Ay, los juegos móviles... Ese mercado donde la amplia mayoría son juegos para matar el rato en visitas largas al baño, esperas en el transporte público, en la consulta del médico... Casi siempre se basan en niveles cortos que consisten en llegar al final con una mecánica sencilla y conseguir tres estrellas. No es que tengamos nada en contra de este estilo, pero hay jugadores de dispositivos móviles como iPad o tabletas con Android que queremos algo más serio y que nos demuestre que del mismo modo que las consolas portátiles se pueden poner serias en este ámbito con ejemplos como 'The World Ends With You' o 'Dissidia: Final Fantasy'. Quizás por eso se agradece que lleguen juegos como este 'The Room' que se aleja totalmente de la idea popularizada por la serie 'Angry Birds', con todo el respeto a la obra más popular de Rovio.
Una cajita llena de secretos
Ahora bien, ¿qué tiene de especial 'The Room' para que nos sorprenda su idea y planteamiento y que haya ganado unos cuantos premios Bafta? Para empezar, debemos recordaros la fiebre que surgió por las aventuras gráficas en flash para navegadores web donde uno estaba encerrado en una habitación y tenía que investigar y usar cosas para salir de ella. 'The Room' sigue más o menos este planteamiento, pero cambia el salir de una habitación por la de investigar una caja fuerte misteriosa llena de cachivaches y mecanismos con un secreto en su interior que nos invita a descubrirlo.
La historia del juego es bastante secundaria y pasa rápidamente a un segundo plano. Poco a poco descubrimos que nuestra investigación de la misteriosa caja nos lleva a invocar al dios babilónico Ishtar, cuando ya estamos justo al final del juego. Realmente, la esencia del juego no es contarnos una historia, sino poner a prueba nuestro ingenio y nuestra agudeza visual con distintos puzzles sencillos y que a medida que los resolvemos nos hacen sentir más listos.
El control es una delicia, pues solamente se necesita usar la pantalla táctil para casi todo de una forma muy natural e intuitiva. Hay veces en los que la precisión falla, pero en ningún caso nos hace quedarnos atascados en un puzzle sin solución. Se agradece el sistema de pistas integrado en el juego que en vez de decirnos directamente las soluciones, nos da consejos que seguir, dado que al final el que resuelve los acertijos somos nosotros en todo momento.
El mayor problema de este juego reside en su duración. Puede durar unas tres sesiones de una hora si es que somos muy patosos y no damos siempre con la solución correcta y dependemos de usar las pistas. Además, el tema de la rejugabilidad es muy discutible como le suele pasar a los juegos en los que la base es pensar las soluciones más que la habilidad del propio jugador.
Pero los pequeños desafíos que nos propone el juego están muy bien planteados. No resultan evidentes a simple vista y todos tienen su parte lógica y ninguna usa recursos baratos. Todo está pensado de forma milimétrica y calculada de una forma sorprendente que fácilmente podría dar envidia a grandes del género como la ya difunta LucasArts Entertainment, Sierra Entertainment o Pendulo Studios si ellos hiciesen un proyecto a pequeña escala.
Pequeño pero muy bien elaborado
Pero su valor y atractivo no reside solamente en que nos haga ejercitar la materia gris hasta límites inimaginables, sino también la ambientación. En primer lugar, el apartado gráfico es digno de admirar y casi fotorrealista en muy poco espacio y sin ningún elemento que sobre. Ayuda el que los únicos recursos que maneja son las cajas y algunos elementos secundarios, pero el resultado es envidiable. Además, el propio avance del juego hace que no nos aburramos del apartado visual, porque está en constante avance con cosas mínimas como mostrar un cajón secreto, y ya en el capítulo final todo se vuelve mucho más elaborado y propio de un antiguo ritual macabro.
El sonido también ayuda mucho gracias a la ausencia casi total de música. Lo único que vamos a escuchar en las pocas horas que dura son los mecanismos de la máquina y algún que otro susurro esterotípico que nos advierte que nos estamos metiendo en algo oscuro y siniestro. Pero funciona muy bien y más no se le puede pedir.
Conclusión
Podemos decir abiertamente y sin temor a equivocarnos que 'The Room' es una de las mejores aventuras gráficas pensadas originalmente para dispositivos móviles como tabletas. No tiene todo el encanto de los 'Monkey Island', pero no lo necesita para demostrarnos que lo importante del género de las aventuras gráficas es hacernos pensar e investigar. Además, su precio de menos de dos euros resulta envidiable y compensa su corta duración. Además, los chicos de Fireproof Games han prometido que el juego recibirá expansiones totalmente gratuitas, y se agradecen puesto que al terminar el juego nos quedamos con ganas de más, y es que el juego tiene potencial para darnos muchas más horas de juego.