COMANDANTE EN JEFE

'Saints Row IV', la perfecta guía para vencer a los aliens manteniendo el sentido del humor

La última entrega de la saga de Volition ofrece más risas, más acción y por supuesto diversión a raudales.

Por Sergio Castaño 30 de Agosto 2013 | 12:47

Suena muy manido pero hay que decirlo: Volition lo ha vuelto a hacer. Y es que 'Saints Row IV' ha conseguido hacernos pasar algo más que un buen rato. De hecho, las varias horas que necesitamos como mínimo para completar solamente la campaña principal serán de los mejores ratos que uno pueda pasar en su vida reciente. Uno de esos momentos en los que ríes sin parar y ese moderno término (LOL) te viene a la mente.

El sentido del humor de esta divertida desarrolladora no pierde ni un ápice de su identidad en la cuarta entrega de una saga que ya ha dejado huella por convertirse en esa especie de 'GTA' cómico, que por sí solo se ha ganado un merecido puesto en la historia de los videojuegos sin necesidad de ser comparado con sandbox similares.

¿No os lo creéis? Bueno, solo hay una forma de averiguarlo. Dos en realidad. Podéis leer este análisis y comprender las maravillas del juego, adornadas con algún que otro fallo (no todo es perfecto en el juego), o podéis simplemente haceros con él. Lo que os podemos asegurar es que si optáis por la segunda opción no habréis malgastado ni uno solo de los céntimos. El juego, obviamente, no es más que una pequeña evolución de lo que ya vimos en la tercera entrega, pocas cosas nuevas. Sin embargo, esas contadas novedades lo vuelven algo muy diferente a su manera.

Volition lleva la saga a una escala espacial

Para empezar, el juego deja de ser un sandbox de gangsters callejeros que se lían a tiros con las bandas rivales. Esto se queda muy atrás y pasa a considerarse una lucha desesperada contra una raza alienígena que invade la Tierra. Esto no significa que solo haya un único enemigo al que combatir. Hacer tal cosa le habría hecho perder todo lo ganado a esta saga. En lugar de eso, Volition nos enfrenta a prácticamente todas las bandas rivales que han aparecido en la saga 'Saints Row' desde su incierto comienzo.

Esto es debido a que el juego nos lleva a una realidad alternativa que, sin entrar en spoilers, será nuestra prisión desde los primeros compases del juego. Una versión de la película 'Matrix' al estilo Volition, por la cual nuestro Steelport es una recreación virtual, gracias a la cual, por cierto, podemos hacer esas increíbles hazañas de superhéroes que hemos visto en los numerosos vídeos pre-lanzamiento.

Dado el nuevo papel de nuestro personaje como el Presidente de los Estados Unidos, obviamente nos enfrentamos en persona a los aliens, porque todo el mundo sabe que no hay otro lugar en el planeta que unos extraterrestres querrían atacar en primer lugar. De modo que nos defendemos inútilmente para ser transportados a esta fantasía de realidades virtuales y alternativas donde cada personaje sufre sus infiernos particulares.

Poco a poco tendremos que ir rescatando a todos los miembros del gabinete presidencial, conocido anteriormente como banda de los Saints, con la intención de vencer a estos invasores que reciben el nombre de Imperio Zin, liderados por una criatura de tamaño considerable, llamado Zinyak. Este personaje en particular, de un nivel cultural considerable para ser un violento conquistador, nos hará la vida imposible con sus creaciones virtuales y sus soldados invadiendo la ciudad. Además, cuando nuestro nivel de búsqueda llegue al máximo, tendrá la amabilidad de soltar sobre nosotros unas horribles criaturas conocidas como guardianes. Se trata nada más y nada menos que de unas bestias salvajes de fuerza descomunal, con poderes especiales y una resistencia y agilidad que harán el combate difícil y huidizo.

