El 14 de Junio 2017 | 00:00
Shawn Layden es un tipo que me cae muy bien. Aunque no sé mucho sobre él más allá de ver cómo año tras año, conferencia tras conferencia, se empapa él mismo de esa magia de PlayStation que siempre intenta vendernos. Es complicado negar que se esté creyendo de cabo a rabo cada una de las cosas que suelta. "PlayStation es el mejor lugar para jugar", es la coletilla que dice siempre, y no podía faltar esta vez, por supuesto. La división videolúdica de Sony goza de una salud envidiable en estos tiempos que corren. Tanta, que no hacía falta que nos lo dijeran.
La conferencia del E3 de este año para la compañía nipona se podría resumir en esa frase del amigo Layden. Para bien y para mal. Para bien por lo dicho: tener una PS4 ahora mismo es garantía de recibir lanzamientos de gran calibre. Para mal, porque si la presentación solo hubiera consistido en decir "PlayStation es el mejor lugar para jugar", nos habríamos quedado igual. Es exageración lo que acabo de decir evidentemente, demagogia incluso, pero la sensación general de que Sony no nos ha dicho casi nada en esta hora que ha durado su evento es más que palpable.
Juegos a tutiplén
Este breve discurso del presidente de la división americana de PlayStation ha sido la única pausa en un buen rato en el que no hemos dejado de ver tráilers. Llama la atención cómo la firma ha dejado a un lado esos informes de ventas tan tediosos de los que se vanagloriaban hace unos años. De hecho, ni siquiera hemos visto a una sola persona en el escenario más allá del ya mencionado y de los performers que adornaban la noche con su música, en el caso de 'Uncharted: The Lost Legacy'; o colgando del techo de manera estrambótica, como en 'Days Gone'. Nada de desarrolladores hablándonos de sus juegos de primera mano. Ese factor humano se ha ido y ha sido sustituido por la fría esterilidad de lo que en el fondo es todo esto. No una conferencia de prensa, sino algo más semejante a un espectáculo televisivo.
Pero hay juegos, que es lo que venimos a ver. Títulos tangibles, además. Densos gameplays que nos dicen "hey, esto es real, lo vas a experimentar tú mismo en algún momento". O eso queremos creer, porque vídeos como el de 'Spiderman' que ha cerrado la conferencia o el del 'Days Gone' que comentaba antes son el fiel reflejo del script al servicio de la espectacularidad preparada. Juegos maquillados, como viene siendo habitual en estos eventos. Me cuesta pensar que en mitad de una persecución por Nueva York a golpe de telaraña voy a poder atravesar con semejante flexibilidad e improvisación un letrero que casualmente se ha destrozado delante de mí. Aunque, al menos, sí que se ofrece un vistazo general a la clase de situaciones que podremos encontrarnos en estos títulos. Prácticamente todos los que se han enseñado prometen (aunque personalmente ni 'God of War' ni 'Days Gone' me hacen mucho tilín), y no es para menos, pues hace un año exacto que supimos de ellos por primera vez. Más les valía que lo del anterior E3 no se quedara en humo.
Porque esa es una palabra que suele rondar por las conferencias de Sony de la misma manera en la que la criatura homónima de la serie 'Perdidos' vagabundeaba constantemente por la misteriosa isla. Después de dos años seguidos llenos de sorpresas de las que hacen que se te caiga la mandíbula, al final han acabado pagando el pato. Esas sorpresas se tienen que hacer realidad, y no quieren que pensemos que nuestras PS4 se van a quedar huérfanas; necesitan enseñarnos, antes de meterse en más berenjenales como el de 'Shenmue III', que lo que tienen ahora existe y va viento en popa. Lo que pasa es que tenían para eso y más.
Acostumbrados a las dos horas largas que suelen durar las presentaciones de Sony, esta nos ha dejado literalmente a medias. Una hora escasa donde los mayores anuncios han sido el nuevo 'Monster Hunter World', una expansión para 'Horizon: Zero Dawn', varios juegos para PSVR, y un remake de 'Shadow of the Colossus' que a mi particularmente me hace mucha ilusión, pero que no salva una conferencia ni es indicativo de nada. Quizás es que nos hemos malacostumbrado viniendo de años anteriores, pero el caso es que nos duele un poquito no haber visto nada de From Software y sí del enésimo port de 'Skyrim'.
Evaluándola fríamente, como conferencia no ha estado mal. Muchos juegos, muy juegos, que nos dan a entender que tener una PS4 ahora mismo es señal de estar surfeando en la cresta de la ola. Pero es lo que decía al principio: no hace falta un E3 para ver eso. Sólo hay que echar un vistazo al inicio de año que hemos tenido, con 'NioH', 'Horizon', 'Persona 5', y si me apuras hasta 'NieR: Automata', para darnos cuenta de que PlayStation está en una de sus mejores etapas. Al E3, en cambio, se va a lo que se va. Las sorpresas, lo inesperado, lo que te deja ojiplático perdido, es lo que acaba calando más en la feria, como demostró Ubisoft horas antes. Sony sabía jugar muy bien al juego del E3, pero este año se ha relajado. Por no estar, ni siquiera hemos visto la clásica retahíla de indies que suelen alegrar la noche con sus propuestas poco convencionales. Eso se ha quedado en Microsoft.
Si tras finalizar la conferencia después del gameplay de 'Spiderman' hay un ambiente generalizado de coitus interruptus, no es por nada. Como comentaban mis compañeros de redacción en el streaming, la cosa acabó en el momento en el que parecía que iban a ponerse con la artillería pesada. Será humo, pero el humo es lo que cimenta la feria de Los Ángeles. Para lo demás, ya tenemos el resto del año.