidos.
La red de espías nos permite reorganizar nuestros activos para conseguir ventajas sobre nuestros rivales dependiendo de donde los mandemos. En cuanto al Concilio, periódicamente se toman decisiones que tienen efecto en la partida, que puede ser positivo o negativo para nuestros intereses. Para eso tenemos la influencia política (como si fuera un recurso más, como si fuera madera o piedra) e intentar que las cosas nos favorezcan de alguna manera. Por lo tanto, hay que estar compaginando todo el tiempo labores bélicas con otras políticas y de diplomacia.
Los momentos más interesantes son los que son exclusivos del mundo de Dune, que hacen que el juego sea único. Por ejemplo, el desierto es un lugar tan inhóspito, que los soldados no aguantan demasiado tiempo en territorios no conquistados, por lo que hay que ser rápidos a la hora de hacer la guerra en Arrakis. Las cosechadoras son las máquinas que recogen la especia, es decir, son esenciales, pero hay que estar continuamente pendiente de las alertas de los gusanos si no queremos perderla toda.
Conclusiones
En definitiva, las primeras impresiones con este acceso anticipado de 'Dune: Spice Wars' son buenas, aunque con algunas reservas. Se aprecia perfectamente el amor y respeto que profesan desde Shiro Games al clásico de Frank Herbert y en la primera hora de juego ya nos sumergen en el mundo desértico y brutal de Dune. Quizás su aproximación y enfoque pecan de conservadurismo y de falta de ambición. Lo que hace lo hace muy bien, pero puede que se quede a la mitad por esta falta de profundidad que hemos percibido durante nuestras sesiones. Seguiremos muy de cerca cómo progresa el paso de acceso anticipado a versión final de 'Dune: Spice Wars'.