En el capítulo número 29 de 'El Ministerio del Tiempo', o también dicho, el 3x08, nos lleva unos cuanto siglos atrás. Concretamente, vamos a 1518, por lo que nos toparemos con una época ligeramente previa a la de Alonso de Entrerríos, algo importante, porque en esta ocasión ha sido él quien se ha dado de bruces con la capacidad de saber demasiado sobre el pasado.
La misión que llevó a nuestra patrulla al siglo XVI era la de encontrar a Gonzalo Guerrero y el padre Jerónimo de Aguilar, dos personajes históricos que se daban por desaparecidos. La historia de estos dos hombres parece inventada por algún escritor de aventuras, pero en verdad fue como la contó la serie. Sufrieron un naufragio y aparecieron en la costa del Yucatán, donde fueron apresados, y parte de ellos asesinados. El resto también muere, menos Gonzalo Guerrero y Jerónimo de Aguilar, que primero vivieron como esclavos para una tribu, y posteriormente, tomados como consejeros de guerra. Con el tiempo, y tan y como vemos en la serie, Guerrero ascendió socialmente, y se integró totalmente en esa nueva cultura. Aguilar, en cambio, no, y con los años fue rescatado por Hernán Cortés en 1519, tras 8 años de cautiverio, que le contrató como intérprete en esas tierras, mientras que Guerrero quedó con los mayas. Toda la historia de este pintoresco hombre fue relatada por el sacerdote, y la memoria de ambos llega hasta nuestros días.
Pacino y Alonso, mano a mano
La historia de España es, en ocasiones, fascinante, o al menos las gentes que la llevaron a cabo (porque lo de conquistar la américas no ha sido lo mejor que hemos hecho). Como actor invitado tuvimos a Miguel Ángel Muñoz como Gonzalo Guerrero, que ha estado muy bien y siempre nos alegra ver una cara conocida. Por su parte, en esta ocasión tuvieron que ir Pacino y Alonso solos a la misión, y aunque no tienen esa tercera pata que parece ser un buen equilibrio entre ambos, no hacen mal equipo. Siempre discuten y les cuesta llegar a un acuerdo sobre cómo proceder, pero al final acaban haciendo lo correcto, la mayor muestra ha sido cuando Alonso ha estado a punto de matar a uno de los mayas, pero no lo hizo. Sin embargo, la misión es un fraude, porque son los miembros de El Ángel Exterminador los que están detrás de ella para intentar cambiar la historia y dar un nuevo palo al Ministerio.
Mientras Pacino y Alonso están en el Yucatán, durante el presente el Ministerio se las tiene que ver con los Hijos de Padilla y sus amenazas, aunque al final quien corría peligro era Salvador, sin que ellos se dieran cuenta. Marta y su compañero se han hecho pasar por padres adoptivos de Salvador de niño y casi le matan por la reacción alérgica a unos cacahuetes que le dieron, sin saber que era alérgico. Ha sido curioso cómo jugaron con el presente y el pasado en este sentido, cómo estaban alterando el presente en el mismo momento del pasado. Para ir en su búsqueda, Ernesto y Lola viajan a los años de infancia de Salvador, y ahí llegó el famoso guiño a la película 'La llamada', que protagoniza Macarena García. Ha sido bastante divertido, y Macarena comentaba a eCartelera que había sido un regalo de Javier Olivares que desde la producción de 'La llamad' agradecieron enormemente.
Enemigos por todos lados
Por el momento, Salvador está a salvo y saben que Marta no es el enemigo despiadado que pudiera ser el líder de El Ángel Exterminador. Al fin y al cabo, Pacino tiene buen instinto. En el próximo episodio parece que Salvador le aclara que Pere Folch está muerto, y veremos qué rumbo toma esta rivalidad. Bastante tensión se ve en el ambiente dentro del propio Ministerio, y es que Irene sigue mirando con malos ojos a Lola, literalmente, incluso podría parecer que se ve un poco desplazada por ella. Algo paradójico, pues es un personaje asumido como sustituta de Amelia, aunque aún no ha tomado su rol.
Y con la misión de las Américas nos hemos dejado para el final uno de los puntos más importantes, que es Alonso y el reencuentro con su abuelo, Gaspar de Entrerríos. Nuestro personaje favorito del Ministerio recordaba cómo de niño oía a su padre narrar las hazañas de su abuelo, y soñaba con ser un guerrero como él. Vemos, capítulo tras capítulo, que para Alonso el honor, junto a la religión y la patria, es lo más importante del mundo, es lo que da valor a las personas. Sin embargo, quien había tomado de ejemplo toda su vida era tan fraude como la propia misión que fueron a cumplir: su abuelo fue a América a buscar oro, no a luchar por el imperio español, del cual hizo una interesante reflexión. Había dejado de lado a su familia para hacerse rico y estar con todas las mujeres que deseara en la nueva tierra. La decepción de Alonso fue como un precipicio, y poco a poco se va desmoronando todo aquello por lo que había vivido en su época. Como curiosidad, el niño que interpreta a Alonso de Entrerríos de niño es hijo del actor Nacho Fresneda. ¿Les habéis encontrado el parecido?