Esta crítica contiene información del capítulo 64 de 'Dragon Ball Super' y de otros episodios de la serie.
Visto un capítulo nuevo de 'Dragon Ball Super' la sensación que se me queda es "así sí". El rumbo que está tomando la trama de Black Goku y Zamasu es la recompensa que todos los seguidores nos merecíamos a ciertos episodios y tramas de 'Super' que no llegaban a ser lo que se esperaba, siendo una saga que le estaba costando mucho despegar.
En este capítulo 64 la gran batalla continua, y las cosas para Black y Zamasu no están tan claras como ellos pensaban. Nuestros héroes siguen demostrando un gran potencial, sobre todo Vegeta, que está recibiendo el homenaje que merecía, ya que es un personaje demasiado lastrado en sus intervenciones, y que se había ganado llevar el peso argumental.
Goku y Vegeta han vuelto a recuperar la actitud, guerreros fieros que ya no están marcados por bromas insulsas, o momentos que se pretenden graciosos pero que más bien son decepcionantes. Estamos ahora ante los dos saiyajines más fuertes, y así lo demuestran. Para mí es la noticia más importante de estos últimos capítulos, por fin ver a los guerreros que nos cautivaron, y no personajes que dicen que no han besado a su mujer después de tener dos hijos.
El peor momento de Zamasu y Black
Más allá de esta apreciación personal, el capítulo 64 es el momento donde Black y Zamasu se dan cuenta que no están luchando contra simples humanos. La fuerza demostrada por Vegeta, junto al equipo que forma con Goku, hace que Black demuestre de nuevo sus capacidades, y cree un nuevo arma, esta vez una guadaña, con la que abre un vórtice de energía donde comienzan aparecer réplicas de este malvado personaje.
Mientras que Goku y Vegeta luchan contra estas homónimos de Black, Zamasu se dispone a eliminar a Trunks, Mai y Bulma, los cuales consiguen arreglar la vasija para poder ejecutar la técnica del Mafuba. Para sorpresas de todos, yo el primero, Trunks consigue hacer con éxito la técnica y encerrar a Zamasu. Pero otra vez la serie vuelve a traernos otro momento de esos que no sabes si reír o llorar, porque yo lo no los entiendo.
Después de ver cómo Trunks, con su nueva transformación, consigue encerrar a Zamasu en la vasija, resulta que el sello que deben poner en la misma se les ha olvidado en casa del maestro Roshi. Una escena que sin duda merece la pena, que está bien trabajada, que incluso da un vuelco y sorprende al espectador, se va al garete por una tontería. Creo que este tipo de momentos son los que lastran mucho a 'Super', y que personalmente todavía no entiendo, porque no llegan ni a ser graciosos, ni mejoran el guión. Para mí es lo peor que tiene 'Dragon Ball Super', y parece que no se cansan de hacerlo. Incomprensible.
El nuevo Zamasu
Más allá de esta frustración particular, Zamasu se libera del Mafuba, pero con sus fuerza muy lastradas, algo que llama la atención de Black, y hacen que tengan que tomar una decisión que va a cambiar el rumbo de la pelea. Los dos antagonistas deciden unir sus fuerzas a través de los pendientes de kaioshin, lo que origina un nuevo guerrero.
Después de esta fusión, lo que sí me parece un acierto es su nombre, y que no se hayan complicado en denominaciones extrañas. Este nuevo personaje se llama Zamasu, y es lo correcto, ya que son el mismo personaje pero de dos eras diferentes. En ese aspecto es un acierto.
Como era de suponer, el capítulo concluye con esta fusión, y nos dejan con la miel en los labios de ver el potencial que va a tener este antagonista. Parece lógico pensar que nuestros héroes no tendrán muchas opciones, y que un giro drástico de la trama va a ser el punto de inflexión. Quizás una fusión de Goku y Vegeta, quizás un nuevo nivel de saiyajin God, ¿quién sabe? Lo que sí es seguro es que esta trama está cautivando, y que capítulo a capítulo 'Super' se está ganando al público.
Habrá que esperar otros siete días para ver qué ocurre en el episodio 65, el cual tendréis la crítica en Zonared como cada lunes, hasta entonces os pedimos que mostréis vuestras conjeturas en comentarios.