Deep Silver y Koch Media nos entregan la tercera parte de una saga que recuerda a 'Gothic', pero que busca su propio camino en el género del RPG. Un camino realmente peculiar en la estética, ya que pocas veces vemos en este género que se opte por la temática de los piratas. Además, en Piranha Bytes esto lo hacen con verdadero éxito. 'Risen 2: Dark Waters' tenía un lavado de cara importante respecto a su primera entrega y el atractivo de los piratas le daba la vida que necesitaba. Lo que nos lleva a 'Risen 3: Titan Lords', que no abandona este aspecto para poder mantener el hilo de la historia y las localizaciones centradas en algo que la compañía ha comprobado que funciona.
En la tercera entrega de la saga regresan algunos nombres que vimos en la segunda parte, por lo que ubicarnos es relativamente sencillo si recordamos los eventos sucedidos en aquella entrega. Nuestro personaje es el hermano de Patty, una pirata que ya conocimos, e hijo del Pirata Barba Plateada. Tras un primer asalto en una isla donde nos han dicho que encontraremos un tesoro, acabamos en las fauces de un portal oscuro donde uno de los Señores Oscuros nos roba el alma. Este será el punto de partida para un juego en el que nuestro objetivo principal no es ya acabar con esta amenaza, sino recuperar nuestra alma, antes de que seamos transformados en un mero esbirro del mal.
Primeros problemas
Que Piranha Bytes tiene gran experiencia en el género, es innegable. Desde luego este estudio ha desarrollado ya unos cuantos juegos que de una forma u otra están en la historia. La saga 'Gothic' no es fácilmente olvidable por los más fans del género, que sin duda le habrán echado el guante a alguna de sus entregas. Todos ellos eran muy interesantes a su manera, a pesar de las limitaciones tecnológicas de la época.
Sin embargo, a día de hoy existen muchos más recursos para crear juegos ya no solo con una historia entretenida y un alto nivel de personalización del protagonista, sino con unos gráficos más que decentes, una tecnología pulida y eficaz y una experiencia jugable que nos atraiga.
El problema con Piranha Bytes y su 'Risen 3: Titan Lords' es que ni logra aprender de los errores en las dos primeras entregas de esta saga, ni consigue exprimir al máximo la tecnología de que dispone. Al igual que en 'Risen' y 'Risen 2: Dark Waters', nos topamos con un juego que falla mucho en las animaciones del personaje, con unos movimientos algo encajonados y ortopédicos, aunque mucho menos que en las entregas anteriores, por suerte.
En cuanto a la jugabilidad, todos los capítulos de la saga, a pesar de lo crispante que resultan sus combates de casi incomprensible dificultad en las primeras horas de partida, tienen ese factor que nos mantiene jugando, esperando que tarde o temprano nuestro personaje se una a cierta facción o adquiera un nuevo equipamiento que le dé la vuelta a las tornas. Más tarde o más temprano esto acaba ocurriendo, y de hecho el juego se vuelve entonces demasiado fácil. Esto ocurre sobre todo en la nueva entrega, donde el cambio de dificultad pasa de "horriblemente difícil matar a un triste pájaro" a "ese leviatán me ha durado 3 tortas".
El combate es el mayor reto
Parte del problema con el combate viene dado por las exageradas animaciones del personaje, que casi siempre ejecuta complicados giros y maniobras automáticos sin ninguna utilidad más que la de ver sus atributos como bailarín, antes de asestar un nuevo golpe. Esto le da al enemigo tiempo de sobra para cortar nuestra acometida y asestarnos fácilmente tres o cuatro golpes seguidos. Para evitar esto hay que controlar a la perfección el botón de bloqueo, saber cuándo esquivar rodando en cualquier dirección y sobre todo, aprenderse las mecánicas de ataque de cada tipo de enemigo.
En realidad, si nos tomamos todas estas molestias, salvo errores concretos, somos capaces de lidiar con cualquier enemigo, con lo que la dificultad del combate no será tanto eso como más bien un largo tedio, dada la excesiva salud de ciertos enemigos, comparada con el poco daño que hacemos al principio. Esto sobre todo se nota cuando vamos con algún compañero de aventura, que sin problema alguno podrán acabar con casi cualquier enemigo de cuatro o cinco golpes, viendo como la vida les baja en un santiamén, mientras nuestros ataques no hacen ni la mitad de su daño. Esto implica que, o bien somos muy poco eficaces, o nuestros compañeros lo son demasiado.
A medida que avanzamos en la aventura, recorremos varias islas, de un mapa por el que nos podemos mover con bastante libertad. Desde que desbloqueamos nuestro primer barco, en la primera media hora de la aventura, podemos ir a cualquiera de las islas que aparecen en el mapa y cambiar de una a otra en cualquier momento. Basta con presionar un botón desde el menú para volver a la embarcación y después usar el timón para elegir nuevo destino. Esto resulta verdaderamente satisfactorio, ya que muchas misiones no podremos completarlas en un primer momento y nos conviene viajar a otro lugar para avanzar en la historia y así volver con nueva experiencia a terminar las tareas que nos dejamos a medias.
Esto se puede hacer con mucha facilidad, no solo gracias al viaje en barco, sino a los portales de teletransporte, que nos permite viajar de uno a otro, siempre que se encuentren en la misma isla y los hayamos activado con una piedra de teletransporte.
Respecto a 'Risen 2', un gran cambio que notamos en esta parte es que regresan los poderes mágicos, que conocíamos de a primera entrega pero que habíamos perdido de vista en la segunda. Con una de las facciones, que más adelante detallamos, podemos lanzar rayos, bolas de fuego, lluvias de asteroides y más. Pero los desarrolladores han querido mantener la posibilidad de elegir, por lo que el vudú sigue estando presente, para aquellos a los que les guste más jugar en el borde de la vida y la muerte y utilizar a los espíritus para sacar ventaja.
¿Y tú de quién eres?
Como decíamos, hay varias facciones, tres de hecho. Y solo podemos escoger una. Una vez hecho esto, no hay vuelta atrás. Algo que ellos mismos nos dicen antes de unirnos a su causa. Por un lado tenemos los Guardianes, la facción más pura de la magia. Utilizando el poder de los cristales y sus guantes especiales son capaces de canalizar energía y lanzar poderosos ataques de rayos o fuego por mencionar los más clásicos.
Después tenemos a los Cazadores de Demonios, ubicados en Calador, localización recurrente en la saga. Esta facción cuenta con poderes más oscuros, como la posibilidad de invocar criaturas del averno para ayudarnos. También puede mejorar sus atributos de combate temporalmente. Además sus poderosas armas cuerpo a cuerpo les hacen unos luchadores feroces en distancias cortas. Una de sus mejores características es la de convertir la habilidad de rodar en un teletransporte a corta distancia, que nos pone a salvo del peligro más rápido y permite potentes ataques desde la retaguardia de los desprevenidos enemigos.
Como decimos el vudú sigue presente con la facción de los Piratas Vudú en la isla de Kila. Aquí lo que aprendemos son poderes de nigromancia y control mental principalmente. Volviendo débil al enemigo antes de asestar un golpe mortal o incluso ponerle de nuestro lado durante un tiempo. El poder mental de estos brujos incluso nos permite meternos en la mente de personas o gnomos.
Un mapa digno de un pirata
En cuanto a las posibilidades del juego, resaltamos el tamaño y número de las islas. Tenemos un terreno verdaderamente extenso por el que movernos. Cada isla con su propia vegetación y clima, podemos encontrar zonas boscosas, manglares, playas paradisíacas o amenazadores volcanes. lo que todas tienen en común son las zonas afectadas por los portales al inframundo, que extienden la corrupción a su alrededor y nos revelan paisajes completamente yermos. Además en estas zonas la imagen se vuelve blanquecina, lo que da un aspecto mortuorio a la región.
Los menús del juego con han cambiado demasiado respecto a 'Risen 2'. Un aspecto casi idéntico y un sistema de progreso similar. Mediante la gloria que obtenemos al completar misiones o derrotar enemigos podemos invertir en grupos de habilidades. A distancia por ejemplo mejora nuestro uso de pistolas, ballestas y mosquetes. La destreza nos sirve para forzar cerraduras o robar carteras. Dentro de cada grupo de habilidades tenemos ciertas características con usos mucho más concretos. Estas han de comprarse a entrenadores específicos, que nos pedirán dinero y un nivel determinado con los atributos que afectan a la habilidad que queremos adquirir.
Una vez más podemos especializarnos en profesiones que bien usadas pueden resultar de gran ayuda. Hablamos de herrería, alquimia, destilería, orfebrería y demás. Con esto podemos desde fabricar nuevas armas o construir versiones mejoradas de las que ya tenemos, hasta crear poderosas pociones, anillos y colgantes que aumenten nuestro atributos.
Apartado tecnológico
Hablando de la tecnología, y retomando lo que comentábamos al principio del análisis, el juego está muy poco pulido, no solo respecto a sí mismo, sino con relación a las entregas anteriores. Los personajes se mueven con algo más de soltura y realismo, las animaciones han mejorado. Pero no lo suficiente. Todavía vemos movimientos torpes, mal definidos. Una física de colisiones no del todo satisfactoria que nos lleva a problemas a la hora de movernos por ciertas zonas.
Además la aproximación automática del personaje hacia los enemigos cuando les atacamos, genera que muchas veces no les alcancemos por desniveles en el terreno, lo que no impide que ellos nos den a nosotros. Son muchos factores que revelan un pulido algo pobre en la fase final del juego. En la música el juego cumple sin manchas en el historial. Unos temas que ambientan a la perfección su ambientación y temática pirata.
Conclusiones
El juego supera a sus capítulos anteriores, de eso no hay duda. Pero el estudio sigue sin hacer sus deberes del todo bien. Los fallos que caracterizaban entregas anteriores no han desaparecido del todo, lo que, en una tercera entrega, empieza a ser ya objeto de crítica más que nunca. A pesar de ello, la experiencia acaba siendo divertida cuando nos unimos a una facción y contamos con más aliados y poderes. Es entonces cuando recorrer las islas, descubrir sus secretos y avanzar en la historia alcanza todo su valor como producto de entretenimiento. Una opción bastante viable para pasar el verano jugando.