Hubo un tiempo donde los relatos de magos, guerreros y princesas estaban a la orden del día. Los libros de caballería (y sus derivados) eran un auténtico éxito entre toda la población, que conocía las hazañas de los valientes hidalgos gracias a los comentarios de unos pocos (aquéllos que sabían leer, todo hay que decirlo). Han pasado muchos siglos desde estos acontecimientos, pero es indudable que el tirón de la magia ancestral ha perdido fuelle entre los más jóvenes; y por qué no, entre los adultos también.
A mediados de 2009 un estudio llamado FrozenByte lanzó al mercado 'Trine', un juego que reunía todas las características anteriormente comentadas: una aventura donde un mago, un guerrero y una ladrona tenían que salvar el mundo de las garras del mal. Una historia clásica. El título tuvo tanto tirón entre los jugadores que rápidamente se convirtió en uno de los best-sellers del año. Con tanto éxito cosechado no era descabellado que los finlandeses se pusiesen manos a la obra para realizar una secuela.
Un nuevo comenzar
El argumento de 'Trine 2' arranca con una premonición: Amadeus (el mago) es avisado por 'El trine', un misterioso artefacto ya conocido, de que el mundo corre peligro de nuevo. La particularidad de este mensaje es que en él se puede ver a Pontius (el guerrero) llamando desesperadamente al hechicero. Pocos minutos después, Zoya (la ladrona) entra en escena para recibir el mismo aviso, uniéndose a la causa como ya hiciesen tiempo atrás.
Con esta premisa bajo el brazo, 'Trine 2' es un scroll en tres dimensiones con grandes dosis de acción y puzles. Un viaje donde la combinación de los tres personajes es imprescindible para superar cada prueba, aunque se puede, por supuesto, superar con uno solo (pero se suda de lo lindo). Sin embargo, y como ya se ha dicho, la grandeza de este título recae en saber usar la habilidad especial que cada protagonista tiene en el momento indicado. Por ejemplo, Pontius es mejor seleccionarlo cuando aparecen enemigos, ya que tiene una mayor fuerza y acabará con ellos rápidamente; en cambio, Amadeus está más especializado en usar hechizos mágicos para resolver puzles más complejos.
La alternancia de luchadores se lleva a cabo con bastante simpleza y sin tiempos de espera (en el momento que se realiza el cambio aparece el siguiente en el mismo punto donde estaba el anterior, incluso si se encontraba en el aire). Eso sí: hay que tener en cuenta que una vez fallezca uno de los tres personajes no podrá volver a la vida hasta que no se pase por un punto de control (en ese momento todo volverá a la normalidad), por lo que es recomendable subir de nivel a los protagonistas en cuanto se gane un poco de experiencia.
El secreto de 'Trine 2' radica en la parsimonia que el jugador debe tener durante la aventura. No es un plataformas-acción donde lo habitual sea avanzar hacia delante con puzles sencillos, sino que la tónica general es permanecer paralizado durante un buen rato hasta encontrar la solución. Por tanto, la paciencia es el elemento más importante de este engranaje. Si no se tiene, posiblemente el título terminará aburriendo.
Y que sea vistoso
El apartado visual y sonoro de 'Trine 2' es una auténtica maravilla. Todo se mueve de manera fluida, sin ralentizaciones ni caídas de framerates, amén de una dinámica que incita a seguir. En la paleta de colores usada predominan los tonos claros y verdes, aunque en más de una ocasión todo se vuelve oscuro y más sombrío. De igual manera, las texturas están bien realizadas, tanto en escenarios como en personajes (y atención a los enemigos, que no suelen repetirse en pantalla).
El sonido también hace gala de un trabajo impecable, con partituras lentas que se amoldan a la situación que se ve en pantalla. Las melodías suelen ser lentas y con cierto toque "medieval", emulando las novelas de hace siglos donde estos tres roles solían ser los predominantes. Y por cierto: hay que agradecer a FrozenByte que el juego venga totalmente en castellano, con un doblaje muy convincente e incluso mejor que el de grandes producciones.
'Trine 2' es un gran producto que irradia magia e ilusión. Es como estar recorriendo uno de esos cuentos que cuentan las abuelas a sus nietos, sólo que el usuario tiene la oportunidad de cambiar la historia. Es difícil buscarle algún defecto, aunque sí hay que reconocer que se hace corto y no introduce novedades de peso respecto al primero. Por suerte, éste ya era magnífico.