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Crítica 'The Big Bang Theory' 11x04: Estereotipos de género y la nueva amiga de Beverly

El capítulo 11x04 de 'The Big Bang Theory' profundiza en la relación entre Beverly y su nuera, Penny, llevando la relación con su hijo Leonard a un nuevo punto.

Por Sara Menéndez 20 de Octubre 2017 | 17:20

Siempre ha resultado muy curiosa la relación entre Sheldon y Penny. Él, la mente más brillante de su grupo de amigos, compañeros de trabajo, etc. Ella, una chica tan normal como tú y como yo, sin estudios superiores, pero sin resultar por ello la "tonta" de la serie. Parece que están a años luz de distancia el uno del otro, pero resulta que son los que, en realidad, mejor se entienden. Sheldon encuentra en Penny la persona socialmente resulta y segura que necesita en medio de un mundo desconcertante para él. Aunque la capacidad irritante de Sheldon llegue a límites insospechables, Penny sabe que puede confiar en él para cualquier cosa. Efectivamente, los estudios, inquietudes y el trabajo de cada uno no tienen que llenar todas las áreas de su vida, así que Sheldon y Penny son, ante todo, amigos, y no importa que uno no le interesen los trenes y al otro las estrellas de la MTV.

Forever Best Friends

Este capítulo 11x4 de 'The Big Bang Theory' ha ahondado más en este tema. Por lo visto, Beverly, la madre de Leonard, ha visto también en Penny un tipo de persona que necesitaba incluir en su vida: una amiga. Al tratarse también de una mente bastante brillante, es normal que a su alrededor afloren las personas más interesadas por su trabajo que por su vida personal, pero claro, Penny no. Resulta extraño que Beverly quiera compartir cuestiones personales con alguien, pero tampoco tenemos que tener en la cabeza un perfil predicho de cómo debe ser una persona con un Trastorno del Espectro Autista, que es en lo que se basan estos personajes. Así, suegra y nuera comienzan a charlar fuera de las conversaciones estrictamente protocolares y familiares, y la verdad que nos hubiera gustado ahondar más en esta relación. Incluso esperamos que en el futuro veamos más apariciones de Beverly en una faceta que no nos habían enseñado: como algo más que la madre de Leonard experta en psicología humana.

Pero esto, cómo no, irrita a Leonard. Lleva años arrastrando una mezcla entre decepción con su madre y el deseo de recibir de ella cariño y aprobación. Se siente celoso porque le ha dicho a Penny lo orgullosa que está de ella, palabras que nunca dedicó a su hijo. Seguramente, según la manera de concebir las relaciones para Beverly, porque está demasiado empeñado en recibir aprobación y porque, quizá, no le sorprendan los avances de su hijo. Es inteligente y lo sabe, ¿qué necesidad hay de darle una medalla?, pensará ella. Sin embargo, por primera vez Leonard se ve el ganador entre sus hermanos cuando su madre le afirma que es el que mejor pareja ha encontrado, y que se siente orgullosa de él por ello. Claro que esto provoca, repentinamente, las lágrimas emocionadas de Leonard. Lo que nos extraña más es que no se sepa más sobre cómo se llevó y se lleva con su padre, y si de él sí recibió aquello que clásicamente buscamos en las madres. Leonard ha sufrido, y comprendemos su dolor, pero Beverly no es mala madre, simplemente no es como se espera de ella. El padre, por lo pronto, se pudo librar de la carga de tener que cuidar emocionalmente a su hijo.

De padres a hijos

Hablando de familias rotas, este punto parece ser el que ha unido, definitivamente, a Sheldon y Howard. Ambos perdieron a sus respectivos padres en el pasado, así que intentan llenar ese vacío haciendo una actividad juntos, propia de padres e hijos: montar una maqueta de un cohete y echarla a volar. No nos extraña que haya más varones dedicándose a la ciencia, pues estas actividades de ocio siempre se ven orientadas a los niños varones. Más allá de que su experimento fallara, posteriormente, y como parecía predecible en cuanto Sheldon confesó que en realidad sabía conducir, tuvieron otro momento padre-hijo. Fue cuando Sheldon le pidió a Howard practicar con el coche, ya que estaban en una carretera a las afueras, así que éste le cedió el sitio y le ayudó a coger confianza en el coche. Ahí vimos, por un lado, a un Sheldon desatado, como si el que hablaba en sueños en el capítulo anterior (11x03) se tratara: ¡condujo a gran velocidad, y encima se estaba divirtiendo!

A donde esta situación quería llegar era a mostrar a Howard que en realidad sería un buen padre para su futuro y segundo hijo. Todo vino a colación de las primeras escenas del capítulo 11x04: Bernadette y Howard se enteraron de que el sexo del bebé sería masculino, algo que les asustó mucho. Bernadette porque quería una hermana para Haley, y Howard, cayendo de nuevo en el pozo sexista, porque no se sentía un ejemplo masculino a imitar y no sabía cómo enseñaría a su hijo varón a hacer "cosas de hombres", ya sabéis, ver y jugar al fútbol y cosas de esas. Estaba bastante deprimido, y este momento con Sheldon le animó bastante, pero claro, ¿en algún momento se había preguntado si iba a enseñar a Haley a conducir o a volar un cohete? ¿A ver el fútbol o beber cerveza juntos? Parece que será fácil porque tiene una madre que le enseñará a elegir los mejores vestidos o, bueno, sí, a estudiar, qué menos. ¿Acaso si el próximo hijo no sea un macho será un fracasado, o un afeminado como le dicen a Raj? Ambos hijos deberían llevar el mismo proceso de aprendizaje, la misma socialización y una educación bajo los mismos roles.