El 28 de Noviembre 2018 | 14:00
Como niño que creció en un pequeño pueblo de menos de 900 habitantes y en una familia que no podía permitirse gastos secundarios como adquirir videoconsolas hay muy pocos productos de los 90 que me apunten directamente al corazón. Algunos de ellos son los juegos que cada pocos años cambiaba el único bar con una recreativa en todo el pueblo. Ahí están 'Blue's Journey', 'Soccer Brawl', 'Metal Slug' y, claro, 'Super Pang'. A todos ellos he ido volviendo con el paso de los años y todos ellos sobreviven a una nostalgia que nunca he sentido, pues no es otra cosa que respeto y admiración lo que siento por estas licencias arcade que fueron capaces de dar con unas fórmulas jugables tan básicas como satisfactorias, unas que los mantienen impasibles al paso de los años.
Lo cierto es que sería más fácil satisfacer mis expectativas si lo que sintiera por aquellas obras fuera ese traicionero sentimiento de nostalgia en lugar de respeto y admiración, sería más fácil que obras como 'The Bug Butcher' me entraran por los ojos y acabara cayendo en esa trampa que es adoptar una fórmula de éxito probado para aplicarla a un esqueleto sin alma propia.
Por suerte esos dos exBlizzard que son Till Aschwanden y Rainer Zoettl parecen sentir el mismo respeto y la misma admiración que yo por 'Super Pang' y eso es lo que transmite el primer trabajo de Awfully Nice Studios, lanzado al mercado en 2015 y adaptado ahora a Nintendo Switch por 2Awesome Studio, el equipo danés compuesto por los españoles David Jimenez y Alejandro Santiago.
'The Bug Butcher' es un shoot 'em up que se inspira claramente y sin ningún disimulo en el clásico de Capcom antes mencionado. Pero que no se entienda esto como que estamos ante un 'Super Pang' de marca blanca, porque lo cierto es que este pequeño y breve arcade consigue que quieras jugar una partida tras otra si consigues caer en sus redes.
Es cierto que estamos ante una propuesta muy escasa en contenidos y la versión de consolas (al menos la de Nintendo Switch) es una adaptación un poco incómoda por momentos porque la navegación por los menús no se ha adaptado para que sea más cómoda con mando, por lo que sigue notándose que está pensada en origen para el uso del ratón. En general tenemos un modo Arcade con un total de 30 niveles de dificultad progresiva a lo que podemos sumar tres niveles de dificultad. A medida que superamos niveles coleccionamos monedas que gastar en mejorar a nuestro protagonista para que resulte cada vez más intenso el progreso en los niveles de este modo. Resulta evidente que la corta duración se intenta suplir con un sistema de mejoras que una vez conseguidas nos ofrecen a un personaje listo para luchar en los marcadores globales en el más alto nivel de dificultad. Dependerá mucho del tipo de jugador que seamos que esto nos baste o no.
Por suerte el modo Arcade es casi una suerte de tutorial frente a los cinco niveles que ofrece el modo Pánico, un modo oleadas contrarreloj donde realmente se pone a prueba la capacidad del jugador para gestionar los potenciadores, las esquivas y los tipos de munición. Es aquí donde uno puede perderse durante horas y horas intentando hacerse un hueco en los primeros puestos de las clasificaciones globales o sencillamente picarse con amigos. Cierto es que si somos realistas nos damos cuenta de que la competición no es muy reñida y también es difícil que encontremos a más de un amigo que cuente con el juego para darle un sentido real al hecho de dedicar horas a los marcadores.
Pero si decía que 'The Bug Butcher' rinde homenaje a 'Super Pang' y obras similares no es por su duración o su contenido, sino por lo satisfactorio y peligrosamente adictivo que resulta jugarlo. El arte de Aschwanden puede parecer sencillo y casi infantil, pero lo cierto es que sus animaciones hacen que reventar a las diversa criaturas que exterminará nuestro protagonista, Harry, resulte casi tan divertido como imagino que es reventar granos para quien disfruta con eso. Las criaturas explotan y supuran líquidos mientras sueltan potenciadores y monedas que nos estimulan a seguir manteniendo el ritmo esquivando, comprando mejoras a medida que superamos oleadas en el modo Pánico y así en un fluir que solo se ve roto cuando tenemos que lidiar con los pobres menús.
Conclusiones
En última instancia uno siente que 'The Bug Butcher' es una experiencia verdaderamente satisfactoria cuando la pruebas, que tiene lo suficiente para que sientas que no has perdido el tiempo jugándolo y que de hecho te lo has pasado muy bien mientras lo hacías, pero con todo y con eso no parece que tenga nada que sirva para recomendarlo de forma generalizada. Puede resultar una compra obligada para quienes añoran un tipo de juego muy concreto y un nombre más entre el mar de títulos independientes actual para todos los demás.
Lo mejor:
- Es adicción pura.
- Tiene poco que envidiar a sus referentes.
- Funciona de maravilla en los modos portátil y sobremesa.
Lo peor:
- Algo escueto en contenidos.
- Menús incómodos en consolas.