Cuando se realiza un "port" (nueva versión) de un título de consolas de sobremesa a dispositivos portátiles, uno siempre teme que éste no esté bien realizado. Y no es difícil ejemplificar el porqué "pinta" peor este nuevo producto: véase una "reducción" en el aspecto gráfico (y técnico en general); el prescindir de detalles jugables porque no caben en esta edición (mira 'LEGO El señor de los Anillos para PS Vita); o que, en general, no ofrezca la misma propuesta.
Ahora bien, generalizar, y lo que es peor, prejuiciar, no es bueno en esta vida. Coger un dogma "negativo" en el mundo de los videojuegos y extrapolarlo al resto está mal, sobre todo si a PS Vita llegan títulos como 'Sine Mora', la obra creada por Grasshopper Manufactures en 2012 para Xbox 360. Ahora, un año después, aterriza, y nunca mejor dicho, en la consola de Sony. ¡Ah! Y con un currado port.
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Congela el tiempo
Tuve la oportunidad de realizar la crítica de 'Sine Mora' para Xbox 360 hace un año aproximadamente, de ahí que pueda apreciar con mayor exactitud el port desarrollado para PS Vita. Y, gracias a este "percance", lo digo sin tapujos: la versión de 'Sine Mora' para portátil es clavada a su homónima. Es más, hasta me tiraría a la piscina y diría que en PS Vita se disfruta más que en el hardware de sobremesa. Y digo los porqués.
Para empezar, el port realizado es clavado al de 360, es decir, no se ha quitado nada (esto siempre es bueno) y mantiene la esencia original. El anterior hecho es importante, correcto, pero si por algo destaca la adaptación portátil es por su frescura y buen hacer. No hay caídas de framerates; el aspecto técnico sigue siendo soberbio; y, aunque parezca difícil de creer, es más entretenido en portátil. ¿Por qué? No sabría describirlo, pero ahí se disfruta más de este shoot'em up, bien porque su planteamiento de scroll horizontal izquierda-derecha es ideal para este tipo de dispositivos, o porque su jugabilidad, basada en fases cortas, lo hace idóneo para el terreno portátil.
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Porque no se debe olvidar que 'Sine Mora' es un shoot'em up de la vieja escuela, de ésos donde la pantalla se llena de naves y tú debes acabar con el mayor número posible de ellas. Todo esto, cómo no, con un colofón digno de elogio: el portentoso jefe final. Las estancias suelen ser cortas (de unos 5-10 minutos cada una aproximadamente), de ahí que sea ideal para jugar en algún trayecto de bus o metro.
El planteamiento jugable de 'Sine Mora' también tiene su peculiaridad. Por un lado, no hay barra de vida. ¿Eres inmortal? Ni mucho menos, ya que en la parte superior aparece un contador de tiempo que va hacia atrás. Si te disparan, pierdes tiempo; si derribas una nave, lo ganas. Así funciona 'Sine Mora', con el tiempo como telón de fondo y convirtiéndolo en la otra "peculiaridad".
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El dios Cronos es más importante de lo que parece a simple vista en 'Sine Mora'. Sin ir más lejos, nuestros queridos protagonistas pueden viajar a través del tiempo, de ahí que el argumento se centre en evitar una "tragedia" gracias a esta "habilidad". Además de los desplazamientos espacio-temporales, 'Sine Mora' incorpora un "efecto bullet-time" o "Matrix" (llámalo como buenamente quieras). Gracias a éste, el tiempo se "paraliza" y es más fácil acertar nuestros disparos (que pueden incrementar su fuerza si se recogen marcadores de potencia).
He alabado que 'Sine Mora' para PS Vita sea igual que el de Xbox 360, aunque este hecho también tiene un "pero": que no se hayan introducido novedades después de un año en el mercado. El port es más que notable, pero nuevas naves, armas, modos de juego adicionales, etc., habrían sido el complemento perfecto para esta readaptación a la portátil de la compañía japonesa.
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'Sine Mora' es un título imprescindible, más cuando está para descargar de manera gratuita en PlayStation Plus. Es entretenido, frenético y destila ese toque añejo de los shoot'em up clásico. Puede sonar a coletilla la frase anterior, no te digo que no, pero es que es la mejor manera de describirlo: es lo más parecido que vas a encontrar hoy día a un 'Aero Fighters' o '19XX'. Y para colmo, estéticamente es la hostia.