A día de hoy parece cada vez más difícil hacer videojuegos para todos los públicos. Las empresas parecen mucho más centradas en hacer títulos que puedan llamar a los adolescentes y jóvenes adultos con obras teóricamente maduras que no facilitan el acceso a la industria a los más pequeños. Por ello es una suerte que Avalanche Software, creadores de 'Disney Infinity', siga existiendo y se anime a continuar haciendo esta clase de juegos.
En esta ocasión su siguiente apuesta viene con 'Cars 3: Hacia la Victoria', el videojuego que acompañará a la nueva película de Pixar Animations sobre la misma fecha de lanzamiento. Su objetivo es sencillo: acercar a los más pequeños la experiencia de la conducción y la adrenalina de las carreras a la vez que disfruten con algunos de sus personajes favoritos. No es innovador, pero puede servir para que los más pequeños se animen a jugar a algo nuevo.
Los eventos de este título tienen lugar tras 'Cars 3' según nos informó Warner Bros., por lo que no habrá spoilers de la tercera entrega de la franquicia más exitosa en juguetes de Pixar. El título nos propone tomar el control sobre una selección de vehículos de todas las entregas para animarnos a participar en torneos, desafíos e incluso carreras con armas al más puro estilo 'Mario Kart'.
Las carreras funcionan de manera sencilla: contamos con toda una gama de circuitos y debemos recorrerlos las suficientes veces como para ganar y situarnos en primera posición. No es nada nuevo, pero para no aburrir a los más pequeños el juego nos anima a hacer piruetas, trucos y movimientos arriesgados que recargarán el medidor de turbo de nuestro protagonista, que tras usarlo ganaremos un acelerón. Y funciona porque sin ese extra de velocidad quizás no tengamos una victoria asegurada, pero puede ser una práctica que no guste a todos.
Pedir al jugador que haga trucos o conduzca del revés lo máximo posible mientras la cara del coche de turno pone caras extrañas puede cansar de forma muy rápida. Se trata de algo a lo que hay que pillarle el truco para hacerlo bien, pero una vez hecho es algo más pesado que una función que refresque cada carrera. De hecho, el título parece querer llamar nuestra atención de forma constante con esto, como si pudiésemos distraernos o pudiéramos olvidarnos de cómo se conduce si no ponemos todo de nuestra parte.
La función de estar haciendo trucos cansa rápido, sí, pero no quita que el juego no tenga una buena y medida dificultad. Quizás haya modos en los que cualquier niño pueda ganar antes de saber cuál es el botón para frenar, pero en la versión que hemos podido probar las dificultades más altas son muy exigentes hacia el jugador y animan a mejorar poco a poco hasta dominar la pista como auténticos maestros.
Esto es algo que agradezco, pues no sólo no da por sentado que el juego debe ser fácil para que un niño lo disfrute, sino que anima a entrenar y mejorar como jugador hasta superar los límites de uno mismo, algo fundamental en este sector. Para evitar que caigamos en la monotonía también nos propone una serie de retos que debemos ir completando de una lista progresiva para desbloquear corredores e incluso jefes finales, por lo que en efecto, los más pequeños tendrán una motivación para seguir jugando y entrenar hasta convertirse en el próximo Rayo McQueen.
'Cars 3: Hacia la Victoria' tiene algunos problemas de raíz que quizás cansen pronto a una gran gama de jugadores, pero se ajusta lo suficiente como para acercarse al público más pequeño y animarles a mejorar y experimentar como jugadores. Ese es un movimiento muy loable por parte de Avalanche Studios que deberíamos ver en otros juegos licenciados de películas que se estrenan a la par que sus juegos, un terreno habitualmente dominado por el shovelware. No podemos hablar sobre si funcionará, pero sí que quizás marque una pequeña inspiración para generaciones futuras cuando salga.