EN LAS SOMBRAS

'Styx: Master of Shadows', un pobre desarrollo para un gran planteamiento

Cyanide Studios se ha dejado el trabajo a medias en un juego genialmente planteado pero con graves errores tecnológicos y de mecánica jugable.

Por Sergio Castaño 28 de Octubre 2014 | 08:00

Conocemos a Styx: Master of Shadows por sus muchos trabajos de presupuesto moderado, que en una industria plagada de juegos AAA se intentan hacer un modesto hueco con sus producciones. Algunas veces lo consiguen con más éxito que otro, y de hecho el protagonista de esta aventura está directamente sacado de otro de sus últimos juegos.

'Styx: Master of Shadows' nos pone en la carismática y verde piel de Styx, un goblin ladrón y asesino de gran veteranía en su campo, que como decíamos ya apreció en 'Of Orcs And Men', otro juego de Cyanide en el que compartía protagonismo con el orco Arkail. En aquel juego ya veíamos las habilidades de sigilo y subterfugio del pequeño goblin, que ahora, obviamente, pasan a primer plano en este spin off solo para él.

Pero sinceramente no estamos seguros de que estuviera preparado para tal responsabilidad. Aunque no será por el propio personaje, el cual nos cae en gracia y su ácido sentido del humor y su carisma son de los mejores aspectos del juego. Sin embargo es su entorno el que no nos acaba de convencer.

Un mundo demasiado grande para él

Este juego nos emplaza en una ciudad del reino de los humanos, donde se guarda un gran tesoro, el árbol del mundo, fuente del codiciado y poderoso ámbar, con el que Styx quiere hacerse a toda costa. Sus salones, pasillos, ventanales, balcones y jardines son de gran belleza. Cyanide pone aquí toda la carne en el asador para entregarnos un escenario muy rico en elementos, con gran diseño de rutas y toda clase de escondrijos para aprovecharnos del sistema de sigilo y el juego con las zonas oscuras y las luces delatoras. Sin embargo será en lo puramente jugable cuando la calidad comience a decaer notablemente.

'Styx: Master of Shadows', nos plantea una aventura de sigilo profunda, con unos objetivos clásicos pero complicados si queremos hacer un buen trabajo. La amplitud de los escenarios, el número de enemigos y las limitadas habilidades hacen de este un juego bastante retador. El protagonista tendrá, para afrontar esto, usa serie de capacidades que se basan mayormente en el uso de ámbar, como si de maná clásico se tratase. Con este líquido podremos realizar proezas como volvernos invisibles, o crear clones goblin que podremos controlar para despistar al enemigo o acceder a zonas aisladas.

En este sentido el juego es escaso en posibilidades, pero muy interesantes y bien planteadas. Styx tiene además habilidades de asesinato con las que ejecutaremos a cualquiera a nuestro alcance, pudiendo hacerlo rápido y sin sutileza, o despacio y en sigilo. Al hacer esto podemos encontrar cuchillos arrojadizos, que nos facilitan la vida, pociones de salud o frascos de ámbar. Además repartidos por el escenario veremos varios coleccionables que pueden darnos puntos extra para invertir en habilidades si somos capaces de encontrarlos todos, al igual que ocurre si completamos objetivos secundarios.

Imperdonables errores en lo jugable

Lo malo es que muchas veces todas estas opciones no son suficientes para imponerse a los fallos de programación, físicas, mecánica e incluida la IA que el juego parece poner en nuestra contra, y no en un buen sentido. La parte que concierne a nuestras habilidades para movernos por el escenario sufren varios problemas que afectan la calidad del juego en general. Styx puede escalar por cornisas y andamios, al igual que descolgarse de estos mismos. Sin embargo su funcionalidad está tan mal planteada que en la mayoría de casos no sabemos si un salto terminará en un agarrón en el momento adecuado o en una estúpida caída al vacío, poniendo nuestros huesos de nuevo en el último punto de control, que a veces puede estar demasiado atrás.

En el caso de querer descender de un nivel a otro, el juego nos dice que basta con acercarnos despacio al saliente para que Styx, en lugar de tirarse, descienda agarrándose a los salientes, una mecánica realmente absurda si nos interesa escondernos del enemigo con rapidez y no podemos hacerlo, ya que avanzar deprisa hacia el borde solo hará que caigamos irremediablemente.

El sistema de luz y oscuridad por lo general funcionará bien, pero mal combinado con una IA poco decente hará que nos tiremos de los pelos ante situaciones incomprensibles en las que aun haciendo bien nuestro trabajo el enemigo responde de una forma que no es la que debería tener. Un juego puede ser difícil por muchos motivos, pero no por estar mal diseñado.

No queremos decir que todo esté erróneamente construido. El juego también tiene grandes puntos fuertes en jugabilidad y ciertamente si dificultad se debe también a factores realizados a propósito y que son fruto de un buen desarrollo. Simplemente ponemos de manifiesto que las buenas vibraciones que transmite el juego por un lado, quedan irremediablemente manchadas por otro lado. Lo que en resumen nos deja un mal sabor de boca.

Apartado técnico

Es complicado hoy en día competir con grandes marcas, por eso Focus Home Interactive y Cyanide Studios nos ofrecen esta oferta a un precio razonable, sabiendo que tiene sus flaquezas y que la competencia es feroz. Pero no hay que subestimar su potencial, que por ejemplo se deja ver en el apartado visual. Sin un equipo especialmente potente, en ordenador podemos establecer unas características altas y disfrutar de una imagen de gran calidad, con unas texturas sorprendentemente buenas y el estilo ligeramente cartoon y fantástico de los personajes ponen la guinda a lo que sin duda alguna es el punto maestro del juego. Un apartado visual que cuando nos aparamos a disfrutar de los entornos, ya sean interiores o paisajes del exterior, hacer que nos olvidemos por momentos de otras posibles flaquezas.

Para acompañar a esa ambientación, la música tiene también un buen papel, dándonos composiciones que ilustran la belleza del mundo que estamos pisando en el juego, y poniendo las cosas peliagudas cuando llega la acción.

Conclusiones

En resumen podemos decir que este juego podría haber pasado perfectamente por una producción modesta pero muy bien realizada. El problema es que sus fallas son demasiado molestas como para dejárselo pasar. Por eso, a pesar de un planteamiento realmente bueno y unas visuales espectaculares, el resultado final queda frustrado y tenemos que darle una nota mucho más baja de la que nos hubiera gustado. Sin embargo invitamos a los amantes del buen sigilo a que lo prueben. Pero deben tomarse muy en serio lo de estar en las sombras y atacar por la espalda, Styx no es muy buen luchador en el cuerpo a cuerpo cuando está frente al enemigo. Algo de lo que no podemos culparle dado su tamaño.