Esta crítica contiene información del capítulo 100 y de toda la saga de 'Dragon Ball Super'
Llegamos a la cifra mágica de 100 episodios en 'Dragon Ball Super', un aniversario del cual se esperaba mucho, y que durante toda la semana se había especulado con algo muy grande para la saga.
La realidad es que ha sido un capítulo con mucho que analizar, pero que no ha tenido nada sorprendente o que se vaya a quedar en el recuerdo de los aficionados. El problema, como suele pasar en 'Super', es que te dan una de cal y otra de arena, ya que proponen situaciones y personajes que motivan mucho al espectador, pero que al final no saben resolverlo de la forma más adecuada, por no hablar de las incongruencias que está teniendo la saga, y que ponen en entredicho todo lo visto con anterioridad en la serie. Pero vayamos por partes.
Un combate esperado
Con la eliminación de Krilin, la acción vuelve a Goku y a los saiyajin del torneo, más concretamente en Caulifla, la cual ve en nuestro héroe la mejor opción para seguir incrementando su poder. Como casi de un chiste se tratará, ambos adversarios comienzan a mostrar su potencial, haciendo que la luchadora se transforme en el nivel 2 de saiyajin tan solo viendo a Goku.
Este tipo de cosas es la que no entiendo de 'Super', en las sagas anteriores subir de nivel era por grandes entrenamientos o por momentos de ira, como Gohan contra Célula. Ahora en un instante suben de potencial con suma facilidad, algo que menosprecia lo visto en la serie, y que a mí personalmente no me gusta nada.
A causa de este enfrentamiento, Kale se ve apartada de su hermana, lo que hace que se sienta como un estorbo y se enfurezca, transformándose en el saiyajin original, al igual que Broly.
En este momento, es cuando 'Super' vuelve a hacer de las suyas. Primero porque el combate es idéntico, casi fotograma por fotograma, al de la película de Broly. Los mismos movimientos y los mismos ataques, con una salvedad, en vez de decir Kakarotto, Kale dice Son Goku. Al ver el tremendo potencial, Goku decide transformarse en Blue, pero apenas le hace daño a Kale, tanto es así, que le lanza una Kamehameha en modo Dios, y su adversario ni se inmuta.
La balanza de poder en esta saga está muy mal definida, si se supone que Blue es el máximo poder de un saiyajin, cómo es posible que ni tan siquiera le afecta a Kale. Podemos entender que cada vez que se enfada tenga un poder enorme, pero estamos hablando de una guerrera que apenas ha entrenado, y que sin transformación no opone resistencia. Si recordáis, Broly tenía que ser controlado por su padre para que no explotara su poder, y no hacía falta que se enfadara, ya que si no tenía ese control, sabía del poder con el que contaba.
Sin duda, Blue es la transformación menos aprovechada de la serie, y la cual parece que cualquiera puede hacerle frente, a menos que Goku se contuviera en sus ataques sin mostrar todo su potencial, algo que por otra parte ni se explica ni tiene mucho sentido. Al final, Jiren es el encargado de poner fin a la furia de Kale, tan solo un ataque, lo cual deja a la luz el enorme potencial de este guerrero, y sobre todo, que Goku debe de estar muy por debajo.
Posible teorías
La aparición de Jiren hace que Goku vaya a buscarlo y se preparen para su enfrentamiento. Visto lo visto, la única teoría que veo válida es que nuestro héroe muestre una nueva transformación, ya que no es entendible que no pueda hacerle frente a Kale, pero sí a Jiren, eso o que de verdad se contuviera ante la brutal acometida de la saiyajin.
Por otro lado, Gohan, Piccolo y los demás después de cuatro capítulos siguen en el mismo circulo y en el mismo lado, algo que la verdad ya empieza a ser casi de risa, sobre todo porque espero mucho de Gohan, como para que se quede quieto esperando ataques. Y para finalizar, después de toda la gresca montada ¿dónde está Freezer y su modo Dios?
Nos leemos en siete días con más 'Dragon Ball Super'.