Los superhéroes llegan a 'Saints Row'

Como ya hemos dicho, estos combates se pueden afrontar gracias a que nosotros también desarrollamos poderes especiales. Y es que, igual que Neo en 'Matrix' (las referencias serán numerosas), estando en un programa virtual podemos sacar ventaja de él y utilizar "truquitos" para doblegarlo a nuestra voluntad y someter al enemigo. Poderes tales como supersalto, supervelocidad, lanzar hielo o fuego, dar pisotones que lanzan a todos por los aires, telequinesis o efectos elementales para nuestras balas, son las capacidades que iremos desbloqueando a medida que avancemos en las misiones principales.

Además el juego utiliza un sistema de mejoras de estos poderes muy inteligente, que a menudo nos exige que cumplamos otras misiones secundarias para determinados personajes, así como ciertos desafíos relacionados con los cientos de minijuegos que una vez más se reparten por el mapa. Esto supone un interesante cambio en relación a las entregas anteriores que no ofrecían incentivos tan interesantes por completar todas estas tareas.

Pero no serán poderes y sus mejoras todo lo que ocupará nuestro tiempo. El juego desde luego vuelve a prestar atención a las armas, ¡y de qué manera! Al igual que en 'Saints Row: The Third' veíamos un arsenal bastante clásico acompañado de algunos juguetes más modernos sacados del ejército STAG al que nos enfrentábamos en los últimos compases del título, aquí veremos igualmente escopetas, fusiles y pistolas convencionales por un lado y armas alienígenas por otro. A unos pueden gustarles más estas y otros puede preferir las de toda la vida, lo que está claro es que la variedad, sin ser exagerada, es más que suficiente. Y por si esto fuera poco, el nuevo sistema de personalización del arsenal le da un extra muy de agradecer. Por ejemplo podemos coger un fusil de asalto y cambiar su aspecto para que se convierta en el clásico rifle de impulsos de la saga cinematográfica de 'Alien', o podemos coger una escopeta y transformarla en un viejo trabuco.

Aparte de lo meramente estético, podemos gastar nuestro dinero, que de hecho sale muy caro, para mejorar características de cadencia de disparo, velocidad de recarga, daño, munición por cargador o efectos especiales como munición eléctrica o ígnea. Esto ya lo habíamos visto en el juego anterior, pero algunas armas tienen efectos más concretos como recibir menos daño si llevamos equipada determinado tipo de ametralladora.

Una ciudad entera a nuestra disposición

A la hora de explorar el mapa, nos damos cuenta de que su forma general no ha cambiado, salvo por los cambios estructurales que ha establecido del Imperio Zin en forma de escudos de rayos gigantes, enormes torres que se elevan sobre el suelo, o antenas de comunicación alienígenas. Algunos cambios son más difíciles de ver, pero resultan un detalle interesante como el de los semáforos, que ya no son los típicos americanos, y pasan a tener un diseño propio de estos Zin.

Entrando en detalles de mayor peso, encontramos los típicos minijuegos como fraude al seguro, caos, rastro llameante o las estrafalarias invenciones del profesor Genki. Sin embargo, muchas de estas actividades se han visto alteradas dada la naturaleza de la nueva jugabilidad del título a razón de los superpoderes. Por poner un par de ejemplos el rastro llameante consiste en correr con supervelocidad y atravesar los puntos indicados, los juegos de Genki nos piden que utilicemos la telequinesis para lanzar objetos o personas por aros. Después encontraremos algunos juegos totalmente nuevos como los de la Grieta, que a su vez se divide en los de velocidad, los de telequinesis y los de plataforma. Cada uno de ellos con unas reglas muy diferentes del resto.

Mención especial recibe un juego llamado Club de lucha, donde maximizamos el uso de nuestros poderes (no tenemos armas en este modo) para enfrentarnos a una gran cantidad de enemigos en mapas preparados a tal efecto tratando de vencer en un tiempo determinado y cumpliendo algunos objetivos como controlar un determinado punto para conquistarlo. estas peleas suelen acabar con un jefe final que cuenta con poderes igual que nosotros y nos pondrá las cosas verdaderamente difíciles.

Todo ello no hace más que crear un sin fin de divertimentos que, si bien acabamos conociendo en poco tiempo y presentan al final poca variedad, su dificultad a la hora de conseguir medallas de oro, o algunos de ellos simplemente superarlos, resulta en una buena cantidad de horas de jugabilidad adicional que dan sentido al género de sandbox que lo caracteriza.

Un reparto de lujo

'Saints Row IV', con todas estas incontables características, nuevas o tradicionales, nos ofrece la posibilidad de afrontar una invasión con el sentido del humor que solo Volition nos podía dar. Así conocemos personajes pintorescos como Zinyak, que a pesar de ser el malo nos hará reír en más de una ocasión. También nos topamos con el actor Keith David, cuyo rol es a la vez que divertido, de cierto peso en la trama principal y en fin, como habíamos dicho, todo esto queda adornado con las diversas situaciones en que la simulación nos llevará a vivir luchas contra bandas de los tres juegos anteriores, con lo que la locura y la acción quedan aseguradas al 100%.

Por supuesto, como buen sandbox, no solo ofrece misiones principales, secundarias y minijuegos. El componente de exploración es de gran importancia. De hecho, es así mucho más que en cualquiera de los títulos previos. El motivo principal es que los superpoderes solo se pueden comprar y mejorar a través de lo que llaman clústeres. Unos puntos de luz azul brillante repartidos por el mapa y que se cuentan por más de mil. Algunos de ellos estarán escondidos, otros solo serán accesibles con determinados poderes. pero esta sencilla característica nos tendrá horas saltando de aquí para allá coleccionando clústeres igual que hacíamos hace años con la saga 'Crackdown' para, de igual manera, mejorar nuestro rendimiento en combate. Aparte de esto, también encontraremos numerosas grabaciones de todos los miembros de la banda y del mismísimo Zinyak, una vez más, escondidas parcialmente por el mapa.

A nivel jugable ha quedado bastante claro que el juego cumple con creces. Puede darnos un sin fin de horas de juego si realmente disfrutamos desbloqueando mejoras, armas y toda clase de trajes nuevos. Pero pasando al apartado más tecnológico la diversión no es tanta.

A la vista y al oído

El juego, como cabía esperar, no aporta nada que vaya más allá de lo visto en la entrega anterior, con unas visuales poco impresionantes y unas texturas idénticas a su antecesor. Bien es cierto que no estamos ante un juego que deba lucir por su despliegue gráfico, pero un poco más de trabajo en ese sentido habría estado muy bien. En lo visual, hablando estrictamente de efectos luminosos y paletas de colores el juego sí que resulta vistoso. Los superpoderes por lo general son muy impresionantes y las explosiones varias que podemos causar son incluso más llamativas que en 'Saints Row The Third'.

El apartado sonoro es otro cantar, nunca mejor dicho. La banda sonora es sensacional, no solo por los temas elegidos para las diferentes emisoras, sino especialmente para las misiones principales que cuentan con unos temas espectaculares traídos de diferentes estilos y épocas pero que no hacen otra cosa que ensalzar lo épico del momento que estamos jugando. Sin duda este apartado es el que se lleva la palma en el juego, si bien el título anterior también lograba un merecido aplauso a este respecto, pero nunca tan logrado como en este nuevo episodio.

Si hablamos de lo referente a posibles glitches o bugs, encontramos unos cuantos. La mayoría tienen solución rápida y carecen de importancia. Otros, por contra, pueden arruinarnos la experiencia de juego hasta el caso de tener que cerrar el programa y volver a entrar, aunque son casos muy concretos que no tienen por qué presentarse.

Conclusiones

Con todo, el juego resulta un verdadero despliegue de luz y sonido. Unos efectos más que respetables, una banda sonora espectacular y montones de misiones y diálogos de verdadera risa, que beben en muchos casos de grandes títulos de la historia del videojuego. Esto supone por ello un homenaje a muchos ellos, una burla a otros tantos, pero en general, un regalo para cualquier gamer con sentido del humor y que disfrute de un poco de violencia gratuita. En nuestra humilde opinión debemos quedarnos con lo bueno del juego, que es mucho, y recomendar fervientemente la adquisición de este juego.

Nada más que añadir, salvo que no permitamos que una panda de degenerados y cachondos como los Saints lleguen nunca a la Casa Blanca, el nefasto resultado está a la vista.