LA FEDERACIÓN EN TENSIÓN

Crítica de 'Star Trek: Discovery' Episodio 1: Una visión más moderna en Netflix

La Flota Estelar se las va a ver con unos viejos conocidos: los Klingon, que vuelven más fieros que nunca.

Por José Antonio Rodríguez Gómez 27 de Septiembre 2017 | 21:45

El retorno de 'Star Trek' es, para todo trekkie, un acontecimiento que ilusiona. La que para muchos es la "antítesis" de 'Star Wars' (de manera errónea, por supuesto) vuelve con un baño de actualidad y modernidad que deja clara su inclinación a pasar a ser parte del universo no de la serie original (a la que precede), sino inclinándose en términos visuales hacia las películas iniciadas por J.J. Abrams en el reboot y nuevo universo basado en la creación del difunto Gene Roddenberry. Así pues, 'Star Trek: Discovery' se situaría en una franja temporal confusa que tiene lugar después de 'Enterprise' y antes de que el Capitán Kirk y Mr. Spock inicien su viaje estelar.

Hace bastante tiempo que una serie de 'Star Trek' no contaba con una capitana de sexo femenino. De hecho, Kathryn Janeway (interpretada por Kate Mulgrew) fue la que más importancia tuvo en el pasado, siendo el personaje central de 'Star Trek: Voyager', una de las series que aparecieron derivadas de la potente versión de finales del Siglo XX: 'La Nueva Generación'. En el primer episodio de Discovery, la capitana es Philippa Georgiou (Michelle Yeoh) y la nave es la U.S.S. Shenzhou. En cuanto comienza la serie, nos damos cuenta de algo que a la vez nos choca y nos provoca alegría: sí, es una serie actual. En todo momento pensaremos en las producciones cinematográficas más modernas: el espacio está reflejado con un gran sentido de la espectacularidad, alejado de la regularidad de entornos oscuros y estrellados que solía dar cobijo en general a la mayoría de escenas de anteriores series basadas en el universo de Roddenberry. Y otro factor interesante: no arrancamos desde la parsimonia, el descubrimiento o la curiosidad como tal, sino que desde el principio dejan claro que el drama y los conflictos van a ser parte esencial de la trama. Prueba de ello, la presencia desde el primer momento de los Klingon.

La raza más guerrera la galaxia se persona tras "cien años sin tener contacto". Sólo alguna trifulca (argumentan). Y sí, es cierto que hubo algunos encontronazos, como se pudo ver en 'Enterprise'. Pero estos Klingon están a otro nivel. Tal vez sea porque han querido mostrar la facción más guerrera del Imperio, pero lo cierto es que pasan del aspecto de "vikingos" espaciales que los hacía famosos a convertirse en guerreros con un aire egipcio que parece sacado directamente de 'Stargate'. Desde el primer momento, queda claro que estamos ante enemigos. Olvidémonos de la cándida relación del Señor Worf en 'Star Trek: La Nueva Generación'; aquí sólo van con ganas de guerra. El ten-con-con del que disfrutábamos, convirtiéndose en miembros pacíficos del entorno de la generación aquí no existe. Y la primera imagen de uno de estos seres con un traje espacial sobre una nave que aparece (como no) camuflada, de manera que a los miembros de la Shenzhou les es extremadamente difícil detectarla.

Tambores de guerra

Un problema durante una exploración de la superficie del belicoso navío estelar tiene como resultado el inicio de una auténtica declaración del guerra de la que la nave va a tener problemas para salir, presentándonos la potente y casi indomable actitud de la Primer Oficial (o Número 1, rememorando el modo en que se llamaba al Comandante William T. Riker en 'La Nueva Generación'), Michael Burnham, que es una humana que se ha criado y educado entre vulcanos. Esto supone la inclusión de una escena en la que recuerda su adiestramiento en cápsulas de enseñanza muy similares a las vistas en el joven Spock de las películas modernas, momento en el que se nos introduce la presencia de Sarek, un omnipresente en la saga y padre del también inamovible Señor Spock. Su mensaje, sabio a la vez que "belicoso" nos indica que en la serie es muy probable que demos en el futuro con viejos (y peligrosos) conocidos como los romulanos. El problema de todo esto no es el efecto en la serie en sí de su presencia, sino lo que suponen ciertos contactos demasiado acusados con seres que se supone conocimos en la serie original.

Dicho eso, lo cierto es que han sabido recrear una vez más el ambiente de la saga, aunque la modernización del entorno juega en pro y a la vez en contra del contenido. Naves de última tecnología en las que los personajes mezclan la presencia de androides (el que suponemos es uno de ellos resulta una versión aún muy poco avanzada del androide más conocido de la saga, Data, para cuya creación aún faltan siglos), seres de razas alienígenas amistosas y las tensiones entre la propia tripulación. No han sido pocos los episodios de 'Star Trek' que se han desarrollado dentro de la propia nave, sin necesidad de contactos externos o de conflictos con otras civilizaciones. ¿Veremos eso en Discovery? Es muy pronto para saberlo, pero el contenido tan directo del primer episodio nos deja claro que estamos ante una apuesta algo más cargada de intensidad que en otras ocasiones.

Conclusiones

Sin duda, estamos ante el comienzo de lo que podría convertirse en una nueva corriente en las series, más bañada por el estilo de la actualidad de lo que pudimos disfrutar los fans de la saga en 'Enterprise', que parecía respetar enormemente ciertos cánones de calma - pero sin negar la tensión - frente al "subidón" de adrenalina, intensidad y drama que hemos visto en un primer episodio que deja al espectador agarrado a su asiento y deseando saber qué va a ocurrir en el segundo. En nuestro caso, tenemos la serie en Netflix, y tampoco vamos a privarnos de contarnos nuestra opinión sobre el segundo de ellos. Pero por lo pronto, la serie cumple su cometido en principio. Bien ambientada, espectacular en efectos (ya era hora para Star Trek en versión serie que esto pasase) y con personajes que sabemos que no "querremos" con sinceridad hasta que dentro de un puñado de episodios conozcamos un poco más.

Es además un giro más hacia la presencia femenina en la flota, con cargos de responsabilidad y con un nuevo talante. Cada nave de 'Star Trek' ha tenido a su capitán como auténtica insignia. La primera a James Tiberius Kirk, la segunda al brillante Jean-Luc Picard. Y así sucesivamente hasta llegar a Archer (al capitán de 'Enterprise', no al personaje animado. A ver si con el paso de las semanas, Philippa Georgiou se convierten en personajes a los que tomamos cariño y que acaban representanto esta joven y nueva generación de exploradores espaciales.