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Análisis 'The Flame in the Flood' para Nintendo Switch: Supervivencia folk post-apocalíptica

NAVEGANDO RÍO ABAJO

Análisis 'The Flame in the Flood' para Nintendo Switch: Supervivencia folk post-apocalíptica

Por Rodrigo Aliende

El 20 de Octubre 2017 | 16:38

Switch es la última plataforma en recibir este simpático rogue de supervivencia.

Poco a poco Nintendo Switch se está haciendo con un catálogo muy interesante. Los juegos que salieron antes de su lanzamiento ahora reciben su correspondiente port para la consola de Nintendo, y muchos de ellos se aprovechan de su carácter híbrido y consiguen ser la versión definitiva. 'The Flame in the Flood' fue fruto de un Kickstarter exitoso y salió en 2016 para PC, Mac y Xbox One. La versión de PlayStation 4 llegó a principios de este año y ahora es el turno de la de Switch.

La barca, el perro y yo

'The Flame in the Flood' es un juego de supervivencia tipo rogue, en el que encarnamos a una chica de nombre Scout, acompañada de un perro que se acaba encontrar, Esopo. Scout se encuentra con una radio estropeada y tiene que buscar un lugar elevado para intentar hacerla funcionar. No es más que un McGuffin, una excusa para hacernos avanzar hasta que nos llegue la hora, más tarde o más temprano (no es por sonar trágico, pero vamos a morir, y mucho).

Los comienzos en 'The Flame in the Flood' son algo complicados. Para empezar, los tutoriales son casi inexistentes. Nos dan algunas indicaciones al principio, pero posiblemente, al ser un escenario que se genera proceduralmente, no permite llevar de la mano al jugador, o simplemente quieren que se sienta que realmente está en un mundo salvaje y lleno de peligros. Aun así, las pocas ventanas de tutorial que hay nos enseñan una cosa esencial: sentido común. Nos movemos en un mundo realista en el que todo funciona tal y como debería: un resfriado se cura con penicilina, un corte con vendajes y la comida sabe mejor asada.

The Flame in the FLood

El mundo del juego está compuesto de un río eterno con diferentes zonas en las que podemos atracar nuestra destartalada barca y conseguir recursos para sobrevivir. Saber controlar la barca es indispensable para avanzar en la aventura y no morir a la primera de cambios, ya que cualquier golpe la dañará y acabará destruyéndola con nuestra protagonista ahogada.

Mantenerse con vida

Tenemos cuatro indicadores para conocer el estado de salud de Scout: hambre, sed, temperatura y cansancio. Hay que vigilar todos por igual para mantenerla con vida y con buena salud. Para ello iremos explorando cada zona y recogiendo todos los objetos que podamos, que al principio son muy pocos. El avance en estos momentos se hace algo pesado por la incapacidad de Scout de llevar más de doce ítems a la vez. El perro y la barca también tiene algo de espacio, pero no lo suficiente para solventar este ritmo más lento.

Esto no sería un problema si fuera un juego en el que se guarda tu progreso y continuas una historia con todo lo recogido anteriormente, por supuesto. A esto se le une que los recursos se generan de forma aleatoria, que hace que la dificultad de cada partida varíe. Esta dificultad variable puede verse desde diferentes puntos de vista. Personalmente, prefiero que un diseñador cree un mapa siguiendo unas reglas y dándole sentido que lo haga un algoritmo, por muy bien programado que esté.

The Flame in the Flood

El crafteo es lo que mide nuestro progreso en el juego, como los niveles en un RPG. Al combinar los objetos, conseguimos nuevas herramientas que a su vez nos permiten crear más objetos y mejorar nuestro equipamiento, como la mochila o la barca. Para ser un elemento tan esencial, el menú podría ser algo más fácil de utilizar.

Estas frustraciones de las que hablamos se solucionan echándole horas a la aventura, muriendo una y otra vez, y en cada partida llegando un poco más lejos que antes. Así conoceremos mejor qué alimentos son más útiles o qué armas o trampas son más eficaces para cazar. Esto hará que los primeros compases cuando volvamos a empezar una partida sean más llevaderos, aunque siempre pendientes del componente aleatorio.

La versión definitiva

Esta versión de Switch es la definitiva y como tal incluye algunos extras como los comentarios de los desarrolladores. Además, el modo portátil de la consola es muy apropiado para un juego de este estilo, que no necesita partidas muy largas para poder avanzar (quizás morir) y disfrutar. La única pega es que hay algunos textos algo pequeños y pega algunos tirones de vez en cuando.

The Flame in the Flood

La atmósfera del juego es realmente buena, conseguida con la combinación de su estilo gráfico y su banda sonora folk. Cuando navegamos de día por el río (siempre que no vayamos por los rápidos), se respira un ambiente de calma y tranquilidad que casi se nos olvida que estamos en un lugar post-apocalíptico en el que hay que sobrevivir. En contraposición, las noches lluviosas son angustiosas, más aún cuando vemos a Scout empapada y pasándolo mal, sólo queremos encontrar una hoguera o un autobús abandonado en el que refugiarnos y que pase la tormenta.

Conclusiones

'The Flame in the Flood' da una de cal y otra de arena constantemente. El ritmo inicial es demasiado lento, el jugador empieza demasiado desamparado y con poco espacio en su mochila, y al juego no le falta dificultad más adelante. La lógica dentro de este mundo post-apocalíptico invita a continuar, porque todo funciona tal y como debería en el mundo real y apenas necesitas una explicación para comprender qué hay que hacer.

7,0

Lo mejor:

- Ambientación muy buena.

- La banda sonora acompaña.

- La evolución del crafteo.

Lo peor:

- El comienzo es demasiado lento.

- Los menús podrían ser mejores.

- Algún que otro tirón.

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