Esta crítica contiene información del capítulo 101 y de anteriores episodios de 'Dragon Ball Super'.
Seguimos con el Torneo de Poder después del centenario de la serie. Si recordáis, Jiren había aplacado la ira de Kale, transformada en Super Saiyajin legendaria, mostrando el gran potencial que ya se le presuponía al luchador más poderoso del Universo 11. Al final del episodio anterior, Goku y Jiren parecía que se iban a disponer a comenzar el gran combate que todos deseamos, pero no es oro todo lo que reluce.
Guerreros de la justicia
En el momento que parecía que iban a comenzar las hostilidades entre los dos luchadores, aparece Toppo para interrumpir, y no para entrar en combate, sino para pedirle a Jiren que se retiren para guardar fuerzas y que sean sus cinco guerreros de la justicia quienes comiencen en combate.
Como parece que está siendo costumbre en 'Super', volvemos a tener reminiscencia de las anteriores sagas de la serie, esta vez un recuerdo de los guerreros de élite de Frezeer. Con la misma parafernalia, casi ridícula, se presentan cinco luchadores que apenas suponen oposición para Goku, Vegeta y los androides, de los cuales hablaremos más tarde.
Un capítulo que se presentaba apasionante, se convierte en un relleno para ampliar la duración del Torneo de Poder, ya que parece increíble que esos cinco luchadores, junto a Toppo y a Jiren, sean quienes defienden el Universo 11. Como dato, la única aparición anterior del comandante de los guerreros de la justicia fue rescatando a un gato, por lo que no era de extrañar cómo iba a ser su paso por el torneo.
En este sentido, el episodio 101 no me ha dejado buen sabor de boca, primero porque si Jiren es tan fuerte como se le presupone, no entiendo la razón para que tenga que conservar energía, si lo único que ha hecho es detener a Kale. Por otro lado, la innecesaria muestra de luchadores casi inútiles, y muy por debajo del nivel esperado, que todavía estamos viendo a estas alturas de torneo.
Kale y el saiyajin legendario
Otro de los aspectos que poco, o nada, me ha gustado es Kale. Si recordáis, la luchadora se transforma en su estado "Broly" cuando tiene ira, y es incontrolable. Pues bien, la tercera vez que se transforma ya consigue controla ese poder, y dominarlo a su antojo. La curva de transformación de estos saiyajines está siendo ya casi irrespetuosa con toda la saga 'Dragon Ball'.
Ya no solo con lo visto con Califula y su facilidad para transformarse en diferentes niveles sin mayor complicación, sino también porque Kale no ha tenido entrenamiento alguno, y solo con las palabras de su hermana de ánimo, hace y deshace su poder a su antojo. Sin duda, para mí, una de las peores cosas que está ofreciendo 'Dragon Ball Super'.
Los androides
A pesar de lo que pueda parecer, lo que sí me ha encantado es la actuación de C17 y C18, que se están mostrando como verdaderos pilares básicos del Torneo, y que a diferencia de Gohan, Piccolo y los demás, que ahí siguen en su esquina, lo visto de estos androides me está pareciendo más que bueno. No solo por mostrar un poder muy alto, sino por su actitud y sus ganas de lucha que a mí me están encandilando. Sin duda era el regreso que necesita C17, y que esperemos que siga así. A ver si podemos ver algo parecido con Gohan, aunque cada día lo dudo más.
Por cierto, por ahí sigue Freezer, saliendo a escena apenas unos segundos con su chulería característica, pero que como Gohan, poco o nada, y la verdad se esperaba mucho más.
Nos leemos en siete días con más 'Dragon Ball Super'