'Swords and Soldiers HD', estrategia en 2D bajo un encantador apartado gráfico

En numerosas ocasiones, "lo simple" demuestra que no es sinónimo de baja calidad, sino que es la manera más adecuada para comenzar un proyecto. Quién sabe si Ronimo Games desarrolló bajo esta premisa (la de lo simple) el juego que hoy nos atañe: 'Swords and Soldiers HD', un divertido título de estrategia con una particularidad muy concreta, todo transcurre en scroll y en 2D.

Historia

'Swords and Soldiers HD' coge como marco argumental tres "periodos históricos" muy familiares: aztecas, vikingos y chinos. Sin embargo, no los trata desde un prisma riguroso y serio, sino desde un tono infantil y muy aniñado. Y le queda fantásticamente. No desentona y crea la ambientación necesaria para introducir al jugador en la facción correspondiente.

Las misiones no son nada del otro mundo, de hecho, y al igual que el argumento, sirven simplemente para poner al usuario "en marcha", es decir, que cumpla el objetivo que se le pide: coleccionar 2.000 monedas de oro, acabar con todos en X minutos, aguantar las embestidas rivales durante un intervalo de tiempo, etc. Por tanto, si ni misiones ni argumento tienen "tirón", ¿dónde está el punto fuerte del título? Pues en su mecánica de juego.

Es muy simple, aunque no fácil; es más, o piensas bien las jugadas o estás perdido. Como en todo buen RTS, lo principal es recolectar oro a través de una clase. Una vez conseguida un cantidad adecuada, uno ya puede "fabricar" soldados que mandar al frente. No obstante, en 'Swords and Soldiers HD' no podemos controlar a éstos, sino que avanzan en scroll de izquierda a derecha, y van arrasando con todo lo que pillan a su paso.

Gracias a la perspectiva anterior citada, el juego toma derroteros de "tower offense/defense", ya que además de coleccionar y mandar unidades, también hay que estar pendiente de que nuestros soldados vayan por buen camino y, por supuesto, defiendan nuestras edificaciones. Por cierto, que en cuanto a clases, las hay de lo más variopintas: unidades cuerpo a cuerpo, distancia, magos, espadachines habilidosos... Una cantidad ingente de tropas que varían dependiendo de la facción que seleccionemos, ya que cada una de ellas tiene unidades específicas y, además, ataques especiales.

Más allá de los soldados que encarguemos, el juego da la posibilidad de realizar ataques mágicos. Y me explico. Al igual que cada facción tiene sus "exclusividades" en cuanto a tropas, también cuenta con una serie de ataques especiales, véase una lluvia de flechas, una maldición, etc. Para realizar estos comandos es necesario conseguir que maná, que se logra a través de la creación de figuras de culto a lo largo del escenario. La simbiosis de tropas de asalto y ataques mágicos otorgan a 'Swords and Soldiers' un aura única, que obliga al que esté jugando a ser muy rápido con los controles.

Y todo esto en cuanto a la dinámica de juego (también acepta multijugador), pero no hay que dejar pasar el comentar, al menos un poquillo, el apartado gráfico con el que cuenta 'Swords and Soldiers'. Es puro AMOR (y no lo pongo con H porque me da cosilla). Gráficas estilo animación y muy similares a los que podemos encontrar en juegos del corte de 'Zombis contra Plantas'. Personajes bien delimitados, que cobran vida sobre el terreno, y con "jefes finales" carismáticos. Además, la cantidad de escenarios presentes invitar a jugar, ya que no veréis siempre la misma estampa.

De igual manera, el apartado sonoro también es, hablando en planta, la hostia. No se hacen repetitivas las melodías, y tienen ese corte "infantil" con el que también cuenta el apartado gráfico. Además, "meten en tensión" cuando la ocasión lo merece, y eso se agradece mientras uno está jugando.

'Swords and Soldiers' es un divertido RTS que te mantendrá pegado a la pantalla durante muchas horas. Precisamente, aquí está también su fallo, ya que una mayor introducción de unidades y, por qué no, alguna unidad histórica más (unos romanos, griegos, persas, etc.) habrían catapultado al juego como uno de los mejores en su modalidad. No obstante, es divertido y engancha. Y eso, hoy en día, es una bendición.