El 8 de Agosto 2015 | 14:45
Uno de los pesos pesados de la Gamescom 2015 que está llegando a su final ha sido sin lugar a dudas el tan sonado quinto episodio de la saga por excelencia de Konami, 'Metal Gear Solid V: The Phantom Pain', que no conforme con todo el revuelo con la marcha de Hideo Kojima, ha querido estar hasta en las carreteras de las calles donde podíamos ver pintada la cara de todo un Snake a la salida del transporte público.
El Halle 7 ha sido el pabellón elegido para que Konami mostrarse, junto con 'PES 2016' -sus dos grandes bazas para 2015-, y hemos tenido la suerte de poder asistir a una presentación a puerta cerrada, así que no vamos a perder más tiempo y vamos a contaros por qué estamos posiblemente ante el mejor título de todo el historial de este genio nipón, pues por mucho que Konami se empeñe en eliminarlo incluso de la portada, esta obra lleva su firma desde el primer minuto.
Un enorme mundo abierto
Viajemos a Afganistán, año 1984; aquí es donde se contextualiza 'Metal Gear Solid V'. No vamos a entrar en spoilers, así que podéis seguir leyendo con tranquilidad; simplemente diremos que este mundo abierto es el más grande antes presentado en la licencia, unas 200 veces más que el de 'Metal Gear Solid V: Ground Zeroes'. El ciclo día-noche estará siempre presente y podremos personalizar de muchas maneras la Mother Base, así que no hay que perder de vista todo ese conjunto de misiones secundarias, ya que serán éstas -junto con lógicamente las principales-, la llave de paso para mejorar nuestro equipamiento.
El hecho de tener siempre integrado este apartado en el modo multijugador en línea nos obligará a permanecer precavidos ante cualquier atisbo de amenaza, y eso es algo que me ha gustado especialmente al tiempo que no se pierde de vista la proyección y evolución personal del jugador en su propia aventura. Esto se termina, amigos; nos guste o no, 'The Phantom Pain' será el final de la saga tal como la conocemos, y se nota mucho el cariño por todos los detalles, con decenas de guiños y un sabor a despedida que se masca en el ambiente.
'Metal Gear' en directo
Tras una breve presentación, tragamos saliva: demo en directo. No nos vamos a engañar, ver a alguien jugando en directo marca la diferencia, no tiene nada que ver con un vídeo donde todo está perfectamente planificado y termina como ellos quieren; aquí Big Boss subirá a su caballo en una demostración idéntica a la del E3 2015 pero jugada de un modo distinto a lo visto en Los Ángeles.
Si no vamos errados, se trata del episodio tres, al comienzo de la aventura pero obviando la introducción del mismo. A partir de este punto, un recital casi cinematográfico de sigilo, embestidas por la espalda, escondrijos imposibles y decenas de enemigos derrotados a base de somníferos, etcétera. Un detalle que nos ha gustado mucho es que poco a poco iba anocheciendo; al término de la misión, cuando tomamos el helicóptero, el sol se ha puesto y podemos ver de una forma totalmente distinta el entorno, todo un referente gráfico que sorprende por su variedad y sensación de naturaleza, algo que personalmente echaba mucho de menos en otros sandbox recientes.
Antes de acceder la tabla de resultados en la que se mostrará de forma desglosada nuestra puntuación, habremos visto una llamada de Big Boss al D-Walker, la mítica caja para los momentos de infiltración y un completo menú que nos permitirá realizar diferentes combinaciones de forma intuitiva y sencilla, interrumpiendo momentáneamente la acción pero sin estropearla.
Contando las horas hasta su salida... ya no queda nada
Todo esto no es óbice para que 'Metal Gear Solid V: The Phantom Pain' no sorprenda tanto como podría haberlo hecho si se hubiese optado por incluir desde el principio 'Ground Zeroes'; en cualquier caso estamos ante una de las obras más punteras de la presente generación de consolas, ya no tanto por lo que supone a nivel técnico sino por lo que aporta a la industria con tan solo verlo durante media hora: es necesario, hacía falta. Es una obra que sube un escalón y pone tierra de por medio.
No pierde su identidad incluso tomando riesgos que no gustarán a todo el mundo. Big Boss sigue siendo sinónimo de carisma en el diccionario de cualquier jugador de videojuegos, y eso es algo que nos ha quedado muy claro en esta presentación en la ciudad de Colonia. Salir de la sala con los puños cerrados y sacar inmediatamente el calendario para comprobar cuántos días quedan para el 1 de septiembre es algo que no habían conseguido conmigo en los más de veinte juegos que he podido catar esta semana.
"Es demasiado bueno para ser cierto", se escuchaba en los alrededores de la sala. ¿La culpa? Debe ser de Kojima...