El 16 de Agosto 2011 | 09:54
Después de las críticas tanto positivas como negativas cosechadas por la primera entrega de la saga 'Two Worlds' y con la idea de mejorar las partes más irregulares, problemas de acabados y fallos conceptuales nos llega la segunda entrega de la saga desarrollada por Reality Pump. Esta nueva entrega supera en todos los aspectos a la anterior pese a que continúa teniendo algunos problemas menores, y con 'Two Worlds II' pueden conseguir que los nuevos episodios de la saga se conviertan en una marca importante dentro del mundo del rol.
La historia de 'Two Worlds II' está basada en el clásico argumento de la aparición un nuevo tirano que gobierna el reino de Antloor desde el castillo de Vahkmaar, donde está ambientado el juego. El tirano es el malvado Gandohar, personaje que conocemos de la primera entrega de la saga puesto que tuvo un papel importante en el desarrollo de la historia.
Durante nuestra aventura deberemos recuperar el trono y que nuestro némesis pruebe el poder de la justicia, lo que es una historia bastante utilizada en el género de espada y brujería. El guión es sencillo y fácil, aunque debido a esto en muchos momentos es obvio, pero el juego consigue crear un hilo interesante que ayuda al jugador a motivarse durante el modo campaña, más allá de los típicos incentivos que tienen los juegos como la progresión y los combates.
El título nos mete en situación desde el principio cuando nos rescatan los orcos, y abandonamos de forma momentánea Kyra a su suerte. El inicio es algo incómodo para el jugador, sobre todo por la larga duración del tutorial, pero es muy necesario para entender y dominar el complejo manejo de 'Two Worlds II'.
Lento despertar
En general el título es una gran experiencia para la que hacen falta muchas horas para encariñarse con el juego. Al empezar nos puede dar la sensación de que estamos ante un juego tosco, especialmente por todo lo relacionado con los combates y el planteamiento de las misiones, pero a medida que avanzamos en la historia, la cual pese a ser muy convencional también es muy efectiva, y nos vamos haciendo con los controles nos damos cuenta de que todo va cambiando. Todo esto queda compensado con unos primeros minutos del juego muy lineales, que no es lo que el usuario espera del título, pero que funciona de manera excelente con la historia, que obtiene sus mejores momentos en estos primeros compases. A todo esto hay que añadir que el personaje va evolucionando al mismo ritmo que nosotros con su control, así que cada vez nos sentimos más comodos e interesados en el amplio y misterioso mundo que tenemos por explorar.
Además de la campaña individual, que es buena, disponemos de las misiones secundarias que no lo son tanto. El error más importante de las misiones secundarias es que están desligadas de la trama principal y además el nivel de la narrativa es inferior así como el interés por sus premisas. Dentro de estas hay minijuegos y diferentes actividades de interés, pero todo esto no nos ofrece tanta diversión como la que proporciona la historia principal. Después de llevar el primer tercio de la campaña la experiencia se vuelve más constante de lo que debería ser, con la situación de repetir situaciones, encargos que ensombrecen el producto final.
Del modo de combate no se puede sacar una conclusión hasta haber echado un buen montón de horas al juego y este recibirá un gran número de elogios y críticas. En un principio es bastante simple, aunque a medida que el personaje va evolucionando se le va insuflando un cierto nivel de complejidad, la verdad es que da la sensación de dar pocas opciones al jugador. Los jugadores más exigentes creerán que se trata de un sistema muy mecánico, mientras que a los demás jugadores las parecerá que se trata de un rol más ligero.
Sobre el tutorial, hay que decir que se esfuerza para plantear comodidad a los usuarios a la hora de familiarizarse con un montón de conceptos, con el rústico tratamiento, diseño y ejecución de los interfaces que hará que el proceso de adaptación sea algo más largo de lo recomendado.
El procedimiento de cartas con el que se preparan y se conjuran los hechizos, por poner un ejemplo, es de los mejores ejecutados del juego en cuanto a la forma de poner los elementos en la pantalla. Todo funciona con unas cartas que podemos combinar o mejorar en función de las necesidades que tengamos y que nos permiten disponer de ellas o editarlas a nuestro gusto con comodidad y con grandes opciones y alternativas. Por otro lado los demás índices de habilidades y los tres inventarios, el de magia, el de objetos y el de ingredientes, no son efectivos ni desde el punto de vista práctico ni desde el punto de vista estético.
Personalización y crecimiento
En lo que se refiere a opciones de personalización y progresión, el juego no da la libertad que se podría esperar de un título de estas características. En lo que respecta a la evolución de nuestro personaje tenemos las clásicas alternativas que se liberan en base a los puntos de los diferentes parámetros, aguante, fuerza, precisión, etcétera, y a los puntos de habilidades, de guerrero, de artesano, de resistencia, etcétera. En lo referente a la edición más puramente física de nuestro personaje vale la pena recalcar que tenemos la opción de escoger un cuerpo aleatorio, o crear el nuestro con diferentes opciones y tamaños para los distintos elementos del aspecto de nuestro héroe como son su estatura, el color de piel, el color de los ojos, el vello facial…
Las cerca de 40 horas en las que se puede superar la campaña individual del juego hacen que este juego sea muy entretenido e interesante, aunque tiene algunas cosas que se pueden mejorar. Entre los aspectos positivos del juego encontramos la campaña individual, con una duración más que aceptable y un gran entretenimiento basado en un escenario enorme en el que podremos movernos con gran libertad, y en un combate y unos objetivos que son sencillos de cumplir pero efectivos.
El modo multijugador tiene algunos elementos en común con el modo campaña, aunque la esencia del planteamiento es muy diferente a efectos conceptuales. Todas las funcionalidades en red empiezan con la personalización del personaje como si fuera el modo campaña individual, la única diferencia es que ahora podremos escoger una clase entre guerrero, nigromante, explorador y mago con diferencias entre las especificaciones, por ejemplo dentro de los hechiceros tenemos fuego, agua y tierra.
Una vez dentro del modo multijugador podremos relacionarnos con los demás jugadores, tendremos la opción de proponerles tratos, invitarlos a nuestro gremio propio… o también podemos relacionarnos con NPCs para comerciar en la sala de espera, una ciudad. Por todo lo demás, a partir de ahí, disponemos de modos competitivos y cooperativos, siendo todos ellos bastante sencillos, las alternativas aventureras de misiones a superar de manera conjunta son las que más éxito tienen entre todos los aficionados del juego.
Mejoras gráficas insuficientes
En lo que respecta al apartado visual, el salto que ha experimentado 'Two Worlds II' respecto a la primera parte es muy apreciable. Siempre teniendo en cuenta que el título es un mundo abierto, con un tamaño descomunal.
En la versión de PlayStation 3 que es la que hemos utilizado para hacer este análisis se puede apreciar un efecto de bloom exagerado, un blur desproporcionado y una iluminación que roza lo artificial debido a la saturación, pero todos estos elementos ayudan a crear un universo de fantasía colorista y caracterizado por una amplia paleta de colores. Todos estos elementos definen la personalidad de un título que tiene cierto carácter en un universo tan complejo para destacar como el de brujería o el de espada.
El juego no es ni mucho menos un estandarte gráfico de la consola de Sony ni de la de Microsoft, pero en general mantiene todos sus apartados gráficos, artísticos y tecnológicos muy dentro de la notable línea del resto de facetas del juego. En general la sensación es que un desarrollo tan ambicioso tiene altibajos importantes en todos sus apartados, y el visual en este caso no es una excepción. Tanto los personajes como los escenarios tienen modelados realmente buenos, y muy imaginativos, otros dan la sensación de estar excesivamente relacionados y a menudo nos encontramos con zonas vacías que estropean en gran medida el trabajo realizado y conseguido en otras parcelas estéticas del juego.
Por otro lado, las animaciones del juego no están definitivamente a la altura. Son excesivamente robotizadas y mecánicas, con movimientos ortopédicos tanto para saltos, esprints o mandobles que dejan mucho que desear.
El juego en su versión de PlayStation 3 tiene algunos problemas que pueden considerarse graves con su tasa de imágenes por segundo. Todo esto a pesar de que la versión de la consola de Sony tiene que llevar a cabo de forma una obligatoria una instalación de 2.5GB en el disco duro, aunque esto no ayuda a aligerar los tiempos de carga que son algo más largos de lo habitual.
En lo referente al audio el título llega a nuestras manos con la única traducción al español de los textos, manteniendo las voces en inglés. La banda sonora se adapta muy bien al juego, aunque es algo escasa, y los efectos de audio están bien cuidados.
En conclusión 'Two Worlds II' cumple notablemente y mejora en todos los aspectos a su predecesor. Cuenta con una campaña realmente interesante y entretenida, y un buen modo multijugador como grandes puntos a tener en cuenta que compensan la simplicidad del sistema de combate y unos interfaces innecesariamente complejos. Es un juego muy interesante para los jugadores amantes del rol.
Lo mejor:
El modo campaña individual. El sistema de hechizos. El escenario principal. Ligeras mejoras respecto a la primera entrega. El modo multijugador.
Lo peor:
Los tiempos de carga. Ciertos elementos gráficos. Las misiones secundarias. Las engorrosas interfaces. Lento y difícil comienzo y aprendizaje.