La gente del estudio The Creative Assembly viene a nosotros con un nuevo episodio de su épica saga 'Total War', con el sobrenombre de 'Rome II', nueve años después de que lanzasen al mercado una excelente primera parte de esta época, y tres años después del último gran título 'Total War: Shogun 2'. Con su vuelta a la antigua Roma buscan conquistarnos a nosotros, mientras nosotros conquistamos Europa y el norte de África. En parte lo han conseguido. El juego tiene un aspecto bastante impresionante, aunque volvemos a encontrarnos numerosos fallos del tipo bug, glitch o IA errática, que este equipo para incapaz de eliminar de sus producciones.
No en vano, el estudio nos plantea un mapa descomunal, con decenas de regiones agrupadas en provincias y controladas por infinidad de facciones grandes y pequeñas. Desde el punto de vista del jugador, volvemos a la mecánica de seleccionar una facción, contando con diferentes mejoras y desventajas para cada una de las mismas. Una vez tenemos claro a quien queremos llevar a la gloria, la gran campaña del juego nos dará las típicas opciones de dificultad, señalizando el reto inicial y la zona que habitamos desde el comienzo.
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A este respecto no ha cambiado nada referente a lo que podemos recordar de la saga, pero las mejoras visuales son notables, con un escenario plagado de detalles tanto en el mapa táctico como en las batallas en tiempo real. Desde el cielo podemos observar todas las tierras descubiertas e incluso divisar con facilidad en cada ciudad la clase de estructuras que están construidas. Este es un punto importante, ya que solo con fijarnos en cada asentamiento vemos con facilidad el tamaño que tiene, las instalaciones especiales y si posee murallas o no. Además cuando ordenamos ampliar las parcelas disponibles gracias al excedente de población, veremos en una hermosa animación como las fronteras crecen. El mimo que han puesto en esta parte del juego es verdaderamente loable.
Los fans de la estrategia encuentran su lugar
Para los amantes de la estrategia por turnos, este juego ha sido siempre una de las grandes bazas del género, ya que nos permite jugarlo todo desde un punto de vista sencillo y esquemático, confiando en los números, la economía y la superioridad numérica. No es necesario entrar en batalla en tiempo real, ya que una vez más, esta saga presenta el modo autorresolver, que de hecho en esta ocasión ha sido mejorado notablemente. Contamos en cada ocasión con indicadores porcentuales del número de tropas que nos quedarán después de la batalla, así como otro indicador que refleja las posibilidades de vencer, aparte de la ya conocida barra de colores amarillo para nuestras tropas y rojo para el enemigo. Pero ahí no acaba la cosa, en el caso de autorresolver un combate, se nos presentan tres modos de luchar, que dependiendo del tipo de unidades que se enfrentan, podrá permitirnos salvar más o menos unidades. Estas tres opciones que barajamos son Agresiva, Protectora y Equilibrada. Sin necesidad de complicarse, basta con observar cómo cambia el porcentaje de tropas restantes para decantarnos por una u otra.
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Para los que disfrutan de lo lindo viendo el combate en movimiento, las batallas se pueden disputar en tiempo real, como viene siendo habitual. En este modo, observamos que el motor del juego ha sido ligeramente mejorado, y los combates, con un zoom puesto al máximo nos deja unas impactantes escenas de batalla, de poca utilidad táctica, por otro lado. A diferencia del título más reciente, que nos llevaba a la época de los shogunatos, en 'Rome II' no todos los asentamientos tienen murallas, solo las capitales de provincia. Sin embargo, aquí los asaltos sí se realizan a verdaderas ciudades plagadas de edificios, como en otros títulos de la franquicia. esto por un lado implica notables diferencias entre asaltar un pueblo calle por calle sin necesidad de asedio, o el impresionante asalto a las grandes murallas. Sin duda estas resultan más gratificantes desde un punto de vista no solo visual, sino de orgullo para el vencedor. Tanto si atacamos como si defendemos, la imagen de torres de asedio, catapultas y tropas abriéndose paso a través de la roca de un modo u otro, para entrar en la ciudad como un enjambre de avispas enfadadas, no tiene precio.
Respecto a las batallas en tiempo real, vemos que las tropas cuentan con sus habilidades especiales, que dependen del entrenamiento que han recibido, el nivel del general, o simplemente la naturaleza de estas unidades. Encontramos en este juego una mayor variedad que puede suponer cambios más notables en el curso de una batalla.
Al margen de las batallas, el escenario táctico por turnos se ha visto simplificado, lo que no significa que sea peor. Todo lo contrario. La forma en que se unen los asentamientos por provincias nos da una visión más clara de lo que tenemos bajo nuestro control. Esto nos permite mejorar cada ciudad con mayor rapidez, menor posibilidad de pasar algo por alto y en general, supone un buen resumen en este apartado del juego en el que, a cierta altura de la partida, contaremos con tantos territorios que de un modo más complejo se haría casi imposible seguir al tanto de todo.
Un juego sencillo y directo
The Creative Assembly apuesta por esta simplicidad en todos los aspectos. Los datos relevantes de cada provincia se muestran con tan solo pasar el ratón por encima del lugar deseado, con lo que tenemos un rápido vistazo a datos importantes como felicidad, cultura predominante y el dinero que genera por turno. Pulsando cualquier asentamiento, instantáneamente se despliega un cuadro que muestra este y el resto de pueblos de la provincia a la que pertenecen. Las ventajas por controlar una provincia al completo vienen en forma de edictos que emitimos para obtener mejoras de diversa índole, pasando por menor coste de reclutamiento, mejor tasa de impuestos o más alimentos, entre otras opciones.
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Esto no es lo único que se ha visto modificado y es que ahora la forma de ir al combate también sufre ciertas modificaciones que según el punto de vista de cada jugador, puede ser bueno o malo. Por un lado, ya no podemos reclutar tropas sin un general asignado. En 'Shogun 2' era sencillo reclutar nuevas unidades y llevarlas allí donde fueran necesarias. Esto ya no es posible. Además no podremos unir varios generales y sus tropas en una sola fuerza de combate, cada general y cada almirante de flota compone un solo ejército que puede recibir tropas, o traspasarlas a otro ejército, pero nunca fusionarse completamente. Dado el límite de tropas por ejército, lo más que podemos hacer es reunir fuerzas bajo un solo general hasta llegar al límite, pudiendo dejar al otro ejército tan solo con el general. Esto puede crispar a muchos jugadores, y a nivel de refuerzos nos obliga a tener que mover varios ejércitos juntos de forma manual, pero también percibimos mejoras como la de reclutar nuevas tropas sin necesidad de esperar a que salgan de un asentamiento y lleguen hasta nosotros. Esto ahora se hará de forma automática, lo que plantea dudas sobre cómo diablos han llegado esas tropas ahí, o de donde se supone que han salido. Pregunta mucho más curiosa cuando hacemos esto en el mar con nuestros barcos.
Las mejoras son clave para tu imperio
Pasando al tema de la investigación, el juego se vuelve a dividir en dos ramas, principalmente militar y civil. A su vez estas se dividen en otros tres caminos que responden a mejoras más específicas para cada campo. Por lo general habrá que estudiar ciertas tecnologías para poder tener edificios más avanzados, y otras muchas servirán para percibir mayores ingresos, bajar el descontento general o aumentar la velocidad de investigación. Este es un apartado de suma importancia para el jugador, ya que su imperio no se mantendrá fuerte y unido a menos que se beneficie de todas estas mejoras.
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Toda esta información vital para nosotros, viene relejada en uno de los varios botones de la parte inferior central de la pantalla, que será el centro de control de todo nuestro imperio. Aquí tendremos también el acceso a la sección de comercio y finanzas, que de forma extensa o algo más resumida nos dirá qué funciona y qué debemos mejorar para prosperar. Es un reflejo certero de cómo nos está yendo en términos monetarios. pero esto no es lo único que nos debe preocupar. Una vez más el apartado diplomático juega un importante papel. Tener tratados comerciales desde el principio de la partida nos enriquecerá a mayor ritmo y contar con aliados militares podrá ofrecer una mayor protección contra posibles ataques. Pero la guerra será casi inevitable, por lo que debemos escoger bien a los rivales. Estudiar bien las rutas comerciales de las demás facciones, así como los socios que puedan tener, sirve para tener una idea clara de quién supone un buen objetivo y quién está fuera de nuestro alcance.
Por otro lado tenemos la pantalla de objetivos, que en esta ocasión se vuelve mucho más compleja al reflejar diferentes victorias y misiones episódicas que a medida que superamos nos dan mejoras temporales o dinero para después subir las apuestas de cara al siguiente objetivo. Es importante no perder el norte y hacer caso de estas peticiones, que facilitarán que nos encaminemos hacia la victoria y el cumplimiento de la campaña. De otro modo simplemente iremos por libre y dedicaremos decenas de horas a conquistar y comerciar casi sin fin, una opción nada despreciable.
Para facilitar nuestra labor por el mapa, siempre podemos recurrir a los diferentes agentes. A pesar de que cada cultura los nombra de una forma distinta, en términos generales tenemos al espía, al diplomático y al experto militar. El primero es más versado en las artes del sabotaje y el asesinato. El segundo puede convertir a la población a nuestro bando y provocar revueltas ciudadanas. El tercero será de gran importancia entre nuestras tropas, pudiendo aumentar su experiencia por turno y por combate, así como aportar ciertas habilidades nuevas en combate.
El problema es que en este juego no todo es conquistar a los demás. En nuestra propia facción existen varias familias que se disputan el control. De este modo entra en juego todo el aspecto de las intrigas políticas y los intentos de asesinato, matrimonios de conveniencia, adopciones y ascensos. Estas jugadas podrán hacernos perder aliados o ganarlos. De forma porcentual vemos la influencia total que ejercemos sobre todo el clan. Una mala gestión de este delicado apartado puede dar lugar a golpes de poder que trunquen nuestros intentos de dominación mundial.
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Siempre es mejor con más gente
Pero esto no es lo único que ofrece el juego. La oferta multijugador permanece presente y nos da la opción de jugar una campaña completa con un amigo, o contra él, en ambos casos contando también con el resto de facciones controladas por la IA. Este es uno de los principales atractivos del juego, ya que lo que ocurre en el mapa no depende solo de nosotros y las grandes facciones.
También contamos con las batallas multijugador que enfrentan a varios jugadores entre sí en un terreno de combate con cierto número de tropas seleccionadas hasta completar el número de divisas máximo impuesto para la partida. Esto también podemos hacerlo solos contra la IA en las batallas personalizadas que actúan a modo de típica escaramuza de cualquier juego de estrategia.
Por otra parte, vuelven las batallas históricas, un apartado nada despreciable, debido sobre todo a que cuentan con un trasfondo histórico importante, así como un prólogo explicativo y alguna secuencia ingame que le da un mayor grado de inmersión. Aquí encontramos una lista realmente corta de batallas, pero todas ellas de gran calibre, con numerosas unidades y unos escenarios especialmente cuidados.
Apartado técnico y sonoro
El juego denota una mejora visual en todos los aspectos, no mucho mayor que en el lanzamiento más reciente del estudio, pero si hay ciertos retoques gráficos que hacen los combates más impactantes y la visión del mapa estratégico aún más hermosa. En cuanto a la tecnología hemos de decir que esta saga siempre llega al mercado con ciertos problemas de funcionamiento, algunos verdaderamente preocupantes. Esto es más acusado en el apartado multijugador, donde ya el propio 'Shogun 2' estuvo meses sin funcionar como es debido, y aún a día de hoy sigue presentando problemas incorregibles en campañas cooperativas. Esto poco a cambiado con 'Rome II' que cuenta con infinidad de foros en los que la gente busca solución a sus problemas de jugabilidad. Si bien es cierto que le reconocemos al estudio un gran empeño por solucionar esto, con parches que se lanzan con bastante asiduidad.
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El apartado sonoro hace un loable trabajo, dejando una música épica en las batallas, que aumentan la sensación de que realmente estamos en guerra, dejando de fondo unas notas que otorgan si cabe más vida a todas esas tropas luchando de forma tan realista e individual. Puede que no alcance la gloria de entregas pasadas, pero sin duda está muy a la altura del resto de apartados del juego.
La interfaz del juego, sencilla y moderada, ha querido imitar el arte y la arquitectura predominante en aquella época, principalmente en la antigua roma, colores grises piedra y dibujos clásicos que representan las diferentes tropas dan un toque adicional para ayudarnos a sentir esa sensación de estar viviendo en la antigua Roma, y lo consiguen con rapidez, lo que es de agradecer.
Uno de los puntos negativos más importantes lo hallamos en la campaña, cuando pasamos de turno. No importa si jugamos solos o acompañados, tendremos que esperar una eternidad hasta que podamos jugar de nuevo ya que la IA, incluso si no hemos seleccionado la opción de ver sus movimientos, se toma un tiempo excesivo para pasar por todas las facciones hasta volver a la nuestra. Un problema, no obstante, que el estudio está arreglando con rapidez.
Conclusiones
En general, el juego no pasa por encima de entregas anteriores, pero tampoco baja el listón. Puede que algunas manchas en su tecnología no le permitan un sobresaliente, pero visualmente cumple con firmeza, a pesar de algunas decisiones jugables que no suponen mejoras, sino más bien cambios de rumbo que puede gustar a unos y preocupar a otros. En términos generales no podemos decir que sea la obra magna de Creative Assembly, pero es un buen lanzamiento casi obligatorio para los amantes de la estrategia.