Siempre hemos tenido cierta tendencia a buscar la portabilidad. Es un caso que, quizás, se ha perdido frente al paso del tiempo y la evolución de la tecnología en esa tendencia a encontrar el punto técnico más fuerte, recuerdo con especial cariño de mi infancia. El hecho de llevarlo todo a todas partes; de que un mundo vasto cupiese en un solo bolsillo.
El hecho de "poder jugar en la palma de tu mano" era una llamada recursiva en un espacio donde brillaban títulos como 'Pokémon' —con un doble región, en su segunda edición, que marcaba un precedente histórico— o 'The Legend of Zelda', que nos lo recuerda especialmente ahora con el regreso de 'Link's Awakening'. Quizás por eso, la llegada de Geralt de Rivia a un espacio, que si bien es híbrido, entendemos mejor como portátil, se antoja como algo con cierto punto nostálgico, pero, y en especial, algo sorprendente.
Una apuesta inesperada
Y es que, es difícil definir la llegada de este 'The Witcher 3' —en su versión completa, recordemos— a Nintendo Switch. Uno de los títulos más punteros en cuanto a tecnología que nos ha brindado esta generación consigue reducir ligeramente sus componentes para enfrascarse en nada menos que un cartucho de 32 GB para que podamos movernos libremente por su mundo allá donde queramos. Sin embargo, cabe puntualizar que si sois usuarios partidarios del formato digital o decidís haceros con el título en una de las destacadas rebajas de la eShop, no os bastará con la memoria interna de la consola o una tarjeta de memoria del mismo tamaño del juego. Deberéis optar por una de, al menos, 64 GB de memoria, ya que si no el sistema nos advertirá de falta de espacio para su instalación.
Con todo, la llegada de 'The Witcher 3' a Nintendo Switch no deja de ser una rara avís, que si bien hemos visto en otros títulos, resultaba inesperado de una obra como la que presentan los polacos, CD Projekt Red, con un reconocido interés por el potencial gráfico y la puesta en escena. Uno que retocan, no desde el propio estudio citado, sino desde Saber Interactive, encargados de otras tareas similares con títulos como 'Vampyr' o 'Ghostbusters'.
Una clara respuesta a la enorme acogida que ha traído consigo el último hardware de Nintendo y a la imposición de la necesidad, de nuevo, de poder jugar a todo en un sistema que funcione tanto en la comodidad de nuestra casa como en cualquier punto externo, gracias a la portabilidad de Nintendo Switch que, sin embargo, trae consigo algunos sacrificios que no desmerecen a la obra de CD Projekt Red pero que la hacen menos atractiva que en el resto de las plataformas.
Magia en el tamaño más minimalista
Y es que, 'The Witcher 3' llega a Nintendo Switch como el fin de un periplo ancho y largo, que deja tras de sí dos grandes expansiones y una gran cantidad de productos transmedia. Una llegada que se antoja innecesaria pero que no deja de ser un punto favorable, bien para aquellas personas que no hayan podido disfrutar de la entrega de marras hasta el momento o para quienes no puedan gozar de la aventura completa en sus anteriores formatos.
Porque, de nuevo, la aventura de Geralt de Rivia, Ciri y compañía, no desmerece en la híbrida. Pero los ajustes que se han debido hacer para encajarla en tal formato la dejan notablemente por detrás del resto de experiencias que podemos obtener con el mismo título. El título consigue funcionar a 720p si lo conectamos al televisor, reduciendo su definición a 540p si lo hacemos de forma portátil.
Un hecho que hace del port algo más funcional en la segunda versión —ya que es más fácil ver las "costuras" del juego en pantalla grande—, en un espacio más reducido y que consigue mantener la presteza del título, con un fotografía impresionante allá donde nos movamos. Hay sacrificios, por supuesto. La distancia de dibujado se ha rebajado de forma considerable, haciendo que algunos elementos carguen cuando estamos encima de ellos, prácticamente, la iluminación (en especial las sombras) ha sufrido recortes aquí y allá y las texturas son otras grandes damnificadas de una serie de ajustes que resultan imprescindibles para hacer que dicha versión funcione.
Sin embargo, hay que destacar la fluidez con la que se mueve el título. Y es que si bien hemos encontrado algunos errores menores —Sardinilla se ha "atascado" varias veces a lo largo del juego—, por lo general cabe destacar que nos encontramos ante una versión descafeinada pero muy funcional. Parece imposible pensar que 'The Witcher 3' pueda funcionar en Nintendo Switch pero, no solo lo hace, sino que resulta una apuesta muy firme, manteniendo una tasa de 30 imágenes por segundo de forma estable (con alguna caída muy puntual en las zonas más abarrotadas del juego), teniendo en cuenta, además, que no se ha reducido la densidad de elementos del título original.
Algo que se aplica en su totalidad al resto de elementos del juego. La gran banda sonora que nos brindó Marcin Przyby?owicz en su estreno cuatro años antes se ha mantenido intacta y junto a ella encontramos el perfecto doblaje inglés del juego, que vuelve junto a su subtitulación en español. Una que llega con una fuente algo pequeña para la pantalla de la híbrida pero que tenemos la posibilidad de cambiar en cualquier momento. Todo un acierto para este caso.
Un reencuentro mágico
La llegada de 'The Witcher 3' a Nintendo Switch es, sin ir más lejos, pura brujería. Jamás podríamos haber esperado llevarnos a Geralt y compañía mientras viajamos en metro o autobús y, sin embargo, lo hemos hecho pudiendo disfrutar del juego en su totalidad. No solo el título base, sino una ambiciosa colección que, recordemos, aúna junto al mismo sus dos expansiones: 'Hearts of Stone' y 'Blood and Wine'.
Un titánico trabajo que nos devuelve uno de los títulos más laureados de los últimos años en una versión portátil que, si bien sufre varios sacrificios para conseguir rendir en la híbrida, no consiguen desmerecer la experiencia que ofrecen sus líneas, ya sea nuestra primera visita a la obra o el mágico reencuentro que propone a sus seguidores.
Si bien es cierto que es una obra que nos pide aprovechar al máximo la portabilidad de la consola de la gente de Kyoto para no perder calidad en su aspecto, representa una oportunidad fantástica para llevarnos a Geralt con nosotros allá donde queramos. Sin duda, una gran apuesta por parte de la gente de CD Projekt Red, pero también un nuevo punto a favor de una consola a la que no siempre nos atrevemos a ponerle buena cara cuando nos enfrentamos a un título de esta envergadura.
Y es que Nintendo Switch sale malparada de las comparaciones, no podemos negarlo. Pero compensa una serie de sacrificios mínimos con la posibilidad de jugar donde queramos con un potencial que rara vez hemos conseguido ver en el cuerpo de la misma. Una versión pensada, especialmente, para quienes o bien no tengan acceso a otra plataforma o quieran revivir la experiencia en la pantalla pequeña sin necesidad de encontrarse atados a un televisor. Sea como sea, 'The Witcher 3' sigue siendo una aventura brillante que no podéis dejar escapar.