El 31 de Julio 2017 | 10:22
Este artículo contiene spoilers de 'Juego de Tronos'.
'Juego de Tronos' ha empezado despacio, con buena letra, sin prisa pero sin pausa. En este tercer episodio todo comienza a desbordarse poco a poco, los protagonistas van cumpliendo sus objetivos y van trazando sus futuros planes. Como si de un tablero de ajedrez se tratara, Poniente va posicionándose poco a poco, mas todavía es demasiado pronto como para que sepamos quién lleva las de ganar en esta ocasión.
No obstante, sí que se pueden ir viendo posibles amistades y enemistades. En el 7x03, hemos visto por fin el encuentro entre Daenerys de la Tormenta y Jon Nieve, entre Sansa Stark y su hermano pequeño, Bran, y también a Cersei teniendo entre sus manos a la asesina de su hija. Hasta ahora, han sido los cincuenta y nueve minutos de episodio más emocionantes de esta séptima temporada. Traiciones, asesinatos, venganzas y secretos que salen a la luz; un episodio que hay que ver con los cinco sentidos puestos en él, para que nada se pierda.
Comencemos analizando desde el principio, y vayamos por partes. ¿Cómo es que Bran y Sansa se han reencontrado, por fin? No hemos podido ver muchos detalles del viaje de Bran desde El Muro hasta Invernalia, pero hemos de suponer que no ha sido demasiado complicado. La emoción de Sansa al ver a su hermano pequeño, al que creía muerto, casi es capaz de hacernos olvidar por un momento todo lo que Bran ha cambiado desde la última vez que ella le vio. Pero él no lo ha olvidado, y se encarga de hacerle saber a Sansa que su labor no es la de reinar, ni mucho menos. Él es el cuervo de los tres ojos, el que todo lo ve, y su misión está lejos de reinar. Esperemos que Arya tarde poco en regresar a casa, y todos los Stark que quedan estén por fin bajo el mismo techo.
Por otro lado, Jon Nieve no se encuentra ahí para recibir al que él considera su hermanastro. Está en Rocadragón, conociendo por primera vez a la que se autoproclama sin pudir ninguno reina de Poniente, Daenerys Targaryen. Su primer encuentro ha sido algo tenso, puesto que el hasta ahora rey en el Norte se ha negado a hincar la rodilla ante Daenerys. Además del temor que siente por lo que hicieron sus antepasados, también se siente responsable de la fe que en él han puesto todos los habitantes del Norte al nombrarlo rey. Eso sí: ella accede a dejarle buscar el vidriagón, pese a no confiar demasiado en la existencia de los Caminantes Blancos. La canción de Hielo y Fuego comienza a cobrar su sentido, y Melissandre lo sabe.
El beso de la muerte
El futuro de Jorah Mormont nos ha mantenido a todos en vilo, porque él puede ser todavía muy importante para el futuro de la serie. Sufría psoriagrís, una enfermedad cuya cura aún no está probada... Pero él ha conseguido sanarse. Samwell sentía que le debía algo, que tenía que devolverle el favor a la familia Mormont por la relación que había tenido con su antepasado, y así lo ha hecho. Con esmero y, sobre todo, mucho riesgo, Samwell ha conseguido eliminar la enfermedad de Jorah. Y él no puede esperar más para volver con su Khaleesi.
Aunque lo más emocionante de la serie no ha llegado hasta poco después, y lo ha protagonizado, cómo no, Cersei. La actual poseedora del Trono de Hierro por fin ha podido tomarse su venganza, y esta ha estado tan bien pensada que incluso da miedo. Euron le ha entregado la cabeza de Ellaria y una de sus hijas, su predilecta; por si alguien no lo recuerda, Ellaria fue la que se encargó de asesinar a la única hija de Cersei, por la que esta sentía auténtica devoción. Por supuesto, eso no iba a quedar así. El lema de "ojo por ojo, diente por diente" lo ha llevado Cersei a su máximo exponente y, con un simple beso, ha condenado a la hija de Ellaria a la misma muerte que sufrió su hija. Eso sí... Morirá delante de su madre, se pudrirá frente a ella, y Ellaria vivirá para verlo. La crueldad de Cersei no conoce límites... Pero es una leona a la que le han arrebatado a sus crías.
Mientras los Inmaculados toman Roca Casterly, el ejército Lannister se encuentra lejos, tomando Altojardín. Olenna recibe a Jaime con toda su elegancia, sabiendo que su fin está cerca. Y una vez que sabe que es inevitable, que va a morir, confiesa su delito. Ella fue la que envenenó a Geoffrey, no Tyrion. Todos esperábamos el momento en el que Jaime fuera conocedor de esta verdad, y su cara lo dice todo. Mas en lugar de rematar a Olenna y hacerla morir de una forma mucho más cruel, se retira, sin más, demostrando todo el temple del que su hermana a veces carece.
Un episodio potente, donde todas las verdades han ido desvelándose poco a poco. Nos queda mucho por ver, pero parece que la serie ya va ganando firmeza. ¿Qué pensáis vosotros? ¿Os ha gustado este episodio?