Hace mucho del auge de la saga 'Worms'. Era 1999 cuando Team17 lanzó para PC uno de sus mayores hitos: 'Worms Armageddon'. Sin embargo, la compañía no ha hecho nada diferente desde entonces y eso no es realmente un problema; lo que sí ha marcado cierta decadencia en la compañía es que aún no han logrado llegar al nivel de excelencia que consiguieron aquel año. Y tampoco demuestran que lo hayan intentado.
El freno de ser un port
'Worms Reloaded' prometía ser un glorioso retorno al 2D, tras el insulso 'Worms 3D' y el mejorable 'Worms 4: Mayhem'. La decepción estaba servida desde el momento en que se conoció que sería una conversión al PC de 'Worms 2: Amargeddon' de Xbox 360 y PS3, el cual es una adaptación a las consolas del concepto original. Eso convierte a 'Reloaded' en un juego que no acaba de sentirse en casa y que sale victorioso a la hora de transmitirnos la pereza con la que los desarrolladores confeccionaron cada uno de sus bytes.
Los gigantescos menús que usa la versión consolera para que no tengamos que forzar la vista ante la televisión se conservan intactos en el PC. Surgen varios problemas a raíz de esta decisión: es muy aparatoso moverse por unas gigantescas opciones donde los textos, de enormes que son, hay que esperar a que hagan un lento scroll horizontal para poder leerlos; mientras que, a su vez, al elegir un arma es imposible ver en qué situación te encuentras, tal y como sí se podía hacer en otros títulos de 'Worms'.
Por lo tanto, los inconvenientes de 'Reloaded' no son tanto que el juego falle por su concepción como por sus ataduras al tratarse de un port. La falta de ambición de Team17 está tan vigente durante cada partida que no consigue despuntar más allá de por lo que hemos podido disfrutar en cada entrega de la saga: porque su jugabilidad es endiabladamente divertida. Es un alivio comprobar que la apatía de la compañía no se contagia a las brillantes partidas multijugador que el videojuego ofrece.
Campaña regular; multijugador adictivo
La mejor experiencia con la que nos obsequia 'Reloaded' es su modalidad multijugador, ya que la campaña para un solo jugador basa sus misiones, prácticamente en su totalidad, en insípidas batallas contra la máquina que se vuelven repetitivas demasiado pronto. Aunque es justo admitir que los modos Área de guerra y Matanza dan un poco de variedad al juego en solitario.
Eso sí, jugar con amigos sigue siendo maravilloso. Aunque la inteligencia artificial está bien trabajada, no hay nada como los piques que se pueden formar entre personas reales. Además, la funcionalidad exclusiva de PC para crear tus propios niveles, aunque implementada de una forma un poco mediocre, puede originar batallas realmente originales. 'Worms' es tan divertido como siempre: las batallas por turnos y la estrategia, unidos al descaro de los gusanos protagonistas, convierten cada partida en una sucesión de momentos hilarantes. El editor de equipo lo fomenta con cientos de elementos personalizables heredados de juegos anteriores.
Pero una vez más, nada es tan bonito como parece en el mundo de 'Reloaded'. En estas partidas multijugador solo es posible controlar a 4 gusanos por persona, como restricción para hacer los combates más ágiles. Sería una decisión respetable si solo ocurriera en las partidas online con personas aleatorias; las cuales además sufren algunos fallos de lag que aún no han sido corregidos. Se convierte en un contratiempo que sea imposible ampliar el número a 8, si así lo quisiéramos, en el resto de modos, opción que sí estaba disponible en las entregas previas.
A la espera de algo mejor
No se trata del glorioso retorno que prometía Team17, pero tampoco parecen preocupados por ello. La falta de parches que arreglen algunos errores que aún siguen ahí y la comparación con el resto de la saga es lo que hace que 'Worms Reloaded' palidezca en exceso, aún cuando se trata de un videojuego extremadamente divertido. Habrá que esperar algo más para ver si tenemos la suerte de encontrarnos con un Worms 2D cuya versión de PC esté diseñada especialmente para la plataforma. Quizás ese sea 'Worms Revolution'. Se trataría de una grata sorpresa.