Hablar de 'Star Wars' es lo mismo que adentrarte en un terreno fangoso. Desde que George Lucas lanzase su primera película, la franquicia no ha parado de expandirse por todo el mundo con multitud de productos. Es común ver tazas, flotadores, calzoncillos y hasta condones de 'Star Wars', por no hablar de los spin-off o de las geniales miniaturas de LEGO (mi estantería es buena prueba de ello). Como es normal, también hay videojuegos. Y muchos.
En el año 2000 LucasArts lanzó 'Star Wars: Jedi Power Battles' para PSX, Dreamcast y Gameboy Advance (voy a obviar esta última versión para esta reseña), el mejor título de la saga en esas consolas. Éste fue lanzado para acompañar al estreno de la nueva trilogía (paso también por encima de este trance; de hecho, el propio juego lleva "Episodio I" en su carátula) y supuso una de las grandes sorpresas de ese año por su divertida mecánica de juego.
Controla la fuerza, aprendiz
'Jedi Power Battles' arranca de la misma manera que la película, es decir, hay que descubrir qué traman los Sith. La Federación de Comercio ha paralizado todas las transacciones que iban hacia el planeta Naboo, un movimiento que responde más a una invasión que a un simple bloqueo económico. Con este telón de fondo los Jedi comienzan su particular aventura para derrotar "al lado oscuro".
Vale que el guión no sea una maravilla y difiera mucho al de la película, pero la verdadera clave de este juego no es su historia, sino su jugabilidad. Es un beat'em up fresco y dinámico, con una gran amplitud de miras en todos sus campos; es decir, que se traduce en multitud de combos y de tareas "secundarias" que hay que hacer en cada nivel (como recoger objetos especiales).
Para llevar a cabo estos objetivos, 'Jedi Power Battles' da la posibilidad de elegir entre cinco Jedi míticos de la saga (seis en el caso de Dreamcast): Obi-Wan, Qui-Gon Jin, Mace Windu, Plo Koon y Adi Galia. Cada uno tiene sus propias técnicas y habilidades especiales, estando más especializados en determinadas acciones o niveles (y hay que saber cuándo usarlos). Además, gracias al sistema de experiencia se pueden ir mejorando y otorgándoles nuevas enseñanzas en el arte de la lucha.
Es una verdadera delicia ver la pantalla repleta de enemigos que se mueven sin tirones, a 60 FPS y con efectos dinámicos elaborados (hoy en día sigue sin haber juegos que sean capaces de cumplir estos requisitos). No obstante, la gran baza de 'Jedi Power Battles' es jugar junto a un compañero en modo cooperativo. Se puede disfrutar de él de manera individual, aunque pierde la emoción y el pique por ver quién consigue más puntos en cada fase (además, entre dos es más fácil superar cada estancia).
El juego, cómo no, también tiene fallos, principalmente en este modo para dos jugadores comentado anteriormente. Es muy común que uno de los luchadores se pierda en pantalla porque el otro está combatiendo en la otra esquina. La cámara se vuelve loca (nunca mejor dicho) y se centra en uno, perdiendo la posición del otro. ¿Solución? Intentar encontrar un salto al vacío y suicidarse (así se reaparece junto al aliado). O se hace eso, o se pasa mal para volver a jugar.
De igual manera, también es un punto a tener en cuenta el hecho de que en un salto el jugador se quede trabado. Sin ir más lejos, hay algunos que llegan a desesperar a cualquiera por su dificultad, bien por la necesidad de saltar al límite (en el "filito", como se diría coloquialmente) y a la vez que el compañero (como la cámara quiera centrarse en el protagonista que se queda estático ya se puede ir uno despidiéndose).
Y la maestría de Lucas
Amigo, 'Star Wars' es sinónimo de luces parpadeantes y música absorbente (entre otras cosas, claro está). El juego hace gala, precisamente, de todo esto: unos gráficos bastante cuidados para la época, con sables láseres que vuelan por la pantalla y disparos de droides que iluminan en la oscuridad. Los personajes están bien elaborados, tanto los enemigos como los aliados (que portan las ropas originales) y unas texturas más que correctas en general.
Por otra parte, los escenarios desprenden AMOR. En los 10 disponibles que hay desde principio a fin, el jugador puede adentrarse en territorios ya conocidos como las calles de Theed, naves atestadas de rivales, o uno de los parajes que más gusta aquí a servidor: el desierto de Tatooine (sobre todo por la dificultad que irradia éste en todas sus vertientes, tanto a nivel de saltos como de enemigos).
El apartado sonoro sigue siendo de matrícula de honor, con la banda sonora original de la película que ha sido traslada intacta al videojuego. Además, los efectos sonoros ya sabidos por todos (los de espadas y rifles sonando, no hace falta ni describirlos) también han sido incluidos para la ocasión, creando una perfecta simbiosis entre jugabilidad y apartado técnico.
'Jedi Power Battles' hay que jugarlo alguna vez en la vida. Junto a 'Gekido', puede ser uno de los mejores beat'em up que nos dejó la extinta consola de Sony gracias a su frescura y velocidad a la hora de jugar (primero se golpea y luego se piensa). Prueba de que todavía continúa en mi retina (y en la de muchos otros jugadores) es que la mayor parte del artículo está escrito en presente…