El 22 de Marzo 2017 | 11:20
Este artículo contiene spoilers de la temporada 1 de 'Feud'.
Hablando de spoilers, he de comenzar esta crítica con un consejo. Si estáis interesadas o interesados en ver '¿Qué fue de Baby Jane?', ahora que 'Feud' os ha despertado el gusanillo, estaría bien que la vierais antes de ver la serie, o al menos antes de ver el tercer capítulo. Aunque esperaba que la trama sobre el rodaje de la película se extendiera más episodios, en realidad en el tercero se acaba el rodaje, y con ello vemos algunas de las escenas claves de la película. Ilusa de mí, había pensado en ver este clásico del terror tras la serie, y sabía que poco a poco se me iba a ir desvelando la película, pero aun así aguanté. Además, creo que ver ambas obras a la vez nos enriquecerá la experiencia de adentrarnos en este episodio de la historia del cine, para ver los paralelismos entre realidad y ficción, a las Crawford y Davis originales y a sus nuevos alter ego. Maravillosas las cuatro, por cierto.
Dicho esto, este capítulo 1x03 de 'Feud' continúa un poco la experiencia de los anteriores, en el sentido de que se centra en el rodaje, y a partir de ahora parece ser que veremos los acontecimientos posteriores, que parecen haber sido, en la realidad, mucho más tróspidos. Indagando en la historia de '¿Qué fue de Baby Jane?' y la enemistad entre las actrices, actividad que me ha entretenido enormemente, leía que el propio Aldrich había declarado que Bette Davis y Joan Crawford, pese a que no se gustaban, se habían portado correctamente durante el rodaje. Y así lo vemos reflejado en la serie, incluso Davis confesaba a Crawford que quería que saliera bien la película, aunque eso implicara apoyarla a ella, y parecía que sus lazos se iban estrechando de alguna manera.
Aquí hay tomate
La personalidad de Bette Davis, tal y como la vemos reflejada a través de Susan Sarandon, es muy interesante. Vemos a una mujer directa, sincera, clara, que acude a Crawford cuando hay algo de ella que le gusta, por ejemplo cuando le pregunta cómo consigue que sus hijas se comporten tan bien, y no duda en reprocharle lo que no le gusta. Esa transparencia es la que también guarda con Aldrich, y en verdad así es como Hollywood recuerda a la actriz. Eso y por su sarcasmo y sus bromas, a veces muy retorcidas, y a veces que también valen más que mil palabras, como esa máquina expendedora de Coca Cola que encargó colocar en el set (recordemos que Crawford había estado casada con uno de los dueños de Pepsi).
Pero Crawford parece mucho más ambiciosa, intentando que su trabajo compense las fuentes de angustia de su vida personal, como su dura infancia, el tener lejos a sus hijos, o el desear tener una pareja al lado. Así que no duda en pasar por encima de Davis para conseguir su ansiada estatuilla al Oscar, historia que en próximos episodios tendrá mucha más miga, si conocemos la historia real. Aunque no nos centremos mucho en ello en la crítica (y no porque no resulte interesante), la maternidad es uno de los temas centrales de este capítulo.
Los entresijos de Hollywood
Desde la lengua viperina de la prensa rosa, hasta la crueldad de las productoras, con grandes exigencias a cambio de nada, en estos capítulos de 'Feud' donde acudimos a ver el rodaje por dentro encontramos la cara más oscura del mundo del celuloide. Jack Warner se muestra tan "hijueputa" como siempre, en un momento en el que se está rodando una película de bajo presupuesta, pues como él recuerda a Aldrich: "Esta es una película de serie B, no lo olvides", pero sin saber cómo llegaría a convertirse en culto, y cómo hoy, 55 años después, hablaríamos de ella día y noche. Crawford lo decía: "Odio esta película", ¿la seguiría odiando en sus años posteriores?
Uno de los temas sociales de la época que hemos visto reflejado en el capítulo 1x03 de 'Feud' es la homosexualidad de Victor Buono, además de su descubrimiento como un gran actor. Por un lado veíamos las dificultades que las personas LGTB tenían en los años sesenta, aún peor que hoy en día, aunque no superadas todavía, pero también Davis le brinda un gran apoyo. Aunque le anima a mantenerlo en secreto para no arruinar su carrera (años sesenta...), la actriz era un icono para los hombres gays de la época.
También hemos pegado un pequeño vistazo al tratamiento de la discapacidad intelectual, y es que Davis confiesa tener una hija con retraso mental, que vive interna en un colegio especializado en estos temas, donde sabe que la cuidan bien y le dan todas las atenciones que ella no puede darle. Sin embargo, viven separadas y parece que tiene un sentimiento grande de culpa por no estar a su lado. Por fortuna, con los años la situación ha ido mejorando, ya no se lleva a los niños a instituciones o colegios internos, y pueden acudir a la misma escuela que todo el mundo y recibir todas las atenciones necesarias desde una vida normalizada.