El 19 de Agosto 2012 | 22:26
Cuenta la mitología griega que cuando Sísifo, fundador de Éfira e hijo de Eolo, fue condenado al infierno, tuvo que cumplir un castigo durísimo. Según la tradición, éste consistía en empujar una piedra cuesta arriba por una ladera bastante empinada, aunque había un aspecto muy peculiar: cuando Sísifo llegaba a la cima, la piedra rodaba hacia abajo y había que empezar de nuevo.
Más de uno se preguntará por qué le cuento el mito de Sísifo. Pues bien, por una simple razón: este es el argumento de 'Rock of Ages'. ACE Team toma el mito, coge lo que le gusta y lo transforma hasta límites insospechados, hasta el punto de rozar el esperpento narrativo durante la aventura. En su "narración", Sísifo está hasta los mismísimos de que la piedra siempre se caiga, así que decide rebelarse y usar la piedra para su propio fin.
A partir de este punto, 'Rock of Ages' se vuelva surrealista, en el sentido más literal de la palabra. Sísifo tendrá que enfrentarse a personajes históricos junto a su roca, pero no a unos contemporáneos a su "tiempo", sino a iconos como Napoleón, Leónidas, Carlomagno o la plaga de peste de Viena. Éstos, y muchos más, serán los enemigos a abatir. Y qué gustazo acabar con ellos.
APLASTA
Hay un planteamiento establecido, ¿pero cómo se juega? 'Rock of Ages' es una mezcla de tower defense con plataformas (términos que, a priori, parecen muy distanciados, pero si se explican no lo son tanto) donde el objetivo es aplastar al rival, previa destrucción de una puerta que lo resguarda. Para lograr tal hazaña se cuenta con la citada roca, que habrá que desplazarla por el mapeado correspondiente, lleno de saltos y trampas que el enemigo colocará. Es decir, el juego en sí se "compone" de dos movimientos: uno de defensa y otro de ataque, todos en tiempo real y sin ningún tipo de turnos (y paso a desgranarlos detenidamente).
En el primero de ellos, el de defensa, el usuario debe colocar a lo largo de un intrincado recorrido unas barreras defensivas para que la roca del rival no llegue al punto vital que se defiende. Y sí, el rival también puede reventar la puerta que esconde a Sísifo, y si esto pasa ya podéis despedir al protagonista. Las medidas de contención son de lo más variopintas posibles (elefantes, vacas, torres, catapultas, cañones, mamuts, etc.) y cada una con una función establecida (además de un precio). El saber colocarlas en el sitio correcto hará que la piedra del contrincante llegue con más o menos vitalidad a tocar la puerta que se defiende, lo que provocará, a su vez, que ésta aguante un poco más.
Y luego está el turno de ataque. Mientras que en el "modo" anterior todo se ofrece desde una vista cenital, ahora la visión cambia a tercera persona, justo detrás de la roca. Por tanto, el jugador debe dirigir la piedra hasta la puerta rival a través de angostos escenarios, cada cual más difícil y más elaborado (amén de las trampas enemigas, cuya IA va en progresión de manera descontrolada y, en caso de destruirlas, nos darán más dinero).
Sin lugar a dudas, es el punto fuerte del juego: su sencillez. Cada piedra tarda en estar disponible un tiempo en concreto, por lo que hay que ser rápidos colocando murallas para jugar, posteriormente, con los laberínticos escenarios, siempre intentando buscar el recorrido más corto que lleve a la destrucción del portón. De igual manera, hay diferentes tipos de rocas con habilidades diversas, desde unas que están en llamas hasta otras que tienen protección extra, y la física de la roca y la sensación de pesadez al moverla o hacerla saltar por el escenario también está muy bien logrado.
El juego está compuesto por 23 niveles que se hacen muy cortos, aunque divertidos gracias a las alocadas carreras. También hay varios modos de juegos, pero nada convincentes y aburridos. Por suerte, la posibilidad de disputar partidas junto a un amigo en pantalla dividida, o bien frente a un rival que esté circulando por la red, logran que el juego tenga ese "pique" adicional que siempre se echa en falta en este tipo de circunstancias.
Todo esto en cuanto a jugabilidad, pero es que el apartado gráfico es digno del festival del humor. Una estética que parece sacada de "Almost, The Truth" de los Monty Python es la nota predominante, con personajes dibujados de manera muy característica y unas cinemáticas desternillantes. El nivel visual de los escenarios y personajes no es digno de alarde, pero lo que verdaderamente da caché al juego es el habérsela jugado con ese toque tan "vintage" y "bizarre" (y también en lo sonoro, que escucharás hasta a Mozart).
'Rocks of Ages' es un gran título que tenéis que jugar alguna vez en la vida. A pesar de que es corto, es sencillo y divertido, y si un juego reúne ambas condiciones se debe probar siempre. Además, que Sísifo sea el bueno de la historia también tiene su encanto. (9,99 euros en PlayStation Network).
Lo mejor:
Es desternillante. Muy fresco y original. Su apartado gráfico es, simplemente, encantador.
Lo peor:
Corto. Falto de modos más perecederos, tanto extrínsecos a la historia como dentro de ésta.