Traer una saga de vuelta después de tantos años no es un camino fácil. 'Shadow Warrior' vuelve más una década después del lanzamiento de la mano de 3D Realms, en esta ocasión con un juego desarrollado por los polacos Flying Wild Hog y con el sello de Devolver Digital, que siempre es una garantía a la hora de enfrentarse a un juego de corte independiente.
El cine de artes marciales
El nuevo 'Shadow Warrior' se mantiene en el tono de las películas de artes marciales de hace un par de décadas como 'Marcado para Morir' o 'Contacto Sangriento' . La sobrada constante del protagonista, Lo Wang, y los toques de fantasía que pasan de vueltas un juego en el que nos enfrentamos a monstruos demoníacos a golpe de katana y shoryuken dan buena muestra de ello. 'Shadow Warrior' es meterse en 'Kill Bill', encarnar a Steven Seagal, poner la cara de circunstancia de Jean-Claude Van Damme... es, a fin de cuentas, un juego que lo hace lo suficientemente bien para sorprendernos y ponernos cachondos a base de cortes de espada.
Ni mucho menos es un juego perfecto. Sin embargo, no se toma en serio a sí mismo, no trata de ser trascendente, no trata de ser revolucionario... Es justo el tipo de juego que David Cage jamás haría, y es justo por eso que cumple más que con creces dentro de lo que propone.
¿Y qué demonios propone? Propone una vuelta a los años 90'. Esto es un reboot de un clásico de los ordenadores, que en su día bebió de 'Doom' y 'Duke Nukem' como si no hubiese mañana. Retomandolo prácticamente de ese mismo punto, Flying Wild Hog tratan con este 'Shadow Warrior' tomar los tejidos básicos del nombre que lucen (mismo protagonista, katana, shoryukens), y hacer un juego de corte y talla completamente clásico pero adaptadolo (bien) a los tiempos actuales. Hace 15 años este desarrollo pasaría sin pena ni gloria. Sería un juego más del momento. Pero en la actualidad se convierte en una de las rarezas más originales, y a la vez más familiares, que tenemos en el catálogo.
El regusto de lo clásico
Propone campaña para un solo jugador en una sucesión de niveles lineales, en los que básicamente funcionan tres patrones de diseño para hacer progresar la aventura: explora, mata y corte de vídeo. Ni más ni menos, y tremendamente efectivo. Desde Polonia vienen a recordarnos lo que en no pocas ocasiones olvidamos: una historia divertida y una katana entre nuestras manos da de sí un juego rabiosamente divertido. ¿Quién lo iba a decir? En muchas ocasiones en lo simple está el secreto del éxito.
Sin embargo, todo lo expuesto tiene sentido, única y exclusivamente, porque hay un buen trabajo detrás. Decidir hacer las cosas como se hacían hace 15 años, no implica que se haya tomado el camino facil. Quienes seáis jugadores de 'The Elder Scrolls' sabréis que las armas de cuerpo a cuerpo con la perspectiva de los FPS es algo difícil de emparejar en feliz matrimonio. No me atrevería a decir que Flying Wild Hog en este caso toca la tecla definitiva, porque sigue dando una sensación de rareza a la hora de calcular distancias con nuestra katana, pero es perfectamente jugable. De hecho, disponemos también de armas a distancia, armas de fuego... pero el juego invita a desenfundar nuestra espada y dejar que la sangre comience a brotar.
Todo esto se complementa con un sistema de habilidades y mejoras que permite potenciar armamente, habilidades y capacidades místicas, que dará nuevas potencialidades a nuestro personaje.
Controles
Sí resulta cuestionable el mapeado de controles a las posibilidades de un mando de consola, muy poco intuitivo. Para poner en marcha ciertas habilidades especiales nos podemos encontrar con movimientos tan extraños como pulsar dos veces en una dirección y apretar a continuación R1/RB. Si dejas dos o tres días de jugar a 'Shadow Warrior' es muy probable de que pases los primeros minutos de partida pulsando combinaciones de botones a modo de ensayo-error para refrescar las acciones de Lo Wang, os habla la voz de la experiencia.
El punto más crítico lo en lo técnico. Pobre en detalles y alejado de lo que podemos ver en a nivel gráfico lanzamientos convencionales para plataformas de nueva generación. Los efectos visuales, como humo o fuego, están desfasados y las animaciones de nuestros enemigos clónicas. Tampoco en lo sonoro es un trabajo que destaque particularmente. Hay que ver la perspectiva del tipo de desarrollo al que nos enfrentamos, y a todas luces se palpa que estamos ante una producción menor, pero que trata de competir en los ciclos de comercialización habituales del formato físico.
Conclusión
'Shadow Warrior' es desde todos los puntos de vista un juego recomendable. En un momento en el que el catálogo de las plataformas de nueva generación es pobre en lanzamientos, títulos como este son los que sacian el apetito entre los grandes lanzamientos. Revuelve los elementos de los FPS clásicos, y los trae a la actualidad con una propuesta modesta pero, en mi opinión, más que solvente. No podemos perder de vista que este juego no es el que pondrá a prueba las cualidades técnicas de nuestras nuevas consolas, se trata de un desarrollo menor, pero si somos capaces de saltar por encima de la barrera de lo gráfico, nos toparemos con un juego clásico pero rabiosamente divertido.