En más ocasiones de las que cabe imaginar no se juegan las campañas de 'Call of Duty'. Simplemente se echa a rodar el disco en la consola y directo al online. Justo en este punto entra directo este artículo, que viene desligar las impresiones de la campaña de 'Call of Duty: WWII' del resto del juego. Sólo a fin de poner el acento sobre la historia, y a fin de tener la oportunidad de introducirse en el modo historia de esta entrega de una manera más pormenorizada.
Las bombas caen sobre la playa de Normandía, mientras los aliados desembarcan de sus lanchas en una tormenta que retumba desde rifles alemanes. Una de las operaciones más complicadas del enfrentamiento, y también de las más determinantes. Exactamente la misma historia que hemos visto en tantísimas ocasiones y posiblemente el punto más recordado de toda la Segunda Guerra Mundial, para concluir en un escenario perfectamente familiar. A partir de ese punto, el escuadrón de Red, nuestro personaje, avanza en la incursión hasta llegar más allá del Rin, atravesando algunos de los momentos históricos más sonados, recordando a lo que la saga 'Commandos' hizo en su día en la maravillosa trilogía que dejó a su paso. 'Call of Duty: WWII' no va a enseñar en su trama absolutamente nada nuevo, ni en un tono particularmente rompedor, ni siquiera lo hará de una manera brillante, y es que ser innovador con la Segunda Guerra Mundial es difícil a estas alturas. Sin embargo, este juego sí se ha dejado atrás algunos vicios recurrentes de la franquicia. Vicios que llegué a rechazar con la ferocidad de un doberman.
El recorrido de 'Call of Duty'
Entrega a entra la saga 'Call of Duty' en sus campañas ha caído, antes o después, en el narcisismo propio de Hollywood. En la obsesión de que el protagonista de la historia sea también el héroe. Tan empecinados, ocasión tras ocasión, en que nuestro personaje termine convertido en la pieza que cambia el mundo en alguna dirección. Lo que una y otra vez se pretende como la máxima expresión de la épica terminó concluyendo en rutina, luego en frivolidad frivolidad, y por último en caricatura. 'Call of Duty: WWII' se asoma unas cuantas veces al precipicio de la heroicidad en la historia que nos narra, pero finalmente logra contenerse, y lo que nos propone Sledgehammer Games es una mirada más costumbrista a la guerra y sus actores. A partir de este punto podemos comenzar a entendernos.
Red acude a nuestra pantalla como un narrador de lo que está sucediendo a su alrededor, y, sobre todo, un narrador de la vida un conjunto coral que avanza en su escuadra. El protagonismo de la obra queda repartido entre un grupo de soldados, cada uno con su rango y sus fantasmas, gruesamente perfilados, pero lo suficientemente variados como para que termine interesando lo que está sucediendo en ese pelotón. Repito, no sucede nada demasiado llamativo, pero posiblemente ahí esté el secreto del éxito: todo suena más o menos coherente. Finalmente empatizas con ese grupo, y envueltos en un discurso ligero a través de un camino camino de cuatro o cinco horas de campaña, el trayecto se convierte en un paseo agradable y cargado de la espectacularidad propia de la franquicia. Tener el arrojo de situar al jugador en una posición más cercana a la del espectador, en una relación propia del lenguaje cinematográfico que rara avis en la torpe manera de contar de 'Call of Duty', funciona mucho mejor que la fórmula habitual de las últimas entregas.
El esquema de juego, sin embargo, sí es perfectamente reconocible -y recurrente-. Aquí 'Call of Duty' en sus campañas pide romper algún molde. Si bien quiero, como supongo que todo el que tenga mínimo interés en esta saga, una hilazón muy reconocible en un sistema de juego online de reglas muy marcadas, no creo que sea necesario guardar esa misma postura conservadora en las campañas de historia. Es más, la postura conservadora juega claramente a la contra en este caso, haciendo demasiado larga una década de scripts y explosiones orquestadas. Queda ese repulsivo de que toda campaña de 'Call of Duty' se construye como una experiencia en base a una plantilla clarísimamente prefijada que misión a misión se va rellenando.
Dirección de arte
No obstante, Sledgehammer Games, que me parece con muchísimo margen el mejor estudio que está haciendo 'Call of Duty' en la actualidad, se atreve a devolver los botiquines y deja de lado la regeneración instantánea; apuesta también, como Machinegames, por la inclusión de fases de infiltración que sin duda sirven de alivio refrescante, y saben sacar pecho a nivel de visual como pocos juego se la saga se ha visto. 'Call of Duty: WWII' es también el juego más interesante a nivel artístico en la saga de los últimos tiempos. Además, el único de la franquicia a lo largo de esta generación que tiene un trabajo de dirección de arte visible y marcado, que se aleja de lo genérico.
'Call of Duty: WWII' en su campaña principal es una oportunidad: mantiene vicios de la saga, pero aporta elementos en una buena dirección, seguir avanzando por ese camino es la ocasión de avanzar a algo en las historias de 'Call of Duty' que pueda ser más que simplemente recomendable, como este caso, para llegar a descubrirse como verdaderamente interesantes. No obstante, el mensaje en este caso es evidente: si bien no merece la pena acercarse a 'Call of Duty: WWII' sólo por la campaña, el que eche el disco a rodar en su plataforma debe jugar al modo para un jugador de manera inexcusable.