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Crítica 'El Ministerio del Tiempo' 3x09: ¿viajaremos al futuro?

El capítulo 3x09 de 'El Ministerio del Tiempo' nos lleva a los siglos XIV y XV en Peñíscola, así que veremos templarios y al Papa Luna en un momento muy delicado para el ministerio.

Por Sara Menéndez 6 de Octubre 2017 | 16:17

¿Qué pasaría si tuvieras en tus manos aquello con lo que siempre has soñado, pero sabes que las consecuencias de usarlo pueden ser catastróficas? No me imagino que el espacio-tiempo se venga abajo porque yo consiga ir a Disneyland París, pero Pacino era más ambicioso y de niño imaginaba ir al futuro como su héroe, el personaje de cómics Diego Valor. Ahora, tiene en sus manos el Libro de las Puertas, el documento que dio origen al Ministerio del Tiempo y que guarda entre sus páginas el secreto de cómo viajar al futuro. Bueno, más bien lo tiene en formato digital, guardado en su móvil después de que el libro original fuera destruido. Y porque no parece que lo haya subido a la nube, porque si fuera mi móvil, eso ya estaba en las oficinas de Google.

Sí, el comienzo de la crítica de esta semana es un poco abrupta, ya voy directamente a la escena final del episodio 3x09, pero es que es un tema que casi te hace olvidar todos los eventos ocurridos a lo largo del episodio. Así que volveremos a ello, también, al final de esta pequeña, y espero interesante, reflexión sobre 'El Ministerio del Tiempo'. El capítulo se llama El cisma del tiempo.

En este capítulo, ya el 30, la patrulla tiene, al principio, que viajar al presente, hasta Peñíscola, donde el Papa Luna, que mantiene allí el castillo de los Templarios donde vivió, ha aparecido en el siglo XXI para proteger el Libro de las Puertas. Un libro que el rabino Abraham Levi le ha dejado en custodia por el peligro que corre, pues este hombre es el que entregó el documento a Isabel la Católica y los del Ángel Exterminador quieren evitarlo. Tras ver al Papa por las calles de su ciudad vestido con sus trajes papales del siglo XV, igualito que Hitler en 'Ha Vuelto', vuelven atrás en el tiempo para devolverle a su sitio. El caso es que, ¡sorpresa! entran, dentro del mismo castillo, por una puerta del tiempo y aparecen en el siglo XIV, uno antes del del Papa. Es un hecho muy curioso porque se juntan, en el mismo lugar, dos momentos temporales diferentes, y muy relevantes. Ahí se encuentran con los últimos templarios que quedaban vivos en España, y lo que parecía una circunstancia más de los viajes, termina con un nuevo martirio para Alonso. Éstos le han confundido con un difunto legendario caballero templario, Don Pedro de Moneada (ficticio). Por ello mismo, Pacino convence a Alonso de que les pida ayuda para luchar contra el Ángel Exterminador, que tienen secuestrado al Papa y al rabino y los quieren intercambiar por el libro. Mala idea, porque la orden secreta tiene armas de fuego, con las que los templarios no podían combatir, y murieron. El honor, Dios y ese compañerismo entre hombres de guerra hizo sentir a Alonso como en sus mejores tiempos, por ello mismo se sintió tremendamente desolado al ver el fatal desenlace: los últimos templarios, finalmente, morían, y además por él. Es un personaje que está sufriendo mucho esta temporada, al igual que sus compañeros. El pasado está pegando fuerte en nuestros protagonistas, que además de viajeros en el tiempo y funcionarios por mantener la historia de España, son personas.

Difícil enfrentarse a dos sociedades enemigas

Pacino también se lleva un duro golpe, y es que Marta ha entrado en coma de la manera más dolorosa posible: a manos de su padre, que tras considerarla una traidora a Los Hijos de Padilla, la golpea contra un cristal para intentar matarla. Todo después de que ella intentara por segunda vez, y esta vez consiguiéndolo, salvarle de la muerte ante un crimen que ella pensaba que no había cometido. Los Hijos de Padilla parecía que luchaban por algo noble, como cambiar la historia para beneficiar a los que siempre han salido perdiendo de ella (las clases más bajas), pero para salvar a unos inocentes no dudan en llevarse por delante a otros similares. Hasta el punto de intentar asesinar a sangre fría a tu propia hija. No sabemos si Marta saldrá bien parada de su delicado estado de salud, o si se mantendrá fuera de la trama.

En el capítulo hemos visto un detalle de Lola que nos ha recordado tremendamente a Amelia. Cuando ella ve el retrato de Pedro de Moneada, al que confunden con Alonso, se da cuenta de que habían viajado al siglo XIV, por el tipo de pintura. Recordemos que la anterior Lola Mendieta era una experta en arte, y que encargaba cuadros a Dalí en el pasado para venderlos en el futuro. Aquí cuenta ella que su madre la llevaba a menudo al Museo del Prado, y al igual que Amelia era una experta en Historia y Literatura, ella lo es en Arte (y por tanto sabrá mucho más de Historia que sus compañeros).

Viajar al futuro, ¿cómo?

Pero si hay algo que hubiera sido diferente en el episodio estando Amelia, es que quizá se hubiera asegurado de que Pacino borraba las fotos del Libro de las Puertas. Lola se lo aconsejó, confiando en su buen criterio, y no es para menos, estuvo a punto de hacerlo. Pero se las quedó. Ahora queda la duda de cómo actuará con ellas, cuál será el secreto del futuro y qué peligros acarreará. Pero tengo la intuición de que si hay algún viaje al futuro, será uno no muy lejano, porque es una serie que, aunque tenga ese componente ficticio de los viajes en el tiempo, su intención es mostrar la realidad, porque es lo que quieren preservar. Así que no me imagino un futuro inventado en 'El Ministerio del Tiempo'.

Algunos os habréis preguntado lo mismo que yo: si no se puede viajar al futuro, ¿por qué el Papa, el rabino o mucha otra gente de otras épocas sí está en el futuro (Irene, Ernesto, Angustias...? O sea, lo que es futuro para ellos, pero presenta para nosotros. Eso, paradójicamente, me resuelve una duda que siempre he tenido: ¿es el de Salvador un ministerio del pasado en medio de ministerios que existen en el futuro? ¿O este es el ministerio más reciente? Parece que en la línea temporal, 2017 es la época más avanzada, y las otras épocas pueden ir a nuestro año porque es un tiempo existente. Sin embargo, el futuro más allá de octubre de 2017 no existe, por lo que no se puede ir. Pero, ¿cómo lo sabemos? ¿Acaso no piensan en 1980, en 1450 o en 1715 que es la época más avanzada? Como siempre digo, viajar en el tiempo es ficticio, asó que cualquier paradoja también puede ser posible porque al final todo es potencialmente verdad en un mundo irreal. Así que ¡menos preguntas y más disfrutar de las historias!

En el próximo capítulo...

El episodio 3x10 de 'El Ministerio del Tiempo' se antoja interesante: además de ver de nuevo a Simón Bolívar, al cual Alonso también tiene rabia (qué raro...), veremos graciosos guiños a la cultura cañí cuando nuestra patrulla se presente ante él: "Yo me llamo Fernando Esteso" oíamos decir a Alonso en el avance, "Y yo Andrés Pajares", decía Pacino. De invitado tendremos a Juan Pablo Shuk, viejo conocido de las series españolas, pero también le hemos visto en 'Narcos'